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lunes, 06 de mayo de 2024 00:00h.

Consejos veraniegos - por Paco Déniz

Cada vez que llega el verano los informativos sacan el viejo guion escrito hace siglos referido a cómo llevar mejor el calor. Por lo visto han descubierto, por eso es noticia, que el calor se pasa mejor a la sombra. Fíjate tú...

El almendrero de Nicolás

Consejos veraniegos - por Paco Déniz 

Cada vez que llega el verano los informativos sacan el viejo guion escrito hace siglos referido a cómo llevar mejor el calor. Por lo visto han descubierto, por eso es noticia, que el calor se pasa mejor a la sombra. Fíjate tú. Y que no es aconsejable exponerte al peso del mediodía al solajero. Increíble. Para ello hay que hidratarse, beber agua de toda la vida. Beber agua en abundancia y llenar el mundo y los océanos de botellitas de plástico. Hay que comer no sé ni cuantas piezas de frutas porque, ahora, la fruta es una pieza.

Terminada la rigurosa y contrastada información, ponen unas imágenes de Sevilla y alguna gente con el mismo rollo de siempre bebiendo agua de la fuente más cercana. Pero no te dicen que aquí no puedes beber agua de la fuente, primero porque no hay fuentes, segundo porque no hay agua, y tercero porque si bebes de algún chorrito superviviente morirás, no de insolación sino de intoxicación.

Podrían ser más originales y difundir las aportaciones más recientes de la sabiduría popular para llevar mejor el calor. De entrada habría que rebajar el alarmismo, pues es normal que haya calor en verano. No hay que decir que se pongan cholas y meybas, eso lo hace la gente sin que nadie se lo diga. Eso sí, como decía mi abuelo: no ponerse a la sombra de una higuera si estás sudando, porque la sombra de la higuera provoca un contraste muy fuerte de temperatura y puede darte un pasmo que te cambas. No sentarse en una laja caliente porque las almorranas se rebotaban muchísimo era otra de las obsesiones de mi abuelo. Practicar hábitos de la cultura beduina, procurar no moverte mucho, tranquilizarte, relajarte y echarte a la sombra, sin hablar mucho tampoco. Porque si hace calor y alguien te come el coco, aumenta la temperatura. Igual que si te cabreas en el coche. Relájate, suave.

También es importante saber que cuando aumenta el calor aumenta la proclividad de los disturbios sociales. Menos en Canarias, porque como estamos sólo atentos y preocupados porque nos indiquen cómo guarecernos de la calufa, no tenemos tiempo de asistir ni de provocar ningún disturbio. Es lo que tiene ser toti.

                            Paco Déniz