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domingo, 05 de mayo de 2024 14:04h.

¿Quién gana con la corrupción? - por Gustavo Martín Cerpa

Se ha encargado Rajoy y el PP en su primer año de gobierno de vilipendiar todo aquello que suene a público: sanidad, justicia, educación y empleados públicos. Los recortes en sanidad, la nueva Ley de tasas judiciales, la polémica Ley de mejora de la Calidad Educativa o la puesta en marcha de mecanismos legislativos para reducir salarios o quitar derechos consolidados como la paga extra son algunos ejemplos.

¿Quién gana con la corrupción? - por Gustavo Martín Cerpa, Presidente de Nueva Canarias en  Arucas

 

Se ha encargado Rajoy y el PP en su primer año de gobierno de vilipendiar todo aquello que suene a público: sanidad, justicia, educación y empleados públicos. Los recortes en sanidad, la nueva Ley de tasas judiciales, la polémica Ley de mejora de la Calidad Educativa o la puesta en marcha de mecanismos legislativos para reducir salarios o quitar derechos consolidados como la paga extra son algunos ejemplos.

Además, en el sector privado, en apenas un año de gobierno, el número de personas que han perdido su puesto de trabajo o no encuentran un empleo sobrepasa el medio millón de personas, después de aprobar una reforma del mercado laboral que rebaja salarios, suprime condiciones laborales conquistadas hace décadas y allana el camino a los empresarios para que despidan a sus trabajadores de forma masiva.

Con este panorama, en una sociedad desmotivada y sin ningún tipo de esperanza, salta el caso de corrupción de Bárcenas, que parece una telenovela de entrega por capítulos, cuyos protagonistas y guionistas están en las mismas filas del PP, que como todas las telenovelas tiene a mucha gente entretenida. Todas estas situaciones juntas son ingredientes más que suficientes para descabalgar a un Presidente de Gobierno, que en apenas un año ha perdido el apoyo de la mitad de los que lo encumbraron a una mayoría absoluta.

Sin embargo, Rajoy piensa que la mejor defensa es un buen ataque. Así, ha puesto en marcha una estrategia muy vieja en política, que por lo que se ve sigue dando resultados: utilizar la corrupcióndesviar la atención sobre los verdaderos problemas del estado.

Para lograr este objetivo, ha creado, con la colaboración de algunos medios de comunicación, una atmósfera de sospecha generalizada de que la corrupción es algo presente en todas las administraciones públicas y en todas las organizaciones políticas. Seguro que por su cabeza pasa eso de que mientras el pueblo esté entretenido en estas cosas, le irá mejor.

Corrupción hay, ha habido y habrá siempre (no sólo en política) porque es algo que depende de las conductas de las personas. Sin embargo, en política, en la mayoría de las ocasiones, más que un problema del sistema es un problema de las personas que elegimos para estar al frente de las administraciones públicas.

Quisiera recordar que el PP con el caso Gurtel a sus espaldas sacó mayoría absoluta en las elecciones generales, con el apoyo de más de once millones de personas. Y aquí en Gran Canaria, obtuvieron los mejores resultados de su historia. Otro ejemplo puede ser el de Berlusconi en Italia, quién después de todas las que ha hecho, obtuvo el respaldo del 30% de las personas que votaron la semana pasada para elegir al presidente del Gobierno.

Y yo me pregunto ¿es justo que metamos a todos los políticos en el mismo saco por los casos de corrupción del PP? Evidentemente no. Es como si todos los profesores de un centro tuvieran que pagar porque un compañero o compañera ha sido denunciado por abuso de menores, o todos los médicos por una negligencia de un compañero o los miembros de una familia por un delito cometido por uno de los suyos.

Por todo ello, tengo claro que con esa estrategia de extender la sombra de la corrupción por doquier los que ganan son Rajoy y su gente, puesto que la mayoría de la población optaría ahora mismo por no acudir a las urnas bajo ese pensamiento de que son todos iguales. Recordemos que una baja participación en unas elecciones generalmente beneficia al que gobierna.

Así pues, o empezamos a separar la paja del trigo, sin meter a todos en el mismo saco, o esta guerra la seguirá ganando sin lugar a dudas Rajoy y su partido.