La Corona: Vivir a cuerpo de rey en un país pobre - por Erasmo Quintana *

Ian Gibson, ese irlandés (Dublín), hispanista enamorado de España -a ésta vino muy joven y en ella decidió vivir siempre-, ha lanzado la idea de apostar por la creación de una República Federal con Portugal, defendiendo que sería la solución al conflicto nacionalista catalán, y no solamente por eso. “Yo estoy seguro -afirmó- con Pessoa y Saramago desde el lado portugués, y de Joan Maragall, entre otros muchos, por el catalán, en que una Iberia federal, por supuesto republicana, podría ser un experimento extraordinario para la Península entera, con todas sus posibilidades lingüísticas a favor culturales y económicas, que serían enormes.” 

Para Gibson, la proclamación de la Tercera República (Francia va por la V) “será el primer paso hacia la gran Iberia,” soñada por quienes tienen altura de miras, aunque sí duda que tal conquista la podamos ver pronto. Incidiendo en la figura del Emérito, Gibson piensa que todavía faltan muchos datos para saber cómo pasará a la Historia Juan Carlos I. Falta mucha información -insiste- sobre él, su relación con su padre, o su verdadera actuación durante la larga noche de la intentona de Tejero, evento que sea como fuere, lo legitimó ante el pueblo, pues venía de la mano del dictador Francisco Franco, y eso lo inhabilitaba moralmente. Por este motivo, el hispanista le lanza una propuesta al Emérito, “donde quiera que esté”: “Bueno sería que se dedicara, en el exilio, a escribir su autobiografía. Además de darle sin duda unos copiosos y legítimos ingresos.” A lo que yo añado: “A él, que tan enamorado está del dinero.”

En todo este decadente acontecer en torno a las trapisondas de faldas y rapiña avara del Emérito huido, me parece acertadísima la postura que manifiesta el socio de Gobierno, Unidas Podemos, desmarcándose de la defensa numantina que hace un PSOE (histórico republicano) a la figura del devaluado exjefe del Estado español. Avergonzado se encuentra cada ciudadano de bien con el comportamiento del Rey desaparecido, Juan Carlos I. Nadie sabe su paradero, salvo la familia y el Gobierno. Cuánto más tiene que suceder para que se tome en serio un aggiornamento de la Carta Magna y la convocatoria de un Referéndum para que sea el pueblo español (el que en teoría es soberano) quien elija el modelo de Estado. Esto demuestra que no vivimos en una Democracia plena, madura y consolidada. Los poderes fácticos temen que el sistema (heredado del franquismo) se “derrumbe” y acabe con su bienestar económico y social: el establishment opíparo del que gozan. Es por lo que entre bastidores mueven todos los hilos para que los grandes partidos políticos no dejen de apoyarles.

Nada les importa el facineroso comportamiento del jefe de la Casa Real Borbona, la que históricamente, desde la Restauración de 1875, con los pasos que dio Alfonso XII y luego los de su hijo Alfonso XIII, en la senda marcada por su antepasada regente María Cristina, dos veces expulsada del reino por estafadora. viene luciendo una demoledora característica de incurable y criminal falta de la más mínima seriedad, que tan alta posición les exigía.

Se ha sabido que personas independentistas catalanas, del BNG gallego y de Adelante Andalucía, Pere  Aragonés, Ana Pontón y Teresa Rodríguez, han sido denunciados por la Fiscalía por injurias a la Casa Real. Ya la Fiscalía ha archivado la denuncia de la Asociación Concordia Real Española.pero en un principio, la había aceptado.

Pero las supuestas indignidades cometidas por Juan Carlos no se pueden censurar. Mientras, sí está bien y no merece reproche alguno, los meses que vienen acosando la vivienda del vicepresidente segundo y la ministra del Gobierno, donde incluso hay niños de corta edad. Todo porque son de Unidas Podemos. Qué país tercermundista es este en el que vivimos. Por cosas de este estilo somos el hazmerreir de Europa y del mundo.   

Es por lo que me cuestiono -yo también- si estamos o no en una auténtica Democracia. El posado del Emérito rifle en mano, delante de un elefante abatido por él en Botswana, en plena crisis económica, demuestra que es un Borbón hecho y derecho. El hispanista Gibson se extraña (yo creo que no mucho) de que tanto éste, como su hijo Felipe VI, nunca hayan condenado el Régimen franquista. Y digo yo: cómo lo van a condenar, si es gracias a ese sistema dictatorial franquista, que se restituyó la Casa Real Borbona. Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII y Juan Carlos I, toda una generación monárquica condenada al exilio; que trajo a España la miseria junto a la injusticia social, todo lo contrario a la anterior Casa de Austria, que fue ocasión de alcanzar la grandeza y el mayor esplendor social y económico que jamás tuvo España como nación.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana