Un arma terrible del peor marketing, comenta Chema Tante

La poca gente que recuerda que el marketing es más, bastante más, que simplemente comunicación, sabe que el marketing es un arma que puede utilizarse para el bien, pero también para el mal. Y que eso es lo que hace perversamente el neoliberalismo, utilizar el marketing en su maldita obsesión por el beneficio a toda costa.

Una de las cuatro P de la mezcla de mercado, es la de Plaza, la que tiene que ver con la distribución. Y a esa P se refieren Juan Torres y el citado por Torres Anisi. Y un resorte maquiavélicamente utilizado por el peor marketing es jugar con el abastecimiento. Ocurrió, como dice Anisi, en los noventa. Pero lo han utilizado muchísimas veces. Fue lo que soliviantó a la sociedad chilena y condujo a caída de Allende. Es lo que hace USA, primero con Cuba y después, con Venezuela. Es la práctica nefasta de botar al mar toneladas de café brasileño o nuestra canaria "pica" que manda también muchas piñas de plátanos al barranco, "para contener los precios". Esto no es una empresa que opera en un mercado  saturado de oferta, y juega con su propia producción, para elevar su calidad y alzar su producto a otros segmentos más interesantes, sino de empresas que se valen de una situación de oferta pobre para rentabilizar de manera alejada de toda ética su margen de beneficio. Y, en mi opinión, se trata, directamente de un crimen, un asesinato colectivo, cuando esto se hace en un entorno de vida o muerte, cuando del abastecimiento depende la salud pública.

A la ley, los pillos suelen acompañar la trampa. A la ley de la oferta y la demanda, que los teóricos presentan como la maravilla económica, el cínico neoliberalismo le agrega la trampa de la contención de la oferta, para que la demanda se vea obligada a pagar más. Lo hacen habitualmente, con productos básicos, condenando a la hambruna a pueblos enteros o a la miseria a miles de millones de personas. Y lo hacen también con productos vitales, como los sanitarios, condenando a la enfermedad o a la muerte a mucha gente. Y, ahora, lo hacen con las vacunas, para multiplicar obscenamente los beneficios. Y, cuando conviene, utilizan este envilecimiento de la oferta, mediante bloqueos y sabotajes comerciales, para hostigar y extorsionar a los pueblos.

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Eso fue lo vienen provocando las políticas neoliberales y por eso decimos que crean escasez artificialmente. Destrozan a toda la economía y disminuyen la provisión de bienes y servicios pero benefician mucho, como he dicho, a los propietarios del capital financiero (que se enriquecen más cuanto mayor es la deuda) y a las grandes empresas que dominan los mercados y tienen clientes cautivos o una masa de liquidez muy grande con la que se enriquecen en los mercados financieros

Puede parecer que esta tesis que acabo de exponer es demasiado perversa como para ser verdad pero, si no la creen, lean lo que escribió en la página 183 de su libro El final de la edad dorada (Ed. Taurus 1996) quien había sido un poderoso ministro de Economía de Felipe González, Carlos Solchaga: "La reducción del desempleo, lejos de ser una estrategia de la que todos saldrían beneficiados, es una decisión que si se llevara a efecto podría acarrear perjuicios a muchos grupos de intereses y a algunos grupos de opinión pública". No se puede reconocer más explícita y claramente.

Eso es lo que ahora está sucediendo con las vacunas y por eso resulta cada vez más necesario que se definan y persigan los crímenes económicos contra la humanidad.

https://blogs.publico.es/juantorres/2021/03/12/la-creacion-artificial-de-la-escasez-el-caso-de-las-vacunas/