Un año después - por Alejandro Floría Cortés
Un año después - por Alejandro Floría Cortés *
El pasado 21 de Julio del 2015 apareció en La Casa de Mi Tía mi primer escrito con contenido político, "Reflexiones sobre la unidad popular y la cuestión electoral".
Será difícil que olvide esa fecha porque el día comenzó con este acontecimiento amable e ilusionante y terminó con mi despido laboral de esas formas mezquinas y cobardes que sólo imaginamos en este país.
Aquel primer escrito se desarrolló en los últimos días de vacaciones, como ejercicio mental y con una ingenuidad premeditada, sin otra pretensión que la de aprender, lo que fue una buena idea.
A ese texto le sucedieron decenas a lo largo del último año, y siempre traté de aplicar un principio: por cada texto que escribiera debía leer al menos otros diez relacionados con el asunto. Siempre fueron más. Me atrevería a decir que también fue una buena idea.
A fecha de hoy suscribo las principales ideas de aquellos primeros textos, con las matices que, sin duda, introduce beber de más fuentes, y asumo tanto su viabilidad técnica como su inviabilidad política, al menos en este momento, como, precisamente, he reflejado en los últimos.
En esta tesitura, he tenido la disparatada idea de empezar a pensar qué tendría que hacer para organizar una mesa en la que explorar estrategias para promover y facilitar la articulación de las luchas y las demandas sectoriales, de las iniciativas y procesos de creación de contra-hegemonía y contra-poder y de las iniciativas culturales, económicas y sociales, libres y autogestionadas. Sin intervención partidista en la fase de prospección y estrategia y en niveles municipal a insular.
Por lo pronto, diría que hay tres perspectivas entrelazadas:
1.- La perspectiva multisectorial implica ver cada conflicto como una expresión particular de la lucha contra el mismo enemigo: el capitalismo. Orientación a las causas (raíz, radical).
Quizás se debería comenzar por la prospección de los frentes abiertos y su grado de desarrollo (vivienda, sanidad, educación, barrio, represión, género, laboral, consumo), para analizar seguidamente posibilidades de coordinación y cooperación en recursos, medios de difusión y espacios comunes.
2.- El capitalismo ha desarticulado la comunidad y ha proscrito la calle como espacio de relación.
La recuperación de los tejidos comunitarios como medio conductor de la solidaridad, el apoyo mutuo y la responsabilidad colectiva no puede ser ideológica ni programática sin encuentro y cohesión social previos. Indispensable recuperar y desarrollar los "Centros Sociales".
3.- La cultura como medio de emancipación del pueblo. Nada que no tuvieran claro hace 80 años en este país, por no hablar de movimientos de auto-organización que implicaban a miles de personas...
A falta de madurar y reescribir y repensar ideas, lo siguiente que he hecho es abrir un manual de Sociología. Y es deprimente comprobar cuánto tiempo nos llevan avisando del mal camino que llevamos:
Este concepto se anticipa a la teoría de Robert Putnam sobre el colapso de la participación comunitaria en el seno de la sociedad contemporánea. Su lectura sobre la "yihad" también tiene su cosa.
- una voluntad natural de actuar en cooperación que caracteriza las interacciones de la comunidad tradicional (Gemeinschaft)
- una voluntad racional de actuar con un fin específico que caracteriza las interacciones de la sociedad moderna (Gesellschaft)
- En las sociedades a gran escala, como las ciudades modernas, las relaciones son mucho más impersonales y superficiales, y están basadas en el interés individual más que en la ayuda mutua.
Ferdinand afirmaba que "la comunidad es, por esencia, de origen anterior a su sujeto o sus miembros".
Esta idea en estado embrionario no se va a espantar a sí misma adoptando una estructura rígida. Al contrario. Tampoco será líquida, concepto filosófico-sociológico que inquieta a cualquiera que recuerde algo de los enlaces en química.
"Se puede estar sin estar siempre. Se puede ser sin ser lo mismo. Se puede participar sin que implique casarse con nadie, ni dejar de tener vida propia. Desde el respeto mutuo, organizarse en la dispersión facilita la colaboración de personas y colectivos en diferentes grados, según sus propios deseos, capacidades y posibilidades, en cada momento. Centrarse en el proceso y no en la estructura. (Comité Disperso)"
* En La casa de mi tía por gentileza de Alejandro Floría Cortés