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jueves, 18 de abril de 2024 01:14h.

Comedores escolares de Canarias: un nuevo terrero de lucha - por Paqui Rivero

paqui riveroEl pasado 27 de mayo, en las mismas fechas en que conocíamos el informe de UNICEF, según el cual el 30 por ciento de los menores en Canarias (130.000 de los 400.000 que hay en el Archipiélago) se encuentra bajo el umbral de la pobreza y en riesgo de exclusión social, el Cabildo de Tenerife aprobó, a propuesta de Podemos, una moción sobre comedores escolares.

Comedores escolares de Canarias: un nuevo terrero de lucha - por Paqui Rivero, consejera de Podemos en el Cabildo de Tenerife *

El pasado 27 de mayo, en las mismas fechas en que conocíamos el informe de UNICEF, según el cual el 30 por ciento de los menores en Canarias (130.000 de los 400.000 que hay en el Archipiélago) se encuentra bajo el umbral de la pobreza y en riesgo de exclusión social, el Cabildo de Tenerife aprobó, a propuesta de Podemos, una moción sobre comedores escolares. En Canarias hay situaciones claras de malnutrición infantil y frente a ello el comedor escolar desempeña una función esencial como garantía de salud alimentaria.

Los objetivos de dicha moción eran múltiples. Uno, que el Gobierno Canario posibilite que todos los centros educativos de las Islas tengan comedor de modo que se facilite a las familias la conciliación de la vida laboral y familiar. En la actualidad sólo cuentan con este servicio 268 centros sobre 645 en las islas orientales y 242 sobre 639 en las islas occidentales.

Un segundo objetivo consistía en ampliar la oferta de comedores escolares en verano a un mayor número de municipios porque su cierre aumenta el drama de las familias más vulnerables al no poder ofrecer al menos una comida completa al día con los necesarios nutrientes. Este verano sólo se abrirán en 170 colegios en toda Canarias para atender a 3.000 menores, cifras que además han ido disminuyendo en estos últimos cuatro años. Es obvio que la oferta actual no garantiza un trato igualitario a los 88 municipios canarios.

Además esta moción hacía una apuesta clara por la reducción del catering existente en la mayoría de los colegios para garantizar una alimentación de proximidad, manteniendo intactas todas las propiedades de los alimentos en el momento del consumo. Para estas empresas, en algunos casos denunciadas públicamente por supuestas irregularidades, la alimentación en un bien comercial y de negocio, que les hace organizarse en plataformas, centralizando el suministro, fabricación y distribución, en un mercado que a nivel autonómico supone volúmenes de negocio muy importante, pero que en muchos casos no realizan la compra de materia prima y la elaboración en la zona y, por tanto, no aporta a la economía local todo lo deseable.

La implantación del catering supuso el desmantelamiento de las cocinas escolares y la destrucción de empleos de personal de comedor. La industrialización de los procesos, el uso de conservantes y productos poco perecederos, así como la necesidad de congelar y almacenar, elimina muchos de los valores que una alimentación basada en productos locales aportaría.

Por último, la moción de Podemos en el Cabildo de Tenerife, defendía la extensión del Programa de Ecocomedores Escolares de Canarias (en la actualidad 43 con 9795 comensales y 120 agricultores/as), cuya finalidad es mejorar la calidad de la alimentación a través de la introducción de productos frescos, locales y de temporada, potenciando la producción agraria ecológica. Su objetivo es alcanzar unas cotas más altas de soberanía alimentaria y de creación de empleo duradero vinculado al sector agropecuario.

Ayer nos despertábamos con la noticia de que el Gobierno canario va a fomentar los productos canarios en los contratos, lo que significará que “69.300 escolares verán cómo cobran mayor protagonismo los ingredientes gestados en las Islas”.

Felicitamos esta iniciativa, pero desde Podemos consideramos necesario ir más allá, fomentando la gestión directa de los comedores escolares y una extensión de los ecocomedores ajustada a la capacidad de atender la demanda, mediante la centralización de compras bajo criterios ecológicos y de proximidad, que reactive además la contratación de personal de cocina. Este modelo supone considerar los comedores escolares como un servicio público que parte del derecho a ser bien alimentado, y no como un bien de negocio.

Por todo ello, los comedores escolares constituyen un nuevo terrero de lucha contra la malnutrición infantil, desde la gestión directa y la producción local y ecológica en pro de la soberanía alimentaria de las Islas.

* En La casa de mi tía por gentileza de Paqui Rivero 

 

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