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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Bolsillos laguneros - por Rubens Ascanio Gómez

Coalición Canaria repite hasta la saciedad la idea de que los 105 millones deuda del Ayuntamiento de La Laguna no afectan para nada a la gestión municipal, una cuestión que una y otra vez es respondida por la oposición crítica y refutada por la realidad.

Bolsillos laguneros - por Rubens Ascanio Gómez, Portavoz del grupo municipal de Unid@s se puede en La Laguna (*)

Coalición Canaria repite hasta la saciedad la idea de que los 105 millones deuda del Ayuntamiento de La Laguna no afectan para nada a la gestión municipal, una cuestión que una y otra vez es respondida por la oposición crítica y refutada por la realidad.

El pleno lagunero de marzo abordó un informe del Interventor municipal sobre el Plan de Ajuste en el cuarto trimestre de 2015. En dicho documento, elaborado por técnicos municipales, se dejaba bien claro que el efecto de dicho plan en la vertiente de ingresos supuso, según se puede leer en la página tres del expediente “subidas tributarias, supresión de exenciones y bonificaciones voluntarias por importe de 4.746.000 euros”.

Lo hemos dicho antes y lo seguimos diciendo ahora, el boncho de Coalición Canaria en los años de bonanza lo estamos pagando ahora y lo seguiremos pagando al menos hasta 2022. Recordemos que la deuda es lo que explica que este año el Ayuntamiento deba pagar más de 14 millones de euros a La Caixa y el Santander por los créditos pedidos para pagar a los proveedores de la época de Oramas y Clavijo, lo mismo que gastamos anualmente en Bienestar Social.

Sabemos perfectamente de donde vino ese brutal Plan de Ajuste, fruto del famoso decreto de pago a proveedores a los que La Laguna debía más de 48 millones de euros en 2012, cifra que tras buscar en las gavetas se transformó en 105 millones de euros. El PP impuso importantes sacrificios y recortes para los municipios que habían gestionado mal sus recursos económicos, los que más derrocharon durante las vacas gordas. Los recortes de servicios públicos son una de las caras de este proceso, en La Laguna ya perdimos las ludotecas municipales, que a pesar de los acuerdos municipales siguen cerradas.

Los gobiernos del cambio en todo el Estado español están afrontando la ruina económica y el saqueo sufrido por los municipios que ahora gobiernan. Lo hacen atendiendo al pago de las obligaciones, pero también buscando el origen de la deuda y auditando la gestión realizada, algo que en el Pleno lagunero fue bloqueado.

Pongamos dos ejemplos concretos de dos cuestiones que no se han abordado en este Plan de Ajuste.

El coste político municipal en el año 2013 representaba más de 2.546.000 €, en 2014 el aumentó hasta los 2.642.000€, en el 2015 volvió a marcar un aumento, llegando a los 2.672.000€ y en el presupuesto de 2016 se repite exactamente la misma cifra. ¿Se podría disminuir este concepto en el que se engloban sueldos políticos y personal de confianza?, sin duda, dos veces lo hemos propuesto y dos veces el gobierno ha votado en contra.

Lo mismo ocurre con los alquileres municipales, donde a pesar de tener varios locales públicos cerrados o infrautilizados, el Ayuntamiento sigue pagando más de 380.000 euros anuales a algunos propietarios, sin que parezca que se quiera poner remedio a este importante asunto.

¿Se puede pagar la deuda municipal sin cargarla sobre los vecinos y vecinas?. Creemos que sí, manteniendo la recaudación del Impuesto de Construcciones y Obras (ICIO) sobre las grandes obras que se quieren hacer en el municipio y a esos grandes empresarios de la construcción, reclamando lo adeudado en IBI a las entidades bancarias o al Obispado, haciendo efectivas medidas que ya existen en otros municipios que permiten a las familias sin recursos no sufrir un endeudamiento permanente por los tributos municipales, limitando el coste político y los gastos innecesarios, vigilando el gasto municipal y auditando mejor su gestión, pagando en tiempo y forma a las PYMES del municipio que prestan servicios para el Ayuntamiento, asumiendo que el dinero el Ayuntamiento es de todos y no de un determinado partido político.

(*) En La casa de mi tía por gentileza de Rubens Ascanio