Arcila le pide al alcalde que incluya en sus promesas las daciones de cuenta del interventor de Emmasa

El edil critica que Bermúdez venda humo ante el 24-M y no cumpla con su obligación de informar sobre las acciones en torno a la empresa de aguas

Pedro Fernández Arcila, concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, dijo hoy que el alcalde, José Manuel Bermúdez, “podría incluir, entre las múltiples promesas que viene haciendo antes incluso de que comience la campaña electoral, la de informar a los grupos municipales de cuál es la situación de la empresa Emmasa después de su intervención, una cuestión cuyo hermetismo contrasta con la omnipresencia de Bermúdez en los medios de comunicación y con visitas a los barrios durante la intensa precampaña que protagoniza”.

Arcila recordó hoy que el interventor nombrado en noviembre por la Junta de Gobierno tiene la obligación de rendir cuenta mensualmente de sus acciones al frente de la compañía intervenida, algo que, a tenor de los órdenes del día de dicho órgano, no ha tenido lugar. Como consecuencia de ello, tampoco los grupos municipales han sido informados de cuál es la situación actual, y ello pese a que Sí se puede lleva tres meses reclamando esta información por todas las vías que el reglamento del Ayuntamiento le permite.

Frente a este silencio del alcalde como responsable último de la intervención, Arcila critica que el regidor “lleve ya varias semanas vendiendo humo y haciendo promesas a lo largo y ancho del municipio ante las próximas elecciones locales, pero no se atreva a explicarle a la ciudadanía qué pasa con Emmasa, una empresa que está siendo desangrada económicamente por su accionista mayoritaria, la multinacional Sacyr-Vallehermoso, ante la pasividad –y se diría incluso que la complicidad– de los concejales de Coalición Canaria”.

Arcila insistió en que la única solución para Emmasa es que vuelva a manos públicas, pues la experiencia con Sacyr-Vallehermoso ha sido totalmente nefasta para los intereses de la ciudadanía de Santa Cruz, con la descapitalización de una empresa pública cuya gestión era un modelo para el municipio. Frente a ello, la multinacional está vaciando las arcas de la sociedad de aguas mediante la subcontratación de servicios a empresas de la propia Sacyr, al tiempo que incumple reiteradamente con sus obligaciones en materia de inversiones, infraestructuras, servicios y facturación.