Ahora que sube de nuevo la factura de la electricidad, se escuchan potenciadas las voces que crítican la irracional situación a que nos han llevado las desastrosas poíticas de Adán Martín (con Mauricio en la sombra), Paulino, Soria y ahora también José Miguel Pérez. Porque, diga lo que diga ahora Paulino con ese nuevo ardor medioambientalista que le ha salido, la verdad es que los planes para instalar renovables en Canarias se reducen a las iniciativas de emprendedores privados y a las aisladas de algunas administraciones locales, como las del Sureste grancanario y El Hierro.

Y yo lo diré otra vez. Canarias cuenta con unas excepcionales condiciones naturales y un potente bagaje de conocimiento científico y técnico para que en el miz de la generación energética las tecnologías limpias pasen a ocupar el primer lugar, sustituyendo gradualmente al petróleo y eliminando toda neecsidad de apelar al gas. Los costes de instalación de esas tecnologías no son significativos, si se tiene en cuenta que con ella desaparecerán los costes no internalizados, pero reales, existentes,  en la producción con fosiles. Se trata de todos los costes que supone la prevención y recuperación de daños, los perjuicios medioambientales, la dependencia económica por la factura tremenda que tenemos que pagar, día a día y el tremendo riesgo de un desabastecimiento, por cualquier conflicto internacional, que dejarían a Canarias sumida en el caos.

Uno no entiende tanta irresponsabilidad.

http://www.canariasahora.es/topsecret/ampliar/16604/

Y aprovecho para recoemendar esta útil página, de donde he sacado el bombillo con que ilustro esta entrada:

http://despilfarro.com/