Danilo Albín en PÚBLICO comenta y critica la opacidad financiera de que goza la familia Borbón. Lo comenta el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, que, una vez más, se pregunta por la razón de la complicidad del gobierno llamado socialista con tanta sinvergonzonería.

Ramón Trujillo, coordinador de Izquierda Unida Canaria (IUC) y concejal en Santa Cruz de Tenerife, califica de “incongruente” la participación de la reina, Letizia Ortiz, en la inauguración del curso escolar 2017-2018, en el Centro de Educación Infantil y Primaria San Matías, porque sus hijas no van a la escuela pública, ni la familia real acude a la sanidad pública.

Me entero por la prensa de su visita a Canarias para inaugurar el curso escolar en el Centro Público de Infantil y Primaria San Matías, en el bello municipio de La Laguna. Sin duda, un reconocimiento más que merecido por el impecable trabajo y trayectoria de dicho centro, al igual que ocurre con otros muchos del archipiélago.

Recientemente ha sido anunciado que la monarca Letizia volverá a visitar la isla de Tenerife el próximo 11 de septiembre, día en que comienza el nuevo curso escolar para el alumnado de primaria. En este caso, la visita se debe a la inauguración del curso y se realizará en un centro público, el CEIP San Matías. 

Cachonda descripción que hace Morgan desde CANARIAS 7 de esa chorrada que traigan a la pareja Borbón "para que conozcan la realidad canaria". Una realidad que ni veran ni palparán, porque las barreras de seguratas y protocolares se lo impedirán. Pero, para decirlo a la manera morganizana "ni mucho que les importa".

Es absolutamente necesario contrarrestar el silencio que administra la prensa mercenaria a las íntimas relaciones que unen a las personas cercanas a la jefatura del estado con los bergantes que están siendo trincados de patas y garras en el saqueo de las perras públicas. Este sujeto, Javier López Madrid, llamado (da vergüenza ajena tanta cursilería) "compi yogui" por la esposa del jefe del estado, es objeto de altísimas sospechas de ser protagonista destacado de las operaciones corruptas investigadas por los tribunales que han optado por la insumisión al poder político, como es su deber. Y decía Letizia (en plural, se supone que incluyendo a su cónyuge) que "sabía quién era" el pillastre. Y, como tonta no es, hay que concluir que estaba al tanto, y las asumía, de las fechorías del elemento. A Letizia no le va a sErvir la treta de su cuñada, poniendo cara de no haber roto un plato. Por todo esto, creo que hay que difundir y aplaudir el valiente trabajo de Cristina Fallarás en CTXT CIONTEXTO Y ACCIÓN, o de Lara Fernández en EL ESPAÑOL, relatando tanta zafiedad, tanta miseria que se encuentra en la cúspide del estado de derecha que heredamos de la Dictadura. Mejor les diera vergüenza.

Pienso que la noticia de esto no es lo que dice nada menos que una comandante auditora de las Fuerzas Armadas, es decir, alguien que sabe de lo que habla. No eso no me llama tanto la atención como la absoluta indoferencia que han suscitado las declaraciones. Es que la habituación general a la corrupción ha llegado a tal punto que ya es como si nos diera igual. Es que nos da lo mismo. Terrible. La entrevista a la comandante Letizia Prieto se la hace para PÚBLICO Carlos del Castillo y la recomienda Antonio Aguado.

El Capitán General que reina el estado español por herencia directa del Dictador hablaba de "transparencia"en su discurso de entronización. Pero, ya desde el inicio del ejercicio de su cargo de Jefe de Estado se aprecia la oscuridad y el ocultamiento de información. Como, por ejemplo, en lo que han costado los fastos y oropeles de todos estos actos aúlicos. De este significativo asunto trata el artículo de Marcelo Mucientes en EXCITE, reproducido por ECO REPUBLICANO

En la foto de EL PAÍS, la alegría principesca ante el rechazo de la gente. Silbad, silbad, gentuza

La versión catalana de nuestro "mándense a mudar" ("foteu el camp") es algo malsonante, pero igualmente descriptiva. Se lo han espetado a Felipe Borbón y Leticia Ortiz en Barcelona, en El Liceo, en medio de un abucheo. Y es la representación de lo que cada vez más gente siente en todos los pueblos que nos debatimos impotentes en un reino que no sentimos nuestro, del que no nos sentimos parte.