El SCE y las cuatro grandes ciudades canarias elaboran una iniciativa para afrontar las tasas de desempleo
Yo me desespero. Es lo único que se les ocurre: Reunión, otra reunión, un plan, otro plan, una iniciativa, una estrategia. Todo se les va por la boca. Mientras tanto, pasa el tiempo y el paro crece.
No se enteran. Hace tres meses ¿recuerdan ustedes? la ínclita consejera de Empleo presentó entre chácaras y tambores un "Plan de Empleo" que iba a invertir la tira de millones para construir unos miles de empleos. Nunca más se supo. Ni se sabrá. Ahora, Manuel León, el inoperante director del Servicio Canario de Empleo, como está preocupado, no por el paro, sino por su puestito, hace lo posible por aparentar que se gana el sueldo y se einventa esa toletada de las reuniones con las cuatro grandes ciudades de Canarias, para, dice, diseñar "estrategias de acción para afrontar las tasas de desempleo de dichas localidades y, además, mejorar la eficacia de las políticas de empleo y formación". Tan bellas como inanes palabras no pueden ocultar la realidad de que para mejorar la eficacia de algo es condición inexcusable que ese algo exista. Y nadie dudará que políticas de empleo y formación, en Canarias, no existen.
Yo le digo a Manuel, a Margarita y a su capo Paulino lo que tienen que hacer: Métanle mano a la cantidad de dinero que se gastan en chorradas tipo policia, televisión, oficinas de representación en el exterior, direcciones generales para enchufar amiguetes, viajes presidenciales, hoy al Uruguay, ayer a Berlín, mañana, otra vez, a Marruecos. Exijan a Rajoy que le ajuste las tuercas a los empresarios y autónomos bergantes que no han invertido los fondos RIC como es debido. Y todo ese dinero, dedíquenlo a inversión pública productiva. Ojo, productiva, no gas y puertos de monopoly. Inversión pública productiva es, por ejemplo, potenciar al sector primario, o rehabilitar planta alojativa turística caduca, con criterios de reducción de plazas y de recuperación de suelo construido. Eso son estrategias. Sentarse con los ayuntamientos a ver cómo se consiguen unos euros para empilchar unas calles o reparar unos bordillos, es una pérdida de tiempo.