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sábado, 20 de abril de 2024 08:03h.

Pocas bromas. Aquí quien manda son las empresas

La migración es imparable, beneficia a los pueblos y la reprimen porque interesa a las oligarquías empresariales – por Chema Tante

 

fraSE TANTE MIGRACIÓN

La migración es imparable, beneficia a los pueblos y la reprimen porque interesa a las oligarquías empresariales – por Chema Tante *

 

Es tan obvio, tan evidente, tan demostrado por la historia, que resulta exasperante tener que estar repitiéndolo, una y otra vez.

La migración -hasta tanto se obtenga la justicia global- no puede detenerse. Mientras haya territorios en los que la gente viva muy mal y territorios en los que la gente puede vivir un poco mejor, no faltarán personas que quieran ejercer su derecho a buscar alivio a su sufrimiento. Si a ello se suma la cantidad ingente de seres humanos que huyen de las represiones políticas y de las guerras, está claro que las masas continuarán intentando cruzar las fronteras.

La migración no la paran ni las rejas, ni las armas ni el dinero que se entregue a los gobiernos corruptos. Es imparable, por mucho que grite el racismo explotador.

Pero, además, las poblaciones de los países opulentos están envejecidas. Necesitan jóvenes que aporten su fuerza de trabajo, jóvenes que consuman, que produzcan y que paguen impuestos. Son los y las jóvenes que forman la migración.

Algo tan sencillo y tan obvio, que hace falta ser muy bruto o muy cruel, es decir, muy fascista o muy neoliberal, que es lo mismo, para no entenderlo o reconocerlo.

 En realidad, quienes no lo entienden, los brutos, son los fascistas o neoliberales de abajo; los de arriba lo entienden muy bien y lo reconocen. Tanto lo entienden y lo reconocen, que para aprovecharse de ello, imponen la represión de la migración. Aunque eso suponga darle armas para el chantaje al rey de Marruecos,

Reprimiendo la migración, no se la hace desaparecer, pero se convierte a esos seres humanos en parias sin derechos, en víctimas inermes del abuso laboral.

 Las atroces políticas y legislaciones migratorias en la Unión Europea y en el estado español, no protegen a los pueblos, como pretenden, su objetivo es propiciar el abuso laboral.

 Durante muchos siglos, las oligarquías montaron sus sistemas productivos, comerciales y sociales sobre la esclavitud. Y tardaron mucho tiempo en percatarse de que ese modelo era muy costoso, si se compara con el de la mano de obra asalariada. A la persona esclava hay que comprarla, es una inversión. Por eso, hay que alimentarla y vestirla bien para que no se enferme; y curarla, si a pesar de todo se enferma. Porque si se muere, se pierde la inversión. Con la persona asalariada no  hay que tener tanto cuidado. Si se enferma o se muere, basta con tener material de reposición. Pero ese modelo de la mano de obra asalariada tiene el inconveniente de que son personas con cabeza y pueden pelear, de hecho lo hacen, por sus derechos.

 Contra ese inconveniente, la oligarquía, por una parte, se inventa la teoría neoliberal que sostiene como dogma que para solventar los problemas, basta con proteger a las empresas, que ya ellas se ocuparan de las trabajadoras y los trabajadoras. Y se aplica el austeritarismo y se suprimen los derechos laborales, porque hay que proteger a las empresas "que son las que generan empleo". Y, por la otra, se recurre a la ingente reserva de mano de obra barata y sumisa que existe en los países pobres. Por eso se deslocaliza la producción y se instala  en esos territorios. Y, para los mercados de trabajo locales, para evitar que se desmanden y empiecen otra vez con las luchas obreras, se reprime la migración. Como la migración seguirá, de todas formas, así se cuenta con gente joven y fuerte, dispuesta a trabajar en las peores condiciones. Y, como efecto añadido, se contienen las demandas de las trabajadoras y trabajadores regulares, espantándolas con las filas interminables de demandantes de empleo. Por cierto, por eso nunca se termina con el paro, pero esa es otra historia, relacionada, pero que merece tratamiento aparte.

 Ahora que la Unión Europea y el estado español se disponen a emprender un proceso que debería restañar los perjuicios de una pandemia devastadora, para lo que se contará con todos los recursos que se necesiten, sería el momento de invertir en proyectos públicos y en servicios sociales todos esos recursos, abriendo a la vez, de manera organizada, la puerta a la necesaria mano de obra migrante.

Pero, como quienes mandan son las propias oligarquías empresariales neoliberales, no se hará así. Se dará ese dinero a las empresas y se les permitirá continuar de la gente, regular o migrante.

 Y por eso, con todo cinismo y la mayor brutalidad, el gobierno llamado socialista ¡y obrero! irrespeta los derechos de las personas migrantes que ya habían entrado en territorio de Ceuta y las devuelve de manera ilegal, en caliente, sin prestarles la atención individualizada que contempla la ley. En realidad, esto no es una “defensa de la integridad territorial” sino un mensaje a la gente trabajadora: Pocas bromas. Aquí quien manda son las empresas.

 * Lo escribe y lo sostiene Chema Tante

CHEMA TANTE

 

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