La sublime invención neoliberal de que favorecer a la empresa genera empleo hace más daño cuando cae en las manos de la bobería instalada en el poder. Esto de pasarle perras, por activa o por pasiva, a las entidades potencialmente contratantes, junto con la otra toletada, la de la formación a todo pasto, son los dos grandes pozos en los que la ignorancia de una gente y la astucia de otra sepultan descomunales cantidades de dinero público. Le llaman "políticas activas de empleo", pero no son sino estallada de perras. Unas perras que se dilapidan sin más efecto práctico que el de engrosar las cuentas empresariales de resultados, pero sin impacto ninguno en el empleo. Ahora, a Paulino y Paquita se les ocurre una nueva (cree la boba pareja) genialidad (que encantará a las empresas receptoras de la pasta). Apoquinaran 4.500 euros, por contratar a personas paradas, a unas empresas que igualmente hubieran contratado. Y, para la persona parada, la consecuencia que describe mi admirado Padylla en LA OPINIÓN y que verá quien se tome el trabajo de pinchar en la imagen.