La ciencia matemática al alcance de la mano: Gáldar - por Nicolás Guerra Aguiar *

Según la ficha bibliográfica, fue en 2004 cuando el Servicio de Publicaciones de la ya desaparecida Caja General de Ahorros de Canarias (Santa Cruz de Tenerife) edita Guía Matemática de San Cristóbal de La Laguna del profesor Luis Balbuena Castellano, catedrático de la materia en el instituto lagunero Viera y Clavijo. 

  Con exacto bisturí diseccionador el exconsejero de Educación del Gobierno de Canarias, anterior presidente y secretario general de la Sociedad Canaria Isaac Newton de Profesores de Matemáticas, camina por calles laguneras para “descubrir los elementos matemáticos (rosetas, frisos, simetrías, espirales, rectángulos áureos...) presentes en su arquitectura decorativa y monumental”. 

   Bastantes años atrás tuve la obra en mis manos: el impacto fue extraordinario, magistral. A fin de cuentas no solo respiraba ciencia y rigor (fui devoto de las matemáticas los cuatro años del Bachiller Elemental), sino que conocía bastantes rincones, monumentos y edificios analizados por el profesor Balbuena, pues allí realicé mis estudios universitarios. Pero en el juvenil deambular lagunero habían escapado a mi curiosidad cosas menudas de los mismos, es decir, rejas, bucles, cerraduras... e incluso obras mayores como capiteles, ventanas, algún balcón… 

Geometría urbana La Laguna, 31 Jazz Sandoval flickr.com

  En efecto: el autor entra matemáticamente en mínimos detalles. Y es que el arte, en su casi infinita amplitud, accede al campo de la geometría (pinturas rupestres,  Cueva Pintada, por ejemplo: cuadrados, triángulos...) y de las matemáticas, como en Leonardo da Vinci (¿qué es su Gioconda sino lenguaje matemático?) con tradición de varios miles de años atrás. Así, la Venus paleolítica de Willendorf (perfecta circunferencia de su cabeza), en torno a los treinta larguísimos milenios sobre las espaldas; los  dieciocho puños del cuerpo de los egipcios, de los cuales seis van de las rodillas a los pies; la simetría de la figura humana en esculturas griegas...

   Quince años después vuelvo a recrear -también con visión matemática- otros monumentos, ahora de mi tierra galdense: patios, fachadas, frisos, verjas, pirámides rectangulares, ventanas elípticas, rosetones, mosaicos (muchos de ellos reencontrados en tierras granaínas: viviendas, tabernas…). Y, como novedad, las caracterizaciones matemático-geométricas de plantas, formas semiesféricas de los centenarios laureles de indias plantados en la plaza de Santiago, las tendencias cónicas de las palmeras… o el rítmico tipo de ramificación de las araucarias: se trata de Gáldar, una mirada matemática (Gobierno de Canarias, 2019), obra escrita por José Molina González, licenciado en Matemáticas, doctor en Historia... y Gara Verónica Molina Mendoza, graduada en Biología…

El doctor López García, a la par cronista oficial de su pueblo y el mío, es profesor del área de Composición Arquitectónica […], Escuela de Arquitectura (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria). Por tanto, entre los autores (el matemático e historiador, la bióloga que estudia formas y geometrías en las plantas) y el profesor universitario confluyen caminos, han de producirse concomitancias científicas ante las mismas obras por más que sus análisis pertenezcan a campos distintos. A fin de cuentas estudios analíticamente críticos deben darse la mano para completar la recreación de la obra humana referida, en este caso muy localizado, a Gáldar. 

  Deduje, pues, al menos una relación necesaria entre los tres. Y como sabía de su pasión cebollera y a través de exalumnos del rigor profesional en el aula, acudí al profesor de la Escuela para conseguir un ejemplar. (López García figura, además, como referente bibliográfico.)

  En horas veinticuatro recibí el libro (gracias, profesor). A la vez me trasmitió los saludos de su autor, a quien conocí posteriormente en algún acto relacionado con Gáldar, hilo conductor de sentimientos cebolleros y plácemes por haber nacido, vivido y sentido desde sus calles, barrancos, albercones… Súmense algunos adelantados paisanos, con cuya compaña fui aprendiendo los primeros pasos para la vida y, por tales rutas, el fundamental: la visión extrapueblerina (sin sentido hiperbólico, claro), las ansias de conocer más allá de sus limitaciones físicas. 

Puerta Gáldar, Luis Alfonso Muñoz, pinterest.com

  Llego con retraso casi de un año, demasiado tiempo para mantener en blanco las cuartillas cargadas de vacíos y cuyos contenidos debían referirse, claro, al extraordinario trabajo -disciplina, precisión, escrupulosidad profesional- realizado por los autores, padre e hija. Pero el volumen me había desaparecido, algo así como por malas artes de brujas, hechiceras, magas… a la manera de la vieja Celestina (inmortal personaje, cierra el ciclo literario medieval y abre el renacentista).

 Sí, estimado lector: eclipsado, volatilizado, evaporado (no necesito el anglicismo missing para referirme a algo que dejó de estar a la vista, el ejemplar). Pero ayer lo encontré: tímidamente se había colocado en segunda fila de una estantería bibliotequil tras Ensayos militantes (“a la manera de Michael de Montaigne”), concienciación del humanista Alfredo Herrera Piqué. Y no es que este impusiera cuerpo físico y sabios contenidos para relegarlo a un segundo plano, en absoluto: no es el estilo de Herrera Piqué, hombre de letras – ciencias - reflexión vinculado al pensamiento universal alejado de la Edad Media (oscurantismo) para entrar en el Renacimiento (raciocinio, luz, revalorización del mundo clásico...). 

   Caminar con detenimiento por las ciento sesenta páginas de Gáldar, una mirada matemática es un placentero viaje cargado de ciencia e imágenes de altísima calidad, imprescindibles para las explicaciones matemáticas. ¿Qué pretenden sus autores? Pues, sencillamente, “ver estos espacios de una forma diferente identificando elementos geométricos y patrones”. 

   Los apartados dedicados a la iglesia y entornos (plaza, calle Fernando Guanarteme, ayuntamiento, teatro…) son de gran riqueza informativa y minuciosidad descriptiva. Véanse, por ejemplo, las páginas dedicadas a galerías y habitaciones del edificio consistorial: el tan pisoteado (paso del tiempo) pasillo circundante al drago, impresos ambos en mi mente desde los últimos años infantiles, destaca por sus baldosas. Pues bien: decoraciones geométricas, frisos, zócalos, arcadas… y polígonos cóncavos con dos simetrías son descubiertos y analizados sin pedanterías ni excesos lingüísticos aunque, quizás para quienes ya estamos alejados del lenguaje matemático, nos hubiera venido bien un elemental apéndice explicativo del mismo. (No obstante, su ausencia tampoco empequeñece: nos fuerza a manejar el Diccionario).

  Un trabajo, en conclusión, muy preciso. Hay Ciencia en su estructura, imagen y palabra analítica. Gáldar, otra vez, junto a la universal La Laguna.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar