Cobardía - por Antonio Cabrera de León *

Dijo René Bazin que en la vida hay 3 o 4 momentos en los que tienes que ser valiente, y que el resto del tiempo basta con no ser cobarde. Puede ser que fuera así en su época. Pero en lo que llevamos de siglo tengo la impresión de que la valentía es un valor en declive. Hoy me conformaría con que cada uno fuera valiente al menos una vez en la vida. Valentía la muestra hoy el pueblo ucraniano. No tiene que gustarte Zelensky, pero demuestra valentía.

En cambio la cobardía de los gobiernos europeos me tiene atónito. Si creemos a Seymour Hersh, y yo le creo, la gran Alemania sin la que no puede existir la Unión Europea calla cobardemente ante el aliado americano que le voló el Nord Stream. Un gobierno valiente señalaría al indudable autor y le ordenaría que retire sus bases militares del país. Claro que una medida así sería muy grave, pero es que ese aliado que tienes en tu casa te acaba de volar tu gasoducto.

Noruega, cobarde y traidora de Alemania, colaboró activamente en la voladura para obtener unas migajas del gran aliado. ¿No tiene Alemania nada que decir? Tal vez Rusia se lo diga pronto volándole a Noruega sus pozos de petróleo en el Mar del Norte. Me da que no les llega la camisa al cuerpo.

Dinamarca traicionó a Alemania y a otros países europeos colaborando con el gran aliado para que espiara los teléfonos de Merkel y otros dirigentes. ¿Nada que decir? Quizá si Alemania le hubiera cerrado la frontera de Jutlandia los daneses elegirían si ser europeos o americanos. Cobarde Merkel, cobarde Sholz.

Francia, la de la grandeur, comprueba impávida que su aliado americano le roba los contratos milmillonarios que había firmado para suministrar submarinos y otras naves a Australia. Macrón, l’empereur que impone recortes en las pensiones contra su pueblo, se limitó a poner un emoticono con carita de disgusto en su wsp. ¿No tiene Francia una base americana en su territorio para ordenar el desalojo? Fuerte con los débiles, débil con el fuerte, Macrón es un cobarde.

España agachó las orejas y traicionó a los saharauis desde el 75 para acá, tal y como le ordenó el dueño del mundo. Los saharauis, a los que conocí tan españoles como los canarios, abandonados en el desierto con la única ayuda de Argelia. Sánchez ha ahondado ahora en esa traición para ser tan amigo de su aliado americano como lo era “Aznarín de las Azores”; a éste se lo llevaron de compras a la invasión de Irak, para asesinar a cientos de miles de civiles, para destrozar un país, y para que murieran soldaditos españoles. A Sánchez le han pedido menos, sólo que traicione aún más al pueblo saharaui, que le preste el móvil al rey de Marruecos, y que deje que éste le cese y nombre los ministros. Cobarde Sánchez. Cobarde y traidor. Él y quienes en su partido han acudido a tragarse el sapo (hasta un sable entero te tragarías tú, Juan Fernando).

No hay un solo gobierno que no sepa que su aliado americano lo espía. Joder con el aliado. O eres aliado, y eso significa que en su casa mandan ellos y en la tuya también mandan ellos, o eres enemigo y te joden vivo.

* Gracias a Antonio Cabrera de León