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sábado, 20 de abril de 2024 01:42h.

ANC pide aumentar la prevención en los casos de fenómenos naturales adversos

Según Alternativa Nacionalista Canaria se demuestra una inmadurez política y empresarial con estos temas que contagian a la población, educando en la irresponsabilidad y el riesgo innecesario





 

ANC pide aumentar la prevención en los casos de fenómenos naturales adversos

 Según Alternativa Nacionalista Canaria se demuestra una inmadurez política y empresarial con estos temas que contagian a la población, educando en la irresponsabilidad y el riesgo innecesario.

 Para ANC, de poco sirven las previsiones y las alertas si no se exige el cumplimiento de una normativa específica para emergencias por fenómenos adversos. En cada alerta vemos ejemplos de cómo se pone en riesgo la salud y las vidas de numerosas personas, no se depuran responsabilidades y el límite de responsabilidad política se ciñe a dar la voz de alerta y publicar unas "recomendaciones" que no son judicialmente vinculantes y empresarios de transportes se las saltan provocando situaciones injustificadas.

 El pasado domingo, 3 de marzo, fuimos testigos de otro de estos casos. Un buque de Fred Olsen salía de Los Cristianos, en Tenerife, hacia la isla de La Palma, a pesar de la alerta decretada por meteorología y el propio Gobierno de Canarias, que pronosticaban un empeoramiento a partir de las tres de la tarde. El hecho fue tan acertado que el "Benchijigua" tuvo que retroceder. Según los pasajeros, tras unas duras horas de travesía con rumbo a Tenerife, el empeoramiento del mar obligó al buque a desviarse a La Gomera dónde intentó sin éxito el atraque llegando incluso al amarre de los cabos, y es que la resaca del interior del puerto era tal que imposibilitó la bajada de las compuertas y mucho menos de la instalación de la escalinata.Antes de ese intento, los pasajeros sabían que el puerto de Los Cristianos se había cerrado también porque ya estaba siendo azotado por fuertes vientos, de ahí que la desesperación se hiciera presente entre muchos de ellos. La única solución fue dirigirse al Puerto de Santa Cruz de Tenerife para acabar con más de diez horas de crucero y la carga de nerviosismo producida por el riesgo creado, que a todas luces fue innecesario.

 Nos preguntamos ¿cuántos oficios se desarrollan en el exterior, por decisión de los dirigentes empresariales, poniendo en riesgo a trabajadores que acatan ordenes dignas de sanción y juegos con su salud ante un riesgo evidente y anunciado?

 ¿Cuántos de esos vuelos que intentan aterrizar hasta tres veces, abortando la operación y regresándose al origen, podrían evitarse esquivando el riesgo que ello supone?

 Y, sobre todo, nos preguntamos ¿Si el gobierno de canarias espera a que haya una desgracia colectiva para controlar el transporte público de verdad, exigir la intervención de la Inspección de Trabajo, y saber cuándo se tiene que anteponer la seguridad de las personas a la Obligación de Servicio Público que tanto pregonan?