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miércoles, 24 de abril de 2024 19:25h.

Vacunas anti covid-19. La Unión Europea, con las farmaceúticas y contra los países en vías de desarrollo y menos desarrollados. Carta Abierta

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Vacunas anti covid-19. La Unión Europea, con las farmaceúticas y contra los países en vías de desarrollo y menos desarrollados. Carta Abierta

Presidenta Ursula von der Leyen - Comisión Europea

Valdis Dombrovskis - Vicepresidente Ejecutivo Comisión Europea

Stella Kyriakides - Comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria Comisión Europea

 

Los abajo firmantes representamos a X organizaciones no gubernamentales de países en vías de desarrollo y menos desarrollados que luchan por conseguir las vacunas contra el COVID-19 mientras la pandemia devasta nuestras comunidades y países. Nos dirigimos a la Unión Europea para instarla a que retire su oposición y apoye la propuesta que se encuentra actualmente sobre la mesa en la OMC para eximir de ciertas obligaciones de los ADPIC para la prevención, el tratamiento y la contención del COVID-19. La propuesta fue presentada por India y Sudáfrica el 2 de octubre de 2020. Esta propuesta ha obtenido el apoyo y el copatrocinio de Bolivia, Eswatini, Kenia, Mozambique, Mongolia, Pakistán, Venezuela y Zimbabue. El presidente de la Unión Africana, el sudafricano Cyril Ramaphosa, ha señalado la "dolorosa ironía" de que los ensayos clínicos se realicen en el continente, que ahora lucha por acceder al suministro.

La gran mayoría de los países en desarrollo, así como organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), UNITAID y representantes de la sociedad civil y del mundo académico han expresado su apoyo a la exención propuesta.

Desde el comienzo de la pandemia, la UE y sus miembros han prometido solidaridad internacional y acceso global, y han afirmado querer crear un bien común mundial. Recordamos a la presidenta von der Leyen diciendo que "una pandemia global requiere un esfuerzo mundial para acabar con ella: ninguno de nosotros estará a salvo hasta que todos estemos a salvo".   Y, sin embargo, la UE sigue obstruyendo y oponiéndose a la propuesta de exención, que pretende eliminar los monopolios de propiedad intelectual pertinentes para que la producción de productos médicos de COVID-19 pueda ampliarse y diversificarse a nivel mundial.

Transcurrido más de un año de la pandemia, persiste en muchos países una grave escasez de productos médicos, como kits de pruebas, equipos de protección, ventiladores, productos terapéuticos y dispositivos médicos, lo que dificulta la prevención, el tratamiento y la contención del COVID-19.

La disparidad en el acceso a las vacunas es especialmente chocante. Los países de altos ingresos, que constituyen sólo el 16% de la población mundial, han reclamado 4.200 millones de dosis, frente a los 1.900 millones de dosis del 84% de la población mundial. Muchos de estos países ricos han adquirido suficientes dosis para vacunar a su población varias veces. De los 50 países en los que se han iniciado programas de vacunación, 40 son países de renta alta.  La escasez mundial de suministros es una gran preocupación y no se limita a las vacunas.

El suministro mundial de vacunas depende actualmente de unos pocos fabricantes, entre ellos Pfizer, AstraZeneca y Moderna, y sin embargo no pueden satisfacer la demanda mundial, ni siquiera la de los países ricos. Esta situación es insostenible. En una emergencia sanitaria mundial en la que la investigación y el desarrollo se han visto impulsados por cantidades sustanciales de fondos públicos, es simplemente inconcebible que estos pocos fabricantes se beneficien de sus monopolios de propiedad intelectual mientras el mundo sufre. También destacamos que COVAX sólo pondrá a disposición 2.000 millones de dosis para finales de 2021, lo que representa una mera fracción de las necesidades de 6.400 millones de personas en los países en desarrollo y menos desarrollados.

Hay una necesidad urgente de ampliar y diversificar las opciones de suministro y de involucrar a los fabricantes de todo el mundo en el aumento de la producción de vacunas. Para ello, es necesario eliminar las barreras de propiedad intelectual. La exención de los ADPIC es la mejor manera de hacerlo, ya que permite a los fabricantes y a los gobiernos la libertad de actuar para satisfacer la necesidad mundial de vacunas y terapias de COVID-19.   

La oposición de la UE a la adopción de la exención es simplemente indefendible. Está contribuyendo a profundizar la crisis global de desigualdad. Su oposición también es "autodestructiva". La reciente aparición de nuevas variantes ha demostrado que mientras grandes partes de la población mundial, especialmente las comunidades vulnerables, sigan sin protección, es probable que se produzcan nuevas y más resistentes mutaciones del virus, amenazando con prolongar la pandemia y seguir devastando los medios de vida, las comunidades y las economías de todo el mundo, incluidos los países de la UE.

La pandemia de COVID-19 es más que una crisis sanitaria; es una crisis económica, una crisis humanitaria, una crisis de seguridad y una crisis de derechos humanos que requiere el tipo de compasión y solidaridad que usted ha prometido que Estados Unidos mostrará.  Necesitamos una acción urgente sin precedentes por parte de los líderes mundiales para contener el virus a nivel global. Necesitamos que los fabricantes de todos los continentes, en los países en vías de desarrollo, se dediquen a la producción, siempre que sea posible, si queremos superar esta pandemia.

Le pedimos encarecidamente que apoye incondicionalmente la propuesta de exención de ciertas obligaciones de los ADPIC para la prevención, el tratamiento y la contención del COVID-19 o, como mínimo, que no obstaculice su adopción.

* En La casa de mi tía con la colaboración de Francisco Morote, de Attac Canarias

 

MANCHETA 9