15 años de la Guerra de Irak (3) Abuso de posición dominante, Irak (enero, 2003 ) - por Francisco Morote
Nota de Chema Tante: Tercera entrega de la serie de cinco artículos que escribiera el hoy presidente honorario de Attac Canarias, cuando los bélicos acontecimientos se encontraban en pleno desarrollo. Ha pasado el tiempo, aunque no haya llovido mucho, pero recordar lo que pasó entonces aporta elementos para comprender lo que está pasando ahora.
15 años de la Guerra de Irak (3) Abuso de posición dominante, Irak (enero, 2003 ) - por Francisco Morote, presidente honorario de Attac Canarias *
El derecho comunitario europeo define el concepto de posición dominante como "la posición de fortaleza económica de una empresa, que le permite evitar que en el mercado en cuestión se mantenga una competencia real por conferirle el poder de conducirse en buena medida con independencia de sus competidores, clientes y en último extremo de los consumidores".
Por su parte el derecho mercantil define el abuso de posición dominante como aquella "actividad comercial prohibida, realizada en perjuicio de otra empresa o de los consumidores, que se prevale de una situación de ventaja".
Cuando no hace mucho tiempo escuché esta última expresión a la que con anterioridad, lo confieso, no le había prestado excesiva atención, no pude por menos que asociarla, esta vez, al panorama más reciente, en términos históricos, de la política mundial, de eso que llamamos, indulgentemente, orden político internacional. ¿ Por qué? Porque si hay algo que define exactamente lo que viene sucediendo o los riesgos a los que estamos expuestos desde que, a partir de 1991, los Estados Unidos son la única superpotencia político-militar del mundo, son esas expresiones de posición dominante y de abuso de posición dominante. En efecto, no hay la menor duda de que tras la desaparición de la Unión Soviética vivimos
En mi opinión, es inútil lamentarse del hecho de que los Estados Unidos disponga de una posición dominante que hoy por hoy está fuera de cualquier duda. Es, en suma, el resultado de un proceso histórico del capitalismo y del imperialismo modernos que llevó de un mundo multipolar (Triple Alianza - Triple Entente = Primera Guerra Mundial; Eje - Aliados = Segunda Guerra Mundial), a otro bipolar ( Estados Unidos - Unión Soviética = Guerra Fría ), y de este al actual mundo unipolar. La cuestión no es si Estados Unidos tiene una posición dominante en la política internacional, que la tiene y la puede tener durante mucho tiempo, sino si va abusar de esa posición y si nada ni nadie se lo va a impedir o a hacer algo para impedírselo, puesto que el riesgo de que lo haga es manifiesto.
Ya con Clinton y su equipo, mucho más moderado, se dieron episodios de uso injusto e indebido de esa posición dominante, como el brutal ataque sobre Bagdad de diciembre de 1998, sin el aval de la ONU, en fecha tan sospechosa como la víspera del debate en la Cámara de Representantes norteamericana sobre un juicio de destitución en su contra a propósito del "caso Lewinsky". Pero, por aquel entonces, el gobierno estadounidense parecía, por lo general, querer contar con el consenso de otros gobiernos. Se hablaba de multilateralismo para definir una situación en la que Estados Unidos actuaba, más o menos, de común acuerdo con sus aliados europeos y no europeos. La novedad es que con el equipo Bush (hijo) todas esas consideraciones y cautelas parecen haberse esfumado. Del multilateralismo los Estados Unidos han pasado al unilateralismo, ignorando o pretendiendo ignorar a sus aliados y a la misma ONU cuando determinados intereses geopolíticos y económicos entran en juego.
Quizá, por ello, no esté de más recordar a aquellos gobiernos europeos y no europeos y a quienes soñaron, ingenua o interesadamente, con el multilateralismo lo que dijera en su día el secretario de Estado republicano Foster Dulles: " Estados Unidos no tiene amigos, sólo intereses", o más recientemente la también secretaria de Estado Madeleine Albright: "los Estados Unidos son la única nación indispensable".
Así es que, a la vista de los aires que corren por Washington, es imprescindible plantearse qué hacer para detener los más que probables excesos de la política exterior norteamericana. Debilitadas, hasta extremos penosos, las imprescindibles pero casi inútiles Naciones Unidas, es responsabilidad de la comunidad internacional, de los estados, en especial de los más sólidos, frenar los ímpetus bélicos y expansionistas de los actuales mandatarios de los Estados Unidos. Eso es lo que parecen estar intentando hacer algunos estadistas europeos (Alemania, Francia), aún a riesgo de que se llame "vieja Europa" (
Artículos anteriores de la serie:
http://www.lacasademitia.es/articulo/firmas/15-anos-de-la-guerra-de-irak/20180207072950077026.html
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Francisco Morote