La batalla de la microalga - por José Antonio Déniz
La batalla de la microalga - por José Antonio Déniz
Hoy, 20 de agosto, la prensa apenas trae novedades de la cianobacteria esa que alimenta el corazoncito de la maltratada microalga. Buen momento para una pequeña recapitulación.
Primero fue el subdelegado de gobierno quien osó relacionar, como consecuencia del salvaje vertido de aguas residuales no tratadas, la aparición del maltrecho bichito con el trasparente estado de nuestras afortunadas costas. ¡Anatema! ¡Mentira! ¿Cómo es posible que un señor de derechas de toda la vida se atreva a quebrantar el patriótico silencio que tratan de imponer Clavijo y nuestros audaces hoteleros? Seguro que el hombre ha tomado alguna sustancia. ¡A las armas¡
Primer asalto.- la infantería patriótica del régimen se levantó enardecida, Baltar, Valbuena, Pomares, Alberto… Todos ellos, derramando ciencia e ingenio literario, ocupan la primera línea: hay que salvar la autonomía de las microalgas; ellas, las microalgas, hijas exclusivas de la calima y del cambio climático, que con tanto ardor combatimos, no consumen, dicen, aguas fecales, las evitan y sugieren que hasta las combaten.
Segundo asalto.- aparecen unos directores generales en pleno delirio científico, en rueda de prensa; nos advierten cariñosamente que tenemos que acostumbrarnos a convivir con la microalga, que la tendremos, a la microalga, para siempre.
* En La casa de mi tía por gentileza de José Antonio Déniz