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sábado, 20 de abril de 2024 01:42h.

Algunos aspectos del movimiento de los Chalecos Amarillos - Consejo Científico de Attac Francia

 

FRASE ATTAC

Algunos aspectos del movimiento de los Chalecos Amarillos - Consejo Científico de Attac Francia

Conseil scientifique d’Attac France

 

Texto preparado por Jean-Marie Harribey como corolario de una discusión llevada a cabo en el seno del Consejo Científico de Attac Francia.

En el otoño del 2018 surgió en Francia el movimiento social de los Chalecos amarillos, inédito por su forma y por su contenido, tomando por sorpresa a un gobierno totalmente entregado a los dogmas neoliberales y comprometido con reformas exclusivamente beneficiosas para los ricos y la clase dominante. Sorprendió asimismo al conjunto de los medios y de los observadores, como también a la mayor parte de los investigadores de las ciencias sociales y políticas. Dejó también casi totalmente   mudos a los responsables de las agrupaciones sindicales, algunas por hallarse absorbidas, desde hace varias décadas, como acompañantes de los cambios neoliberales y otras por desconfiar de los movimientos que no generan por sí mismas o porque se consideran impotentes de revertir una relación de fuerzas desfavorables para los trabajadores.

SUMARIO

. 1 La sociología de los Chalecos amarillos.

. 2 Las reivindicaciones de los Chalecos amarillos

. 3 La relación de los Chalecos amarillos con las instituciones y la democracia.

. 4 Conclusión parcial y provisoria.

Es por el momento difícil diseñar un marco para el análisis del movimiento de los Chalecos amarillos que satisfaga teórica y estratégicamente y que pueda servir para definir una actitud y una orientación hacia él. Se puede plantear, a priori, el contexto en que ha irrumpido este movimiento. Se trata de la crisis del capitalismo mundial de carácter estructural, sistémico en el que se mezclan de manera indisociables factores económicos, sociales, ecológicos y políticos tanto a nivel mundial como en los de las escalas nacionales y continentales. El balance de esta crisis se resume en unas pocas palabras que traducen otros tantos dramas y peligros: explosión de las desigualdades, de la precariedad, de la falta de trabajo, de las degradaciones ecológicas, restricción de los derechos sociales y de los servicios públicos para dejarle el campo libre a la mercantilización de los seres humanos y de la naturaleza. En tanto políticas neoliberales, basadas en regalos para los ricos, austeridad para los trabajadores y los pobres, y financierización de la sociedad precipitan a los pueblos al abismo.

Más allá de la identificación de este, hoy en día, bien conocido contexto, ¿cómo se puede comprender el movimiento de los Chalecos amarillos? Han sido varios los puntos de vista planteados en caliente. Ninguno se basta a sí solo y deja por el contrario varias preguntas en suspenso. Tratamos aquí de agruparlos en tres categorías: la sociología de los Chalecos amarillos; sus reivindicaciones; y la relación entre los individuos en lucha con las instituciones y la democracia, antes de proponer una conclusión parcial y provisoria (1)

  1. La sociología de los Chalecos amarillos

Este primer aspecto no se halla aún bien documentado. Se puede, sin embargo, discernir su innegable carácter popular. Los Chalecos amarillos se hallan conformados en parte por trabajadores empobrecidos en actividad y también por trabajadores independientes cuyos ingresos y condiciones de vida se hallan supeditados al dominio de empresas de las que son subcontratistas o porque se hallan directamente amenazados por la competencia. Todas las observaciones realizadas testimonian también la presencia de muchas mujeres y de jubilados. La importante presencia de mujeres se relaciona también con su condición de empleadas. Por el contrario, la presencia de asalariados estables y mejor pagos, es menor.

A pesar de los dicho son muchas todavía las preguntas sin respuesta. Esta sociología popular pero compleja ¿explica el hecho de que la primera manifestación de este movimiento estuvo dirigida contra los “impuestos”, las “cargas fiscales” con una riesgosa tendencia anti impositiva, por lo menos contradictoria  sino “poujadista

El término poujadismo adquirió un matiz peyorativo, para referirse a un movimiento político corporativista con tendencias reaccionarias, propio de las clases medias, también definido como conservadurismo de la pequeña burguesía.

La maduración de dichas reivindicaciones (ver más adelante) no respalda ciertamente esta tesis.

¿Ilustra este movimiento la formulación teórica de Christophe Guilly basada en la clasificación de metrópolis y periferias, entre ciudades y zonas rurales? El hecho de que la ocupación de los cruces y de las grandes manifestaciones (los sábados de I a X) se hayan producido en gran parte en las ciudades medianas y pequeñas o en sus alrededores podría justificar esta idea. Una idea que pondría en evidencia que la Francia de las metrópolis sería el mejor lugar para las categorías sociales más altas que aprovechan la mundialización mientras que las categorías populares quedarían relegadas a las periferias o mejor aún a las zonas de viviendas colectivas modestas. Sin embargo, el análisis de ese corte metrópolis/periferias ha sido muy criticado. En primer término, la mayoría de los obreros y de los empleados viven en ciudades (fuente INSEE) y la mayor parte de las personas bajo el umbral de pobreza vive en ciudades ((É. Charmes, S. Genevois, Enzo et X. Molénat, D. Béhar, H. Dang-Vu et A. Delpirou).

Siempre en relación a la sociología del movimiento de los Chalecos amarillos ¿será necesario observar el síntoma de desclasamiento de las “clases medias” Esta es la tesis más aceptada  tanto por los que establecen la división metrópolis/periferias como por la sociología estándar: la crisis, la desindustrialización, la mundialización contribuirían al empobrecimiento de la mayor parte de las “clases medias”

 Y pondrían fin al “ascenso social” Esta tesis puede ser suavizada, pero refutada. Existe una contradicción. Existe una contradicción que se debe precisar el comienzo de las “clases medias” puede fijarse en los 1265 Euros por mes (Observatorio de las desigualdades) es decir apenas un poco más arriba que el umbral de la pobreza, de modo que desaparecerían totalmente las clases populares, para transformarse en clases muy pobres. Dicho de otro modo es de temer que el concepto de clase (s) media (s) sirve para hacer desaparecer el panorama social las clases sociales definidas por la lucha que las enfrenta; en particular desaparece del mapa teórico y político el hecho de vender la fuerza de trabajo por un salario. En fin, la paradoja consiste es que las clases medias, cuyo ascenso, hace algunos años, era considerado inexorable se encuentran “rebajadas” a clases populares cuya desaparición se había anunciado.

Y aparece un nuevo tema: se trata de la disolución de los colectivos de trabajo debida a la reorganización neoliberal del trabajo y al estallido nacional e internacional de los lugares de producción de valor económico ¿será eso lo que genera, según algunos observadores una reducción de la conflictividad entre las empresas? Según ellos esta reconfiguración del trabajo obligaría a abandonar un análisis en términos de clase y en consecuencia de la lucha de clases. Este período no es ya aquel en el que “el imaginario social generador de “futuros que cantan”, el comunismo o el socialismo, orgánicamente vinculado al proletariado, determinaba la identidad de clase de las personas” (P.Khalfa) Frente a esto no se ha probado que las luchas en las empresas, por más defensivas que fueren no existen o están en neta regresión. Por el contrario, son muchas en las empresas, pero están dispersas y muy poco mediatizadas. Aunque las formas de explotación y de dominación no se reducen a las del capital sobre el trabajo (cf. dominación de género, de cultura…) todas las encuestas sobre el trabajo muestran que sigue siendo el lugar de explotación y de sufrimiento y por ende de conflicto aún siendo al mismo tiempo un lugar de reconocimiento social muy importante. De todos modos la conciencia de las desigualdades y de la dominación no están solo arraigadas en el aspecto social del trabajo, sino y aún mucho más difundidas en todos los aspectos de la vida colectiva, mientras que la experiencia de las desigualdades sociales se individualiza ( F. Dubet).

Sin embargo, es cierto que el movimiento de los Chalecos amarillos ha centrado sus ataques en el poder del Estado y el presidente de la República mientras que los patrones y los accionistas han quedado al margen, salvo raras excepciones, sin hacer una distinción entre grandes empresas multinacionales y pequeñas y medianas empresas. Tampoco han sido mencionados el control y la dominación de la Comisión europea en las políticas y los presupuestos y los servicios públicos

 

2. Las reivindicaciones de los Chalecos amarillos

Han sido unánimemente comprobadas la rápida evolución y la maduración de las reivindicaciones reclamadas por los Chalecos amarillos. Partiendo del rechazo al aumento de los impuestos sobre los carburantes, las reivindicaciones se centraron  en cuatro temas reiterados permanentemente en los lugares de reunión y en las calles: la crítica a las desigualdades insultantes; la exigencia de una tributación justa; la necesidad de servicios públicos locales y una renovación democrática.

Lejos de ser puramente teóricas, estas reivindicaciones han sido expresadas concretamente a partir de dos puntos básicos: el restablecimiento del impuesto a la solidaridad sobre la riqueza (ISF) y el referendo de la iniciativa ciudadana (RIC).

Comparadas con la sesentena de mil millones de euros distribuidos en dividendos por las grandes empresas a sus accionistas en 2018, los alrededor de 3 mil millones de euros del ISF perdidos por el presupuesto público parecen irrisorios. En realidad, la decisión por la que se critica al ISF muestra el carácter simbólico que adquiriría su restablecimiento frente a la acumulación de regalos que el poder macroniano ha otorgado a los ricos y a las empresas ya sea en dinero o en reducción de los derechos laborales.

La propuesta del RIC se ha hecho carne en todas las concentraciones y manifestaciones y expresa la distancia cada vez más critica de las formas de la llamada democracia representativa y permitiría a los ciudadanos “no manipulados sino informados” ocuparse de la cosa pública, la res publica. “Ampliamente aplicado, el RIC contribuiría a que el gobierno sea del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” (I.Testard) y “la incorporación del RIC en el primer plano de las exigencias del movimiento está mostrando una madurez política notable, una inédita toma de conciencia de la necesidad de que exista un control popular sobre las decisiones políticas más importantes” (T.Coutrot e Y.Sintomer). Un RIC sin reservas ¿entonces? Se precisa el matiz: “La democracia participativa es preferible porque, a nivel nacional, funcionando a través de reférendums se corre el riesgo de reforzar lo que ya han puesto en evidencia los sondeos de opinión: el peso de los argumentos ideológicos, la formación de opiniones binarias, y hasta maniqueas, impiden pensar en la diversidad y la complejidad de las cosas, la exacerbación de lo imaginario, los miedos y las emociones, la falta de informaciones (incluso la sensibilidad a la desinformación) temas todos que harían correr fuertemente el riesgo de hacer fracasar todo verdadero debate sobre ellos” (L.Mucchielli).

Con relación a las reivindicaciones de tipo social (salarios, mínimos beneficios sociales, protección social, servicios públicos, impuestos) su cercanía a ciertos conceptos tradicionales del mundo del trabajo y de los sindicatos es muy grande, además de los temas del empleo y del desempleo, largamente ausente de los problemas proclamados por los Chalecos amarillos, lo que no es un tema menor y que podría tener que ver con la sociología del movimiento.Pero esta relativa proximidad no ha significado que se haya dado un paso hacia las organizaciones sindicales mientras que estas, durante varias semanas han adoptado una actitud tímida y hasta han dejado transparentar una actitud desconfiada frente a un OVNI social. Sin embargo, las cosas aún pueden evolucionar positivamente. De modo que la CGT ha comenzado a mirar al movimiento con ojos más comprensivos, mientras que parecieran comenzar a manifestarse algunos intentos de coordinación por parte de los Chalecos amarillos: una “primera asamblea de asambleas” ha lanzado un llamado destinado a otorgar la palabra a la “Comuna de las comunas” a continuación de la de Commercy.

Es de destacar una paradoja atrapante. Mientras las organizaciones sindicales comienzan justamente a tomar consciencia sobre la cuestión ecológica, el movimiento de los Chalecos amarillos nació rechazando el aumento de los impuestos ecológicos aun siendo el primer movimiento que ha logrado imponer en el debate público la idea de que la transición ecológica no podía lograrse sin incluir lo social. La crisis del sistema productivo capitalista ha sido ignorada por los Chalecos amarillos, pero han sido ellos que han hecho comprender, de modo muy simple, que la necesidad de movilidad generada por la dispersión de los lugares de vivienda y de trabajo no puede mantenerse sin el desarrollo de los transportes colectivos.

Cual puede ser la hipótesis que explique por qué las numerosas reivindicaciones (al principio, varias decenas) se han agrupado en unas pocas temáticas sintéticas?. Los lugares de reunión de los Chalecos amarillos, rotondas y estacionamientos de supermercados se han ido convirtiendo con el correr de los días en lugares de resocialización contra la “desafiliación” (R.Castel) de reconstrucción de un tejido social  destruido por el mundo del consumo individual de mercancías fetiche.. Si las redes sociales permiten combatir el llamado a manifestar, han sido las rotondas las que han llenado la brecha contra la cual las mal llamadas redes sociales no pueden hacer nada. En pocas semanas esas rotondas han dejado de ver girar autos a su alrededor para transformarse en lugares de diálogo.

3. La relación de los Chalecos amarillos con las instituciones y la democracia

La relación en la que los Chalecos amarillos se han manifestado con mayor vehemencia, o de violencia con relación a las instituciones y a la democracia representativa es algo que tiene que ver con la sociología del movimiento anteriormente mencionada y las importantes reivindicaciones planteadas. En tal sentido pueden mencionarse algunos hechos o problemas.

A primera vista, el rechazo hacia toda organización estructurada ¿es símbolo de un llamado a una renovación de la democracia o el signo de una creencia difusa según el cual la sociedad puede construir un proyecto colectivo mediante la sumatoria de expresiones individuales? O dicho de otro modo ¿pueden omitir estas últimas toda intermediación?

La falta de coordinación, cuando no el rechazo mismo de su principio es el corolario de una extrema desconfianza hacia los organismos constituidos, partidos políticos, sindicatos instituciones parlamentarias representativas, prensa, criticados en conjunto por su supuesta (a menudo verificada) connivencia con los poderes económicos y políticos. La ventaja de este planteo es circunscribir el peligro a ver al movimiento siendo atrapado por las fuerzas políticas de extrema derecha que no han logrado imponer sus temas identitarios y xenófobos. En la alternativa identidad versus igualdad como representación social y política dominante, el mito del “gran cambio” no ha podido instalarse. El riesgo es el no lograr instalar una mediación, sin embargo, indispensable, en un determinado momento, a todo movimiento social, bajo el riesgo de ver al Estado retomar poco a poco su poder. Se han planteados muchas discusiones que intentan saber si existe algún vínculo entre el movimiento de los Chalecos amarillos y el ascenso del “populismo” El error reside sin duda en ver al movimiento de los Chalecos amarillos como una reconstrucción del pueblo como único sujeto universal al modo de Laclau y Mouffe. Pero también es cierto que en muchos otros lugares del mundo y de Europa, se producen insurrecciones contra los poderes establecidos y más allá de las movilizaciones propias de cada país, el movimiento de los Chalecos amarillos ha provocado ecos notables.

El poder del Estado al no tener ya un interlocutor dócil ni contestatario, ha quedado desestabilizado al punto de haber tenido que inventar un “gran debate nacional” cuyos términos ya están previstos y sus resultados preanunciados, mientras se desarrolla una inédita represión policial. Armando a la policía de armas potencialmente letales, el gobierno acentúa su política de represión de los movimientos sociales que ya se había comprobado en anteriores movilizaciones sociales. Es entonces evidente que la política neoliberal es coherente cuando se alía a la represión policial y a la instrumentalización de la pobreza para disciplinar a los pobres.

Aun cuando las cosas no se hallan definidas, se percibe una participación de las movilizaciones en el “debate” sin que las formas y los contenidos deseados por el gobierno sean necesariamente respetados. Sin embargo es posible dudar sobre la posibilidad o no de que surja algo positivo dado que las respuestas se hallan marcadas por las ideas que han acompañado el crecimiento de la crisis sistémica reinado de la propiedad, prioridad de las finanzas, individualismo, productivismo, consumismo, agotamiento de la naturaleza, clima…(B.Latour) El equilibro entre por un lado los particularismos y los nacionalismos por un lado y la universalidad por el otro continúa siendo un problema.

 

 

4. Conclusión parcial y provisoria

En términos teóricos y heurísticos, ambos puntos de vista son a menudo complementarios. Ponen de manifiesto paradojas cuando no contradicciones que todavía no han sido superadas más que hasta lo ahora posible.

  • La transición social y la transición ecológica se hallan íntimamente ligadas; una no puede funcionar sin la otra y recíprocamente; en la situación actual eso significa que la transición social no puede hallarse subordinada a la transición ecológica;
  • La respuesta a las urgencias no es compatible con las transformaciones a mediano y largo plazo, solo en ciertas condiciones; en tal sentido la drástica reducción de las desigualdades, tanto aquí como en todo el mundo, es decisiva para poder articular los cortos y los largos plazos.
  • Los temas técnicos son siempre sociales y políticos; el movimiento de los Chalecos amarillos nos recuerda, por si fuera necesario, que las soluciones puramente económicas (del tipo: aumentar los precios para combatir el empleo de energías fósiles) son ilusorias.

En el plano estratégico, aún falta construir respuestas porque:

  • Ni la idealización, ni la condena del movimiento de los Chalecos amarillos son convincentes; la participación de las fueras sindicales, políticas y de asociaciones en las manifestaciones locales y en las asambleas es bastante esperanzadora;
  • Por otra parte la necesaria participación de todos los niveles, desde el local hasta el nacional, es indispensable para continuar el debate estratégico en el seno de todas las estructuras sociales e institucionales tradicionales; en especial porque la solidaridad con la población más precaria (suburbios, inmigrantes…) y mal representada por los Chalecos amarillos constituye un crucial desafío;
  • Existe el riesgo de que las estructuras y las instituciones que se sitúan en el terreno de la confrontación social para la emancipación y la salida del capitalismo y del productivismo, no es desdeñable suponer que sean puestas, aunque no fuere definitivamente, fuera del juego, debilitadas por el neoliberalismo y suplantadas por formas de acción invertebradas; el precio a pagar por una evanescencia  de las estructuras de intermediación socio-política sería muy  pesado en términos de resurgimiento de temas identitarios o de desarrollo de un movimiento de tipo “Cinco estrellas”
  • En este contexto. Las nuevas resistencias del tipo desobediencia civil desempeñaran sin duda un papel importante en lo referente a la movilización de las instituciones intermediarias.

28 de enero de 2019

Algunas referencias bibliográficas sobre el movimiento de los Chalecos amarillos y sus consecuencias (2)

Syllepse Éditions,« Des clés pour comprendre », 20 novembre 2018

 

Notas

  1. Este texto se ha visto enriquecido con los aportes de Esther Jeffers, de Évelyne Perrin y de Catherine Samary.
  2. Una bibliografía más completa regularmente actualizada se encuentra aquí:

Traducción Susana E. Merino

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, la traductora y a Rebelión como fuente de la traducción 

https://france.attac.org/auteur/attac-conseil-scientifique

 

 

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