Es hora de un reinicio democrático - Las crisis globales necesitan una gobernanza global guiada por el interés público

Carta abierta a la comunidad internacional. Por favor, firme hasta el 15 de abril. Las firmas de las organizaciones son muy importantes, firmas individuales también son esperadas. La carta se hará pública en el período previo al Foro Económico Mundial (FEM) que se celebrará en Singapur en mayo de 2021.

Nosotros, los abajo firmantes, nos unimos en un momento de desafíos globales sin precedentes para denunciar públicamente la interferencia corporativa en la gobernanza global y la privatización de la toma de decisiones democrática en todos los niveles.

El mundo se enfrenta a una serie de crisis interconectadas y sin precedentes.  Una crisis sanitaria creciente, una crisis económica en desarrollo, una crisis de división social y de odio alimentada por fuerzas nacionalistas y racistas, y una crisis medioambiental global que amenaza la vida en la Tierra.

Las soluciones a estas crisis tan profundas sólo pueden provenir de una toma de decisiones democrática basada en los principios de la participación popular, la responsabilidad ante los derechos humanos, la cooperación global y el interés público. En cambio, vemos que los gobiernos limitan la participación pública mientras aumentan el papel de las empresas en la gobernanza de áreas clave de la vida, desde el agua hasta la salud. A nivel mundial, los gobiernos se repliegan en silos nacionalistas o ceden la gobernanza mundial a los llamados organismos "multistakeholder" dominados por los intereses empresariales.

Estos organismos de múltiples partes interesadas son promovidos como órganos ágiles de toma de decisiones que "reúnen a todo el mundo alrededor de la mesa". En realidad, carecen de principios básicos de responsabilidad democrática, permiten que los que tienen más recursos dominen la toma de decisiones y producen "soluciones" que rara vez benefician a los más afectados por las crisis actuales.

La respuesta de la comunidad mundial a la pandemia del COVID-19 es típica. Los países más ricos se han apresurado a firmar acuerdos exclusivos con empresas farmacéuticas privadas para asegurarse la mayor cantidad posible de vacunas para sus propias naciones. Mientras tanto, la responsabilidad de garantizar la distribución de vacunas a los más pobres se ha cedido a un nuevo grupo “multistakholder”, el COVAX, un intermediario financiero entre los fabricantes de vacunas, la Fundación Gates y las necesidades sanitarias de la población mundial. Este modelo ha abandonado los antiguos sistemas de ayuda humanitaria organizados por las Naciones Unidas y no ha logrado evitar la fuerte desigualdad en la distribución de vacunas, y ha sido ineficaz para satisfacer la necesidad mundial. A mediados de enero de 2021, COVAX no ha suministrado las vacunas necesarias a la población de los países de bajos ingresos, mientras que en los países más ricos se ha vacunado a 39 millones de personas, lo que se considera "un fracaso moral catastrófico" a ojos del director general de la OMS. También es un fracaso de esta gobernanza global privatizada. 

Tras la pandemia, el Foro Económico Mundial (FEM), que se reúne esta semana, ha hecho un llamamiento a un "Great Reset" (un “Gran reinicio”). Sin embargo, la gobernanza de múltiples partes interesadas es una de sus principales reivindicaciones, una cuestión por la que este foro liderado por empresas ha abogado desde su creación. Por tanto, pretenden utilizar la crisis actual para afianzar un modelo de gobernanza que favorezca los intereses de las empresas transnacionales. Como principal foro mundial favorable a las empresas, sus demandas deberían tratarse con un sano escepticismo por representar los intereses de un sector privilegiado. La ONU, mientras tanto, ha abierto sus puertas al Foro Económico Mundial, al firmar un acuerdo de asociación estratégica con el FEM que permite un acceso sin precedentes al sistema de la ONU. El "Great Reset" del FEM debería llamarse más bien "Great Take Over" (“La gran captura”!).

La lucha por instituciones eficaces y democráticas a nivel local, nacional e internacional es, por tanto, hoy uno de nuestros mayores retos. No podemos permitir que las decisiones sobre cada aspecto de nuestras vidas estén controladas por los intereses privados, en lugar del bien público. Por ello, nos unimos para movilizarnos y poner fin a la injerencia de las empresas en ámbitos políticos críticos y esenciales para la defensa del bien común. Exigimos a los Estados, a los actores no gubernamentales y a la sociedad civil que pongan fin a la creación de mecanismos “multistakeholder” y defiendan el multilateralismo participativo centrado en las personas.  Hacemos un llamamiento a los Estados para que asuman urgentemente su legítima y obligada responsabilidad de garantizar una gobernanza participativa en aras del interés público.

Como medidas inmediatas, exigimos urgentemente:

Crisis de la salud: Una Conferencia Mundial de la OMS sobre la crisis sanitaria mundial con una importante participación de la sociedad civil, que excluya todos los intereses corporativos, especialmente los de las grandes empresas farmacéuticas y sus asociaciones comerciales y grupos de fachada. El objetivo debería ser crear compromisos vinculantes de acuerdo con los poderes de creación de tratados de la OMS, y en la línea del bien establecido precedente del tratado global sobre el tabaco (FCTC).

Alimentación y agricultura: Una respuesta política internacional a la crisis del hambre relacionada con COVID-19 en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la ONU. Necesitamos una transformación radical de los sistemas alimentarios industriales y controlados por las empresas hacia sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y justos, basados en la soberanía alimentaria, los principios agroecológicos y los derechos humanos y de los pueblos. Hacemos un llamamiento a los gobiernos, a las OSC y a los académicos para que desafíen a la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU y a los numerosos espacios multisectoriales sobre alimentación y agricultura por su sesgo fundamental a favor de los intereses corporativos y por dejar de lado al CSA.

Educación: Aumento significativo de la financiación estatal para la educación pública gratuita; ampliación de la base impositiva para proporcionar una educación gratuita de calidad para todos y acabar con la tendencia a la privatización y comercialización de la educación.

Derechos digitales: Un nuevo mecanismo de gobernanza globalmente democrático para las cuestiones y políticas digitales derivado del trabajo de un nuevo organismo multilateral buscado por los países en desarrollo y los movimientos ciudadanos desde 2015.

Clima: los gobiernos deben actuar inmediatamente para excluir a las empresas que han impulsado la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, así como a sus representantes, de las negociaciones del tratado sobre el clima (CMNUCC) y de las negociaciones en torno al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), incluidas las que tendrán lugar en 2021. Instamos a los gobiernos a  1) Avanzar en una política de conflicto de intereses que proteja la política climática global de la interferencia de los Grandes Contaminadores y de aquellos que los representan, y que obligue a los gobiernos a tomar medidas para proteger la elaboración de políticas a nivel nacional. 2) Prohibir que las industrias que extraen, procesan y venden combustibles fósiles, y las que impulsan la crisis climática, influyan en todos los foros de elaboración de políticas climáticas. 3) Rechazar los intentos de las empresas de introducirse en estos espacios de negociación, y 4) Promover el llamamiento para que las empresas rindan cuentas por los impactos de décadas de interferencia en la elaboración de políticas climáticas.

Finalización inmediata del acuerdo de asociación estratégica entre la ONU y el FEM, solicitada por más de 400 organizaciones en septiembre de 2019.

26 de enero de 2021

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