IUC condena la violencia de la derecha venezolana y muestra su apoyo al gobierno de Maduro

Santa Cruz de Tenerife a 18 de febrero de 2014

Izquierda Unida Canaria rechaza la situación de violencia que se ha desatado en Venezuela y hace un llamado a la comunidad internacional para que condene estos nuevos intentos de desestabilizar al gobierno elegido en las urnas democráticamente el pasado 14 de abril de forma garante y ante la mirada de miles de observadores de todo el mundo.

La formación de izquierdas cree necesario recordar que el llamamiento a la violencia ha sido liderado por la oposición venezolana que, al igual que hiciera en las pasadas elecciones presidenciales al desconocer los resultados que daban la victoria a Nicolás Maduro, ha pedido a la población que salga a las calles para derrocar al gobierno de la mayoría, sin importarle la pérdida de vidas. Sus convocatorias violentas están organizadas para desestabilizar el país.

IUC ve en esta ola de violencia la intención de llevar a cabo un golpe de estado en la república bolivariana por parte de la derecha venezolana con el apoyo de EEUU. Esta situación política no es nueva para el gobierno bolivariano, recuérdese el golpe a Chávez en el año 2002 durante el que Román Rodríguez (NC) declaró que debía celebrar elecciones democráticas en lugar de pedir la rendición de los golpistas.

Este estado de violencia, lejos de ser el resultado de un estallido social, responde a la organización y preparación de las condiciones necesarias para poder dar el golpe al gobierno de Nicolás Maduro, al gobierno del pueblo.  

Desde este lado del Atlántico mandamos un mensaje de solidaridad al combativo pueblo venezolano que sabe que los únicos cambios políticos que se darán en su país deben hacerse por la vía democrática.

Esperamos que la situación se estabilice y que no se derrame más sangre en nombre de la democracia porque estos actos impulsados por la oposición suponen, en sí mismos, un golpe de estado al pueblo. Venezuela no merece que sus gobernantes enfrenten al pueblo contra el pueblo para hacerse con el poder de manera ilegítima, despreciando la vida de los civiles que perecen en sus llamamientos violentos mientras ellos urden planes para controlar el petróleo del país y privatizarlo en alianza con otros imperios extranjeros.