En CANARIAS SEMANAL, María Puig habla de los ocho billones de euros aumulados en los paraísos fiscales. No dice María de donde saca la cifra, pero es absolutamente lo mismo. Porque sea esa la cantidad, sea menos o sea más, lo cierto es que se trata, primero, de una pila de millones descomunal y, segundo, de un dinero en su inmensa mayoría mal habido.

El dinero que se encuentra ahora depositado en los paraisos fiscales, con la complacencia criminal de los gobiernos del mundo, procede de las negocio turbiós asesinos relacionados con los traficos: de influencias, de armas, de drogas, de seres humanos, además de los de la especulación financiera y la evasión fiscal. Y hay que decir que estos dos último delitos son igualmente graves y asesinos, porque ellos son la causa del sufrimiento y de la muerte de millones de personas que pierden su derecho a la vivienda, la educación, la salud o a una alimentación suficiente.

En varias ocasiones, en especial cuando estalló esta crisis inventada que ha desencandenado una tremenda depresión, los gobiernos del mundo han prometido enfrentarse al delito internacional y al dinero mal habido y eliminar los paraísos fiscales. Pero no han hecho nada en ese sentido. Es la  misma pasividad que aplican a la lucha real contra los delitos de los que he hablado, empezando por el de la evasión fiscal.

Eso es lo que más envenena de todo esto. El saber que si los gobiernos del mundo cumplieran con su deber, que se enfrentaran de verdad a quienes trafican con seres humanos, con armas y con droga, si eliminaran la especulación financiera, aplicando la Tasa Robin que algunos llaman Tobin y si establecieran la disciplina en el pago de impuestos, en lugar de su actual complicidad con los ricos que no cumplen con sus deberes legales, si, de verdad entraran con todo el peso de la ley en los paraísos fiscales, si hicieran eso, digo, no sólo terminarían con esta crisis, no sólo neutralizarían la depresión. Es que acabarían con el hambre en el mundo y solucionarían los problemas de educación, vivienda, salud y hambre que están destruyendo la felicidad y la vida de tantísima gente.  

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