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viernes, 26 de abril de 2024 06:51h.

Un año después del derrame de Repsol en Perú: ni limpieza ni reparación - por Ramón P. Yelo

 

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Un año después del derrame de Repsol en Perú: ni limpieza ni reparación - por Ramón P. Yelo

Los colectivos de pescadores y otros grupos de afectados por la fuga de crudo ocasionada por Repsol el 15 de enero de 2022 denuncian la falta de una vía efectiva de compensación por los daños causados, la pasividad de las instituciones competentes a la hora de intervenir a favor de las víctimas y la persistencia de los remanentes del desastre en el fondo marino y en zonas de difícil acceso.

 

PERÚ REPSOL Más de 1.800 especímenes de fauna fallecieron como consecuencia del vertido, según datos de Serfor. RAMÓN P. YELO
Más de 1.800 especímenes de fauna fallecieron por el vertido, según datos de Serfor
RAMÓN P. YELO

 

Unos 30.000 peruanos acudieron a los balnearios de Ancón para celebrar el año nuevo en una de las reservas naturales más visitadas de la costa limeña. Nadie hubiera reparado en tal concurrencia si no fuera porque la autoridad ambiental mantiene dichas zonas de baño cerradas y la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) había alertado del peligro de acercarse a las aguas contaminadas de esta hermosa bahía.

Y es que, pese a que Repsol informó el pasado 13 de abril de la culminación satisfactoria de las principales labores de limpieza de los 11.900 barriles de petróleo vertidos el pasado 15 de enero de 2022 durante las operaciones de descarga ejecutadas en el Terminal Multiboya Nº 2 de la refinería de La Pampilla, los últimos datos brindados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) evidencian la presencia nociva de restos del hidrocarburo en 71 puntos de la costa central peruana.

La catástrofe impactó sobre muchas de las especies emblemáticas del ecosistema marino y, según datos de la Defensoría del Pueblo, truncó la vida de más de 15.000 personas, principalmente pescadores artesanales, pero también comerciantes y trabajadores de otros oficios vinculados al mar y al turismo que perdieron su fuente de ingresos. Hoy en día, buena parte de los damnificados se encuentran en una situación de incertidumbre, sin expectativas de recuperar su forma de vida en el corto o medio plazo.

Los últimos datos brindados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) evidencian la presencia nociva de restos del hidrocarburo en 71 puntos de la costa central peruana

Muchos de ellos se han visto obligados a escoger entre una indemnización exigua o reclamar una suma mayor a través de los caminos inciertos de la vía judicial, mientras que los menos afortunados no han recibido compensación alguna. Tal y como afirma el responsable de Gobernanza Marino-Costera de Cooperacción, Alejandro Chirinos, la dilación de procesos y la fragmentación social son estrategias habituales en corporaciones implicadas en delitos ambientales para “llegar a arreglos extrajudiciales con las víctimas y aprovecharse del agotamiento de la gente que sufre de escasez y teme enfrentarse a los equipos jurídicos de una transnacional en demandas que pueden demorar años en resolverse”. Asimismo, las asociaciones de afectados denuncian la falta de iniciativa por parte de las instituciones públicas a la hora de buscar una reparación justa para las víctimas del mismo.

Una catástrofe sin precedentes

El vertido de 2.100 toneladas de hidrocarburo se originó en la estructura de transferencia situada en el mar del distrito de Ventanilla, perteneciente a la provincia constitucional del Callao, y superó con creces el umbral de 700 toneladas establecido por la International Tanker Owners Pollution Federation Limited para la clasificación de los derrames de mayor gravedad. Según el informe elaborado y publicado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en febrero de 2022, las corrientes empujaron rápidamente la gran mancha hacia el norte, que cubrió más de 80 kilómetros de costa en distritos como Santa Rosa, Ancón, Aucallama o Chancay y asoló casi un millar y medio de hectáreas de área terrestre y marítima, entre las que se incluyen 500 hectáreas de áreas naturales protegidas como la Zona Reservada de Ancón y los grupos de islotes de Pescadores y Punta Salinas.

La catástrofe impactó sobre muchas de las especies emblemáticas del ecosistema marino y, según datos de la Defensoría del Pueblo, truncó la vida de más de 15.000 personas, principalmente pescadores artesanales

De hecho, las zonas afectadas forman parte del Gran Ecosistema Marino de la Corriente de Humboldt, un conjunto de hábitats de gran riqueza biológica donde, tal y como afirma Chirinos, la abundancia de plancton favorece el desarrollo de una extensa variedad de peces, moluscos y crustáceos, por lo que se constituye como una región predilecta para la migración o residencia permanente de aves como el pelícano, el alcatraz y el cormorán, además de mamíferos como el lobo marino. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) sancionó el pasado 15 de diciembre a Repsol con una multa de más de 7 millones de soles por la muerte de 1852 especímenes, entre los que se encuentran especies especialmente amenazadas como la nutria marina o el pingüino de Humboldt.

 

* Gracias a Ramón P. Yelo y a EL SALTO - En La casa de mni tía con licencia CREATIVE COMMONS

https://www.elsaltodiario.com/peru/ano-derrame-respol-peru-limpieza-reparacion

 

RAMÓN P. YELO
RAMÓN P. YELO

 

EL SALTO CREATIVE
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mancheta ene 23