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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Robert Mundell, genio malvado del euro greg Palast en THE GUARDIAN (2012)

El Euro y la economía colonial - por Federico Aguilera Klink

Hace unos días se ha conmemorado la imposición del euro como moneda europea. Diferentes economistas están dando sus respectivas opiniones sobre las ventajas e inconvenientes de tener una moneda única.

El periodista Yago Alvarez ha mostrado algunas de estas opiniones en un buen artículo

https://www.elsaltodiario.com/euro/20-anos-de-la-entrada-en-el-euro-economistas-hacen-balance

que ha incluído, también, La casa de mi tía

http://www.lacasademitia.es/articulo/economia/era-momento-importante-parecia-que-entrabamos-nueva-era/20220108073553120173.html

Las opiniones de los diferentes economistas son bastante interesantes pero suelen destacar, fundamentalmente, aspectos técnicos y económicos. Sin embargo, me gustaría resaltar cómo veía el euro, en 2012, el periodista de investigación Greg Palast, autor de un recomendable libro titulado “La mejor democracia que se puede comprar con dinero”, y autor, también, de un artículo publicado en The Guardian y titulado “Robert Mundell, genio malvado del euro”,

https://www.theguardian.com/commentisfree/2012/jun/26/robert-mundell-evil-genius-euro

En el citado artículo, Palast señala un aspecto apenas destacado por los economistas y consiste en que, básicamente, el euro impide a los gobiernos tomar medidas relevantes al margen del Banco Central Europeo, en otras palabras, imponer el euro es similar a dar un golpe de estado que permite la existencia de las elecciones pero no de cambios en la política económica. Convierte la democracia en una farsa.

Tal y como señala Palast en su artículo, “El euro realmente haría su trabajo cuando golpeara la crisis, según Mundell (autor intelectual del euro). Eliminar el control de un gobierno sobre la moneda evitaría que los funcionarios electos desagradables utilicen el juego monetario y fiscal keynesiano para sacar a una nación de la recesión.

Pone la política monetaria fuera del alcance de los políticos", dijo Mundell , y sin una política fiscal, la única forma en que las naciones pueden mantener los puestos de trabajo es mediante la reducción competitiva de las reglas sobre los negocios.

Citó leyes laborales, regulaciones ambientales y, por supuesto, impuestos. El euro acabaría con todo. No se permitiría que la democracia interfiriera con el mercado o las tuberías”.

Y así ha sido y así se le recordó de manera brutal a Grecia y a los demás países al insistirles en que las elecciones no van a cambiar la política económica, como afirmó Schäuble, ministro de finanzas de Merkel en relación a Grecia y como se le impuso a Zapatero la reforma exprés del artículo 135 de la Constitución Española para saltarse todo su contenido social (no aplicado, en cualquier caso) y poner por delante el pago de la deuda a la Banca, aunque esa deuda fuera odiosa y no hubiera que pagarla.

Algo similar afirma Michael Hudson en su debate con Thomas Piketty al afirmar “Mientras los bancos y el sector financiero redacten las leyes fiscales y los legisladores del gobierno sean básicamente empleados del sector financiero que financia sus campañas políticas, no podrá gravarlos ni acabar con los precios de transferencia ficticios que las corporaciones utilizan para fingir que no ganan dinero excepto en enclaves artificiales sin impuesto sobre la renta”. https://michael-hudson.com/2021/10/piketty-vs-hudson/

Pero lo más importante y grave de todo esto consiste en que la mayoría de los economistas no se han enterado o no se dan por enterados. Esto me recuerda a la creencia que tienen los economistas sobre el conocimiento que tienen del funcionamiento del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional como bancos que, supuestamente, trabajan para el “desarrollo económico de los países a los que conceden préstamos”.

En otra entrevista a Michael Hudson sobre el papel de estos bancos, reconoce que la mayoría de los economistas no saben realmente a qué se dedican y, si por casualidad lo saben, se callan para no ser asesinados. De hecho, Hudson reconoce que ni siquiera Joseph Stiglitz, economista jefe del Banco Mundial y posteriormente Premio Nobel de Economía en 2001, no sabía cuál era el papel de dicho banco y lo abandonó cuando entendió qué era lo que realmente hacía. Más concretamente “Cuando Joe Stiglitz se convirtió en el economista jefe del Banco Mundial, no había excusa para no comprender cómo funcionaba el sistema. Se sorprendió al descubrir que, de hecho, no funcionó como se anunciaba y renunció. Pero debería haber sabido desde el principio de qué se trataba. Si no entendió cómo era hasta que se fue a trabajar allí, puede comprender lo difícil que es para la mayoría de los académicos dominar el vocabulario de la economía basura, la charla del libre comercio y los mercados libres para comprender cuán explotador y destructivo es el sistema”. 

http://www.lacasademitia.es/articulo/economia/banco-mundial-politica-alimentaria-chantaje-alimentario-consenso-washington-libertad-entrevista-bonnie-faulkner-michael-hudson-guns-butter-2019-extractada-federico-aguilera-klink-segunda-parte/20211212081445119355.html

Pero seguimos, con una economía basura que enseña la incapacidad de aprender y de comprender, mientras se conmemora e incluso celebra la imposición del euro, una moneda que no es nada más que un golpe de estado financiero. Y es que, como decía Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank en Davos en 1996, “Los mercados financieros jugarán cada vez más el papel de gendarmes y los políticos deben comprender que ahora están  bajo el control de los mercados financieros y no solamente de los debates nacionales”. Claro que hablar de “mercados” es una auténtica estafa de lenguaje y de concepto pues la palabra que los puede definir de manera más adecuada es la de atracadores y estafadores criminales sin escrúpulos.

Termino volviendo a Hudson, economista que resuelve con claridad la citada estafa  terminológica y conceptual. “La economía convencional …ha secuestrado la política del Congreso, las universidades y los medios de comunicación, para transmitir un mapa falso de cómo funcionan las economías. 

Lo que ve la mayoría de la gente es una parodia de la realidad…..Mientras suelta las peroratas sobre la ideología de libre mercado….a uno solo le queda elegir entre la planificación central a cargo de una burocracia pública o una planificación aún más centralizada por parte de la burocracia financiera de Wall Street”. (Michael Hudson. Matar al huésped. Cómo la deuda y los parásitos financieros destruyen la economía global). El resultado es una enseñanza que coloniza la mente y que es totalmente adecuada para el funcionamiento de una economía colonial al servicio de los grupos financieros y grandes corporaciones, con consumidores enajenados y satisfechos de poder consumir, a veces.

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