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viernes, 19 de abril de 2024 00:10h.

El tren del Sur, en Gran Canaria y en Tenerife, es un disparate económico y un destrozo medioambiental - Ben Magec Ecologistas nen Acción

 

F TREN
F TREN

El tren del Sur, en Gran Canaria y en Tenerife, es un disparate económico y un destrozo medioambiental - Ben Magec Ecologistas nen Acción

Un tren que recorrerá 80 kilómetros, tendrá 7 paradas y costará 1600 millones de euros para intentar resolver el colapso de vehículos en las carreteras de la isla de Tenerife es un disparate económico y un destrozo medioambiental. 

Proyecto tren sur Teneife
Proyecto tren sur Tenerife

Con estos datos y dada la orografía de la isla, el proyecto tren del Sur de Tenerife no solo ocupará espacio con la vía ferroviaria de 80 kilómetros proyectada, además devorará territorio para construir todo el entramado de infraestructuras necesarias para conectar las siete paradas con los núcleos poblacionales de su recorrido. 

La construcción de este megaproyecto de 1600 millones de euros que se obtendrían de la administración insular, el gobierno central y fondos europeos y su mantenimiento anual mermarán las arcas públicas en un momento histórico de necesidades acuciantes como son la sanidad, la dependencia, la educación etc. Además no ha habido participación social ni estudios de movilidad insular que sepamos desde la sociedad civil que justifiquen tal disparate. 

En Gran Canaria  el Equipo de Investigación en Economía de las Infraestructuras, el Transporte y el Turismo (EITT) de la ULPGC publicó en septiembre de 2021 el estudio “Evaluación Socioeconómica del Tren de Gran Canaria” en el que concluyó que el tren al Sur de Gran Canaria no es rentable ni social ni financieramente.

En 1998 el estudio Sener, encargado por el Cabildo de Tenerife, afirmó que de seguir incrementándose el número de vehículos en el sur de Tenerife, en el año 2018 alcanzaríamos el colapso de sus carreteras. Durante estos 24 años, desde la publicación del estudio, se han construido un gran número de vías que no han resuelto el problema y de hecho lo han incrementado. Tanto en Tenerife como en Gran Canaria rondamos los ochocientos vehículos por cada mil habitantes llevándonos a la sexta posición mundial de lugares con más coches por residentes.

El principal problema de movilidad en Tenerife y Gran Canaria es el enorme volumen de coches presentes especialmente en las horas punta de entrada y salida del trabajo y de los centros educativos. 

Desde Ben Magec – Ecologistas en Acción mantenemos que no hace falta ampliar más autopistas ni construir megaproyectos que consumirían territorio y acapararían presupuestos públicos si todas las administraciones se volcaran en resolver este colapso a través de una decidida inversión en el transporte público, guaguas lanzaderas con participación público-privada destinadas a mover a las trabajadoras y trabajadores a bajo coste, guaguas a demanda para resolver la movilidad de los municipios alejados de las capitales y la denominación de tramos exclusivos para dar prioridad a la guagua con el carril bus y carril bus/vao.

A esto hay que añadir la obligatoriedad de más sendas ciclistas, sendas peatonales y ayudas a la compra de bicicletas para el fomento de la movilidad saludable. Canarias debe hacer políticas de vida en cercanía en contraposición con la hipermovilidad en la que vivimos.

La guagua ha demostrado ser el medio de transporte público más eficiente ya que es discrecional, puedes adaptarlo a la demanda social, crea empleo de larga duración, necesita diferentes grados de cualificación profesional, no requiere de más infraestructuras y es asequible. Si además, las administraciones se decidieran a reservar tramos de autopista para el carril bus y darles preferencia  en los cruces, semáforos, incorporaciones… las guaguas no se quedarían atrapadas en los atascos lo que estimularía que los conductores y conductoras dejen el coche en casa y se desplacen en transporte público.

Con el recientemente aprobado “Anteproyecto de Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética” ha llegado la hora de transformar nuestra cultura de la movilidad sin invadir más espacio, sin añadir un nuevo medio de movilidad rígido, segregador del espacio y que requiere de una ingente e insostenible demanda energética.  

BEN MAGEC

 

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