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jueves, 25 de abril de 2024 00:27h.

La casa de mi abuela - por Paco Déniz

Ahora que se está hablando del impuesto de sucesiones, he oído a muchos conservadores que creen que lo mejor es que bonificar este impuesto a todas las clases sociales por igual, que uno tiene derecho a heredar la casa de su abuela sin pagar por ello.

La casa de mi abuela - por Paco Déniz, diputado de PODEMOS al Parlamento de Canarias *

Ahora que se está hablando del impuesto de sucesiones, he oído a muchos conservadores que creen que lo mejor es que bonificar este impuesto a todas las clases sociales por igual, que uno tiene derecho a heredar la casa de su abuela sin pagar por ello. Por lo visto todas las abuelas vivían en una casita humilde, chiquitita, medio pobre y con un pañuelo negro en la cabeza. Por lo visto no hay abuelas millonarias. Siguiendo este argumento, ser abuela deviene así en una condición casi de lástima, sufrida, como el abuelo de Heidi. Pero tras de esa mentira populista se esconde la intención de equiparar a la gente humilde de rentas inexistentes, bajas y medias, con las rentas altas. Se esconde el hecho de que cada vez se inventan más artimañas para que las rentas altas no paguen impuestos. Y eso contraviene el fundamento de progresividad fiscal de los estados modernos.

En 2010, en Canarias había un 0’2% de la población poseía el 80% de la riqueza, y un poco después, 6092 canarios gestionaban el 45% del PIB, casi 18 mil millones de euros. Sin embargo dicen los responsables del gobierno canario que son muy pocos los afectados de rentas altas. Claro, pero la cuestión no es si son unos pocos los que heredan, evidente, son pocos los ricos. La cuestión es el porcentaje de riqueza acumulada que tienen, y a los que les bonificará el 99% si prospera la propuesta de Coalición Canaria y del Partico Socialista a partir del uno de enero próximo.

Así que, como dice el otro, los ricos pueden estar de enhorabuena, y a la gente humilde que, también se le bonificará el impuesto de sucesiones por un lado, cosa de la que me alegro enormemente, le quitarán prestaciones y servicios sociales públicos con el argumento de que no hay dinero. No hay dinero porque entre incentivos fiscales a las grandes empresas, RIC, y bonificaciones de todo tipo, los impuestos descansan en las rentas del trabajo y la imposición indirecta que pagamos todos. Yo no tengo un sitio que pueda decir: ésta es la casa de mi abuela materna, porque vivía en una cuartería de aparceros del cacique Don José Verdugo. Y me pregunto si sus descendientes heredaron esos terrenos donde los míos se partieron el lomo a trabajar, con una bonificación del 99% del impuesto de sucesiones.                                                

* En La casa de mi tía por gentileza de Paco Déniz