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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

ALTERMUNDISMO: CONGLOBACIÓN UN LLAMAMIENTO A LA ACCIÓN COMÚN DE TODAS ORGANIZACIONES ALTERMUNDISTAS: ECOLOGISTAS, SOCIALISTAS,PACIFISTAS, FEMINISTAS Y DEFENSORAS DE LOS DERECHOS HUMANOS

Declaración Final del Foro Social Europeo 2022, Florencia / Conglobación, otro mundo es posible - por Francisco Morote Costa (2006)

 

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Firenze2022. Concluye el foro de Florencia

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2022 Firenze se cierra abriendo una nueva temporada de convergencia entre los actores y movimientos sociales del continente. “Se inicia un camino común después de demasiados años de fragmentación temática y geográfica que ha debilitado a todos los que luchan por la justicia social y ambiental, en cualquier país y en cualquier latitud”, ha dicho el comité organizador.

La hoja de ruta incluye la creación de una mesa estable de relaciones entre todas las organizaciones y movimientos, con reuniones periódicas y dos objetivos:

  • “El primero es incluir en los próximos meses a todos los actores, grandes y pequeños, dispuestos a unirse y coordinarse para abordar juntos los grandes problemas de nuestro tiempo.
  • El segundo es trabajar para construir movilizaciones globales de la sociedad civil, empezando por una AlterCop en la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, que reúna a movimientos de todas las generaciones”.

El encuentro continental, celebrado en Florencia con motivo del 20º aniversario del Foro Social Europeo y compuesto por 45 actos, contó con la participación de un total de más de 700 delegados en representación de 155 organizaciones italianas y europeas. Hasta 25 países estuvieron presentes, desde Dinamarca hasta Grecia, pasando por Portugal y Europa del Este, con voces de Irán, Irak, Libia, Brasil, y una conexión en línea con la Asamblea de la Tierra en América Latina y activistas presentes en Sharm el-Sheikh en Egipto en la COP27.

Más de 100 representantes de organizaciones y movimientos, de todas las generaciones y áreas geográficas, representando a Fridays for Future y a los movimientos de mujeres, al movimiento pacifista y antirracista, a los movimientos campesinos y a los bienes comunes, así como a organizaciones sociales, culturales, de cooperación internacional, de finanzas éticas, de economía social y solidaria y a diversas organizaciones sindicales y políticas de la izquierda europea, intervinieron en la asamblea plenaria, que también fue seguida online por más de 2.000 personas. Entre ellos, los organizadores de la gran manifestación por la paz del 5 de noviembre en Roma y los animadores de las protestas laborales y ecológicas, intelectuales de fama mundial como el Premio Nobel de Física Giorgio Parisi y muchos activistas hoy en primera línea desde el norte de Europa, con la polaca Marta Lempart luchando por el derecho al aborto y la comunidad Lgbtqi+, hasta el sur, con la libia Souad Wheidi en defensa de los migrantes torturados en los campos de concentración libios.

“Con 2022Firenze comienza una nueva temporada de movimientos. Depende de cada uno de nosotros hacerla fértil. Nos lo pide el planeta, nos lo pide la dignidad de las mujeres y los hombres que lo habitan”.

El comité organizador.

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Conglobación, otro mundo es posible - por Francisco Morote Costa (2006). Presidente honorario de Attac Cabarias *

Históricamente la globalización ha sido la apuesta de la oligarquía capitalista mundial para superar, en su provecho, naturalmente, la crisis económica de finales de los sesenta y de la década de los setenta del siglo pasado. ¿ Cual ha sido el balance de la jugada? En términos generales, altamente satisfactorio para ellos. Resucitando la vieja […]
 
Históricamente la globalización ha sido la apuesta de la oligarquía capitalista mundial para superar, en su provecho, naturalmente, la crisis económica de finales de los sesenta y de la década de los setenta del siglo pasado.
 
¿ Cual ha sido el balance de la jugada?
 
En términos generales, altamente satisfactorio para ellos. Resucitando la vieja consigna liberal de » todo el poder para el mercado» ( es decir, para ellos mismos ), y con la complicidad de organismos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, y de gobiernos complacientes de signo liberal e, incluso, socialdemócrata, han logrado, mediante liberalizaciones, desregulaciones, privatizaciones, ataques al Estado del Bienestar, contrarreformas fiscales, deslocalizaciones industriales, fusiones empresariales, burbujas especulativas, etcétera, su objetivo fundamental, a saber : la recuperación de elevadas tasas de beneficios y el consiguiente impulso a la acumulación incesante de capital.
 
Ahora bien, si para los globalizadores la globalización no merece sino parabienes, para los globalizados a su pesar la globalización se ha traducido: en el plano económico en más desorden, sobre todo en el ámbito financiero, a causa de la plena liberalización de los movimientos de capital, capaces de originar catástrofes económicas y sociales como las de los años noventa del siglo pasado en América Latina, en el Sureste asiático y en Rusia; en el plano social, en un aumento de la polarización y de las desigualdades entre el Norte enriquecido y el Sur empobrecido, y entre las clases sociales de la mayor parte de los Estados del mundo ; y en el plano ecológico, en un deterioro aún mayor del medio ambiente, amenazado, cada día más, por el cambio climático global, provocado por una contaminación industrial sin apenas control.
 
No es extraño, pues, que a lo largo del tiempo se haya ido configurando un amplio frente mundial, visible sobre todo desde los sucesos de Seattle de 1999, de sindicalistas obreros y campesinos, ecologistas, pacifistas, tercermundistas, defensores de los derechos humanos, etcétera, que en contracumbres y foros sociales han venido manifestando su rechazo a una globalización diseñada para favorecer los intereses de operadores financieros, inversores, bancos y empresas transnacionales.
 
¿Qué pretende ese espectro de fuerzas, calificado despectivamente por los neoliberales de antiglobalizadores?
 
En la práctica ese frente, más real que oficial, que agrupa, en buena medida, a los viejos y a los nuevos movimientos sociales, con frecuencia antisistémicos, está dando forma, desde el convencimiento de que otro mundo es posible, a una opción, a una alternativa susceptible de ser asumida por pueblos, partidos, Estados y organismos democráticos internacionales. A esa opción, diferente a la globalización por los fines y por los medios, la llamo conglobación. El término, que existe en castellano con el significado de 1. Acción y efecto de conglobar – unir o juntar cosas o partes, de modo que formen un conjunto o montón – y 2. Juntamente y en compañía, expresa, en mi propósito, la idea y el proyecto de hacer, de construir entre todos los pueblos, Estados y organismos democráticos internacionales un mundo mejor, más justo y solidario, pacificado y ecológicamente sostenible. Un mundo donde los valores de la cooperación, la solidaridad y la ayuda mutua, el respeto por la naturaleza, por la vida, y por los derechos humanos y, muy especialmente, la repugnancia por la explotación de unos seres humanos por otros, sean la garantía de un futuro digno, seguro y libre para el conjunto de la humanidad. A mi juicio esa conglobación está en marcha, pero su éxito o su fracaso dependerá, en gran parte, de la inteligencia, de la generosidad y de la capacidad de entendimiento que demuestren los antiguos y los nuevos movimientos sociales, verdaderos motores de la conglobación. A todos ellos les corresponde una enorme responsabilidad, pues como escribía R. Dumont, pocos años antes de su muerte ( refiriéndose entonces a los nuevos movimientos sociales ), » sólo si se unen, renacerá la esperanza».
 
* En La casa de mi tía por gentileza de Francisco Morote Costa
FRANCISCO MOROTE
FRANCISCO MOROTE

 

MANCHETA AGOSTO 22