Fracaso en la UE tras 16 horas de reunión: las exigencias de Holanda bloquean las ayudas contra el coronavirus, Andrés Gil en EL DIARIO y en la web de ATTAC CANARIAS, comenta Chema Tante
Francisco Morote, de Attac Canarias señala esta crónica que escribe desde Bruselas Andrés Gil en EL DIARIO y que reproduce la web de la propia ATTAC CANARIAS. Y yo, Chema Tante, lo comento y ojalá los órganos controladores de la Unión Europea aplicaran tanta diligencia como lo han hecho en el pasado para controlar déficits y gastos de los gobiernos, para impedir en el futuro que esos gobiernos no roben ni exoneren de impuestos a sus amiguetes ni se endeuden.
Comenta Chema Tante:
Aunque suene a herejía, diré que entiendo perfectamente las desconfianzas de la opulenta Europa del Norte para abrir el grifo financiero a la Europa del Sur. Porque ya se ha visto lo qué han hecho los gobiernos de esta sur con el dinero público: corrupción, derroche, benevolencia fiscal y aumento descomunal de la deuda.
Pero claro, también hay que decir que con su cicatería, los gobiernos del Norte no le hacen pagar sus culpas a los culpables del estropicio financiero, sino a la gente desamparada. Y sin olvidar tampoco que, cuando se han producido los saqueos, las instituciones financieras europeas no han dicho absolutamente nada. Todo el celo controlador se ha reducido a que los gobiernos mantuvieran el austeritarismo. Pero, con el dinero público que quedaba, más el que arrebañaban endeudándose, los gobiernos del sur europeo han podido hacer lo que han querido, de corrupción a la elusión fiscal, sin que desde Europa se escuchara la menor crítica.
De manera que lo que tiene que hacer la Unión Europea es resucitar a la Troika, sí, pero no para velar para que los gobiernos no gasten, sino para impedir que roben. Y, con ello, podrá fluir la corriente financiera, por una vez y que dure, hacia le gente pobre, en lugar de hacia la gente rica
Estamos como estábamos al principio de la crisis del coronavirus. Con una decena de países, entre ellos España, Italia y Francia, que, frente a Holanda, Alemania, Austria y Finlandia, persiguen un plan Marshall, un plan de recuperación ambicioso: en términos económicos y en términos de unión fiscal y monetaria. Es decir, con bonos comunes o con algún tipo de mutualización de una deuda que se va a disparar en todo el continente hasta picos sólo conocidos en periodos de guerra, y no por desequilibrios económicos internos, sino por una pandemia que golpea a todos los países pero que no a todos les hace las mismas heridas económica. Aunque todos quedarán heridos.
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