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viernes, 26 de abril de 2024 01:32h.

Assessor - oris, "Assidere" - por Bruno Perera


Hace unos días un señor ex- asesor y asiduo lector de páginas Webs, me escribió un e.mail donde me  cuenta lo mal que se siente por como algunas personas de medios de comunicación y otros ciudadanos tratan a los asesores que hacen su labor en el Cabildo y en otros entes públicos; ayuntamientos, etc.

ASSESSOR – ORIS, “ASSIDERE”

Hace unos días un señor ex- asesor y asiduo lector de páginas Webs, me escribió un e.mail donde me  cuenta lo mal que se siente por como algunas personas de medios de comunicación y otros ciudadanos tratan a los asesores que hacen su labor en el Cabildo y en otros entes públicos; ayuntamientos, etc.

Por favor a seguir lean la parte más esencial que me expuso la persona aludida.

Señor Bruno Perera, no nos conocemos.
Sigo con especial interés sus escritos dirigidos a medios digitales en Lanzarote. No los puedo leer todos, (leo a otros autores y escribo los míos, aunque sean pocos y de carácter más privado), porque les dedico no sólo el tiempo de lectura sino el de reflexión que todo escrito merece; bien para captar el mensaje, el espíritu del mismo o para crear una nueva opinión personal.

Me gustaría en la medida de lo posible, y siempre que lo tenga a bien, escriba algo en positivo acerca de los asesores políticos. Opino que a lo largo de la Humanidad hay innumerables ejemplos de lo que es ser un buen asesor político.

Le sugiero este tema, molesto por todas las barbaridades que escriben de ellos, y también por las "atrocidades" que hacen algunos cuando llegan a un puesto tan importante como, considero, es el de asesor.

Vaya por delante: fui asesor, no sólo durante las ocho horas diarias que ejercía mi labor, siete días a la semana, sino que traté siempre, mientras duró, de informarme, de leer, de interesarme, de asistir a charlas,....etc. para que cuando me pidiera un asesoramiento la consejera o consejero de turno tuviera toda la información veraz posible, y así tomara la mejor decisión que beneficiara al sector que representaba y pudiera actuar con la seguridad de que su elección era la correcta.

De ahí mi pesar por todas las críticas y sin razones que últimamente se leen o se escuchan relativas a los asesores.

Como todo en la vida y profesiones, los hay malos, buenos, menos buenos y menos malos, ¿o acaso porque unos pocos políticos sean corruptos hay que ponerlos a todos en el paredón de la plaza pública? Opino que no, porque por medio de la política, bien entendida y ejercida, hemos llegado a nuestra mayor cota de bienestar en el mundo que hoy llamamos occidental. Sólo con echar un vistazo atrás, a la historia, nos daremos cuenta del privilegio que tenemos viviendo y disfrutando este período.

Gracias por atender mi correo.

Sin más y en espera de su escrito, si así lo considera, para su lectura por mi parte y el resto de lectores de los medios de Lanzarote.
Reciba un cordial y afectuoso saludo.

Alejandro Maroño González.
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Contesto al e.mail.
Siempre he pensado que los asesores deben ser personas bien instruidas en una especialidad o en varias, sea en Derecho, Política, Economía, Ingeniería, Astronomía,  Historia, Religión, etc., etc.  Por ello creo tales individuos son necesarios para el buen funcionamiento de un ente que depende de varios saberes. Por ejemplo, en el Gobierno  canario,  cabildos, o en ayuntamientos donde los políticos son elegidos por sufragio universal.

Los políticos que después de haber ganado las elecciones acaparan el poder de mando, no poseen, por regla general,  ni están obligados a poseer, todos los conocimientos  necesarios para llevar las riendas de uno u otro estamento; de ahí estoy de acuerdo con el señor Alejandro respecto a que un asesor o asesora, es una persona que está en su puesto para aconsejar o asistir a los políticos de turno en lo que ellos  ignoran; pero según pienso, quienes ocupen esas plazas no deben ser seleccionados a dedo, sino por concurso; porque se trata de (asesorar, aconsejar o asistir) a otra gente que desconoce en algo o en su totalidad los entresijos legales o prácticos, etc., de un cometido a efectuar.

Pienso, para ahorrar dinero e invertirlo en obras sociales urgentes, primeramente los políticos deben rebajarse sus salarios, y seguidamente se debe despedir de sus puestos de labor a asesores que no hacen más que matar tiempo con Internet.

Salvo los asesores que hayan ganado su plaza en concurso por sus conocimientos, creo son los que hay que conservar, pues se trata de que a quienes se pongan en la lista del paro obrero sean a los listillos enchufados no cualificados e improductivos que dañan a la economía.

También hay que meditar en que cuanta más gente ingrese en el paro obrero, más ayudas sociales se tendrán que pagar, por ello a quienes no producen ni están preparados para ocupar esos puestos, son los que hay que eliminar porque  son personas que roban labor a otros que no son vagos ni oportunistas,  y que con mayor necesidad y por derecho les corresponde participar en esa sección del mercado de trabajo, para así poder llevar una vida digna y al mismo tiempo ayudar a que el sistema económico se recupere y salga adelante.

Lo trágico es que la política en Canarias casi siempre funciona con el poco saber que poseen los mandatarios a quienes la sociedad les demanda mayor cultura para tiempos tan complicados como los del presente.  Pero ellos en su lugar, responden en muchos de los casos, poniendo en puestos donde se requiere sabiduría  a incultos, entre ellos a familiares y amigos relacionados con quien ganó el sillón de la poltrona; eso es lo que con toda urgencia habrá que eliminar.

Tengan buen día.
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Nota especial.

Una vez tuve este artículo terminado lo envié al señor Alejandro, (por causa de que a él lo incluyo) para que me diera su visto bueno; me contestó lo siguiente: En líneas generales no tengo ninguna objeción en que publique el artículo tal como está redactado. El único matiz que debatiría sería la fase de concurso; ¿por qué un político debe tener un asesor que gane una plaza por concurso cuando puede elegir a un asesor, conocido por él y de su confianza, preparado igual o mejor al del posible concurso? (los concursos con el paso del tiempo suelen distorsionarse; a la historia nos podemos remitir perfectamente). En lo que estoy en total acuerdo es que su cualificación, la del asesor, debe ser lo suficientemente adecuada para el puesto que ocupa; y para el área que su consejera o consejero representa.

Con la venia, yo Bruno Perera contesto públicamente al señor Alejandro: Si no se elijen a los asesores por medio de concurso se puede dar el caso que se tomen a amigos o familiares que no tienen la preparación adecuada o necesaria para asesorar a un político que carezca de uno u otro conocimiento.