La Comunidad canaria, noticia por los más bajos incidentes - por Erasmo Quintana
La Comunidad canaria, noticia por los más bajos incidentes - por Erasmo Quintana *
Fue una sentencia firme del Tribunal Supremo (TS) la que condenó al exmagistrado, Salvador Alba, a seis años y medio de prisión por los delitos de prevaricación, cohecho y falsedad de documento judicial y que, en uso de su posición en el ámbito de la Justicia, buscó perjudicar la carrera profesional y política de la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, a quien había sustituido al frente de ese Juzgado de Instrucción, n.º 8 de Las Palmas de GC. Un informe falso del entonces juez Alba, provocó que el TS admitiera a trámite la querella interpuesta por José Manuel Soria, exministro de Mariano Rajoy, por la que Rosell tuvo que dimitir y renunciar a la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados. La magistrada lo hizo para centrarse en demostrar su inocencia (ahora probada) y encabezar la batalla contra este ataque jurídico del que estaba siendo víctima. Soria quiso apartarla de la primera línea política, y lo consiguió.
Nuevamente las Islas Canarias, paraíso sin igual, se ha convertido en noticia nacional por una gamberrada mafiosa a la altura de sus personajes principales. Como todo en esta vida, lo ocurrido tiene los (supuestos) beneficiados y a quien le tocó el marrón. La magistrada en excedencia, Victoria Rosell, ha sido víctima propiciatoria de la mayor bajeza humana. Un encumbrado exministro del PP, aquél que nos impuso un impuesto al sol, y sus tejemanejes en paraísos fiscales ¿lo recuerdan?, es uno de los principales actores del vodevil que no ha podido caer más bajo.
La realidad es que no ha podido hundirse más en el fango, pues la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que lo sentenció, ha sido incapaz de meter en la cárcel al histriónico exjuez Alba, tardando once meses, casi un año, en ejecutar la sentencia firme. Esto se debe a que los jueces estuvieron exquisitos en las respuestas a cada una de las escaramuzas legales (Alba las conoce todas, evidentemente) que presentaba junto a su abogado. Un incesante catálogo de obstáculos presentados al Tribunal para esquivar el ingreso en prisión y una gama de recursos, recusaciones y certificados médicos, alegando una clase de dolencia que en rigor, supuestamente, impedían realizar trámites burocráticos incompatibles con vivir en la cárcel.
Sorprendentemente, el condenado exmagistrado Alba llegó a ejercer de nuevo. El también conocido por posicionarse políticamente desde el inicio de su carrera profesional, apareció posando en fotografías junto al entonces miembro de Vox, Javier Ortega Smith, en un mitin del partido ultraderechista, celebrado en 2019. El lumbrera siguió ejerciendo hasta julio de 2018, llegando incluso a presidir juicios como el Caso Faycán sobre corrupción en el municipio grancanario de Telde. A pesar de esto, sus vínculos con la ultraderecha y el señalamiento de la ciudadanía, éste volvió a presentar el pasado mes de abril a la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial su pretensión de volver a ser juez (condición que perdió en marzo), ruego que le fue rechazado.
Sin embargo, la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, confirmó en julio pasado, que en esos momentos, displicentemente Alba se encontraba disfrutando de un baño en la playa, y ejercía como abogado libremente tras darse de alta en el régimen de juristas autónomos, a través de la empresa Consortium AbogadIs, cuyo presidente, Jorge Alberto Rodríguez Pérez, fue senador, secretario ejecutivo y responsable de Estudios y Programas del PP canario y, según parece, con varias acusaciones a su espalda; entre ellas, una querella por odio, acoso, revelación de secretos, tráfico de influencias y pertenencia a organización criminal.
Ahora, parece que todas las trabas colocadas por Salvador Alba y su abogado han llegado a su fin. En plena faena de este comentario, saltó la noticia: “Hoy martes, 18 de octubre, ingresa en la prisión Las Palmas I, el exjuez Salvador Alba”. Esperemos que nunca más ejerza como magistrado. Este es un caso paradigmático, mis amigas/os, de por qué no es bueno que los jueces se nombren exclusivamente entre ellos mismos para el CGPJ, y Tribunal Constitucional, como aconseja el Partido Popular. Lo que dispone la Constitución Española en su Art. 122.3: “El CGPJ está compuesto por el presidente del Tribunal Supremo, que lo preside, y veinte miembros nombrados por el Rey, por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro por el Senado, ambos por mayoría de tres quintos de sus miembros”, está perfectísimo, y el PP, al haber perdido la mayoría absoluta, ya no le gusta lo que antes admitía sin reservas, además que se blinda ante tantos casos de corrupción que todavía tiene pendientes. ¿Vemos las razones por las que el PP ha estado cuatro años oponiéndose a la renovación del CGPJ? Tan claro como el agua cristalina.
* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana
