Crisis  sanitaria en Argentina - por Susana de los Santos *

Estamos en una situación extrema con esta pandemia, y se la politiza.

Los neoliberales piden libre circulación; nada de restricciones, clases presenciales.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (neoliberal) nos urge con las clases presenciales. El presidente nos urge a lo contrario.

Dado el gran número de niños y niñas que colmaron el hospital Garrahan del cono urbano bonaerense por tener Covid desde el inicio de las clases presenciales, en el hospital faltan camas.

Ahí está el caso de un docente en Buenos Aires (el epicentro actual del Covid) quién  tiene que tomar tres vehículos, entre colectivos y trenes, para ir a dar su clase. Docentes que han fallecido, docentes enfermos.

Sé de otro caso en mi comuna, de una familia conocida; las dos hermanas de 10 y 14 años con Covid contagiadas en el colegio. Está toda esa familia con miedo por los contagios, los más preocupantes son los abuelos.

Clases Presenciales. Ya no sé si es un insulto o una frase esas dos palabras.

En toda la Provincia de Buenos Aires los hospitales están colapsados, no hay camas. Están derivando de un pueblo a otro a los enfermos, el objetivo más preciado hoy es encontrar una cama con respirador.

Una enfermera (en Buenos Aires)  en su propio hospital, donde dio su vida cuidando gente, esperó dos días sentada en una silla para que la llevara una ambulancia a un hospital donde hubiera una cama.  Cuando la ambulancia llegó, ella falleció.

En la capital de Buenos Aires  la mutual de los jubilados PAMI tiene 12.000 vacunas para distribuir, pero desde la misma capital les envían listas truchas (falsas) con nombres de gente vacunada, o fallecida o que ya tiene otros turnos.

Total, en toda la semana pasada esas 12.000 dosis no pudieron ser aplicadas. Ni en un solo jubilado del Pami de la capital pudo recibir su vacuna. No envían listas con los datos fidedignos  sobre las personas a vacunarse. Y de eso se encarga el gobernador de la ciudad de Buenos Aires (neoliberal) Horacio Larreta.

Estos problemas no lo tienen los políticos ni la gente de poder y sus amigos que ya recibieron las dos dosis. Y además tienen acceso a los mejores remedios. El anterior presidente Macri sufrió la semana pasada Covid, y ya está mejor que nunca. Quien dijo el año pasado: “que se mueran los que se tengan que morir”, “pero la economía no se puede detener”.

El presidente Bolsonaro en Brasil ya amenaza con armas a los que tengan hambre y salgan desesperados a ver qué encuentran. Otro neoliberal: no contención social, no empatía con la muerte diaria de miles de seres, con el mismo lema “la economía no se puede parar”. Entonces y duele decirlo, “es más libre el dinero que la gente”, como tan bien lo dice Eduardo. Galeano en uno de sus versos.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Susana de los Santos