El análisis que hace Esnaola es irrefutable. Los índices y referentes financieros que afectan con tanta significación nuestras vidas no solamente no se originan desde datos objetivos, sino que pueden ser modificados con suma facilidad mediante ardides varios. Tanto sobre el Libor, que opera como factor determinante en la fijación de los intereses de los créditos, como sobre las cotizaciones de los mercados financieros actúna multitud de presiones para fijarlos en función de los intereses de cada momento.

Solamente lo del Libor, cuya manipulación ya han confesado varios bancos ya justificaría una revisión profunda del sistema financiero. Pero las evidentes malas intenciones de las agencias de calificación o las pruebas de las presiones sobre las cotizaciones de mercados demuestran que es el entramado capitalista el que está podrido y exige una transformación de toda la sociedad.

Vean como Esnaola argumenta que las celebres siete palabras de Draghi no tenían otro objetivo que dar un aire coyuntural al mercado, como se demosttró acto seguido por la rectificación deiamtralmente opuesta que hizo cuatro días más tarde.

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