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Los “chiquilicuatres” de la política

Paco Vega

Esta última campaña electoral ha resultado lamentable, no sólo por su baja participación, sino por unos resultados que nos abocan a una peligrosa escora hacia la derecha extrema. En medio de una desconcertante guerra en el seno de Europa, apoyada también por una supuesta progresía, no son pocos los que aplauden entusiastas a “la muerte” como solución. Supongo que hasta que le toque a uno de los suyos claro… Bueno, rectifico, los que incitan a la guerra no se exponen y a sus hijos tampoco. A la guerra van muchos de los que ahora aplauden entusiastas a estos políticos adoradores de las armas. Es evidente que este clima belicista también acabará afectando a Canarias, de una u otra forma. Pareciera que nadie es consciente de lo que lo que nos jugamos en este embate. Pareciera que todos piensan ilusos que echar gasolina al fuego no acarreará consecuencias nefastas para los pirómanos o los que votan por los pirómanos, si de extinguir el incendio ucraniano se trata. Los políticos y la ciudadanía en general se empeña en seguir alimentando unos monstruos que acabarán devorándonos a todos, los bélicos y los políticos, pero uno ya no sabe qué hacer, más allá de lanzar semillitas de sensatez, con la ingenua esperanza de que alguna caiga en terreno fértil y acabe germinando.

Sorprende especialmente la entrada en el Europarlamento del “chiquilicuatre” de la política española y dos diputados más. Un partido sin programa y sin fundamento, alimentado por miles de jóvenes (y no tan jóvenes) en redes sociales y medios de intoxicación, que piensan que la política es como ir con los amigos de botellón a echarse unas risas. Gente desinformada y tremendamente fanatizada que están dispuestos a seguir a cualquier flautista de Amelín bulero, fascista, racista y misógino. En fin, lo mejor de cada casa, encantados de haberse conocido y de compartir el odio al diferente, siempre que el diferente sea otro claro...

En la España de los bulos, el lawfare y la corrupción generalizada, la derecha tosca y ramplona sigue ganando adeptos, mientras la “izquierda caoba” y sus secuaces juegan a aniquilar a la izquierda. La izquierda verdadera tendrá que reinventarse otra vez y protegerse del peor enemigo, el mediático. Se salvan de la quema las izquierdas independentistas, especialmente la vasca, que cada día da más muestras de una fortaleza y seriedad incuestionable.

En Canarias como siempre, “dos huevos duros”, en la que algunos sacan los cuchillos políticos para dejar ciego al compañero ideológico, aunque se queden tuertos en el intento. El nacionalismo canario siempre ha buscado el acomodo del manijero, sin mucha convicción. Después de treinta años ya les vale… El poco independentismo existente no tiene apenas representación y está plagado de cainismo y de mercenarios traidores, incluso a sueldo de los más variados enemigos de la Patria Canaria. Desgraciadamente no son pocos los que se acercan a la política mendigando sus viandas.

Tenía pensado otro alegato bien alejado de la política, pero es imposible evitar que la actualidad nos devore con sus fauces de negatividad e intolerancia. Los “chiquilicuatres” siguen triunfando en Eurovisión y reclutando adeptos en España y Canarias.

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