El tomate canario de exportación, ante una de sus últimas oportunidades
Román Delgado habla, aunque no lo parezca, (o ¿SÍ?) de los úlitmos estertores de la agonía de la segunda exportación hortofrutícola canaria. El tomate. Quién te ha visto y quien te ve. Desde luego, en los mercados europeos, al tomate canario, cada año se le ve menos. Y, si me hacen ustedes el favor de mirar, lo mismo está ocurriendo en el mercado canario.
Y yo pregunto: Ya que no somos capaces de producir en los niveles de calidad y diversificación de categorías que demandan los mercados europeos ¿Por qué empeñarse en exportar a mercados donde no se nos quiere, cuando tenemos en Canarias a millones de personas, las mismas que consumen por esos nortes europeos? ¿Por qué no exportamos, sin necesidad de transportarlo, en los estómagos consumidores?
Porque uno no observa ningún esfuerzo comercial para extender el consumo de nuestro tomate entre la gente local y, sobre todo, entre los turistas. Porque uno asiste en los establecimientos detallistas al espectáculo de la gente compradora que atiende, única y exclusivamente, al precio y no al origen del producto. Y uno sabe, sin necesidad de que le den más datos, que los y las turistas consumen poco tomate canario. O, por lo menos, no tanto como se debería.