La “democracia plena” española de Pedro Sánchez - por Erasmo Quintana *

La inyección de dinero publico, que alcanza 24.000 millones de euros (aunque se trata de cifra imposible de confirmar, dadas las complicaciones contables y el hermetismo oficial), dados por el Estado para rescatar Bankia, se debió a la mala gestión del exministro Rodrigo Rato, y fue concedido por el también exministro Luis de Guindos. De esos veinticuatro mil millones, o los que sean, que no serán mucho menos y quizá sí sean más, la entidad había devuelto 3.302 millones, por lo que continúa apropiándose de más de veinte mil millones. Ante esto cabe preguntarnos ¿cómo es posible que habiendo una importante cantidad de dinero público en Bankia, por el famoso rescate, el Gobierno, que se dice socialista, en la reciente absorción-fusión bancaria, no haya puesto como condición preservar los puestos de trabajo, que se anuncia involucrará a nueve mil trabajadores, casi el 20 % de la plantilla?

Si este hecho es en sí grave, más lo es que el Gobierno que preside Pedro Sánchez no haya tenido ningún interés por convertir Bankia en una Banca nacional pública, que sirviera como contrapeso frente a los Bancos privados, que el ciudadano medio y modesto económicamente sufre por los contratos leoninos a que se ven sometidos. Ambas medidas descritas son eminentemente de corte socialista, porque van en favor de los más vulnerables del cuerpo social. Incluso Pablo Iglesias ha expresado su interés por que Bankia se convierta en entidad pública, un Banco del Estado al servicio del pueblo. En estas elecciones para presidir la Comunidad de Madrid, se presenta un mosaico de partidos políticos representando un espectro que va desde la extrema derecha a la extrema izquierda. 

Todos quieren ganar, pero serán los preferidos por los madrileños. A vuelapluma, vemos que hay diferencias muy grandes entre ellos. Citaremos los más distantes entre si: Isabel Díaz Ayuso es la personificación del Madrid más encopetado. Gobernó y quiere seguir gobernando para la clase rica, cosa que se le nota cada vez que habla. El PP gobierna para las clases más adineradas, y con la clase opuesta, reflejo de su indiferencia. Lo último de Ayuso es la crítica que hace a “esos que hacen cola” en las colas del hambre. Los MEMES,“mantenidos” los llama. ¡Qué culpa tendrán esos pobres de solemnidad de su hambre! Esa mujer, presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, qué frívola, que no piensa que tenemos un empobrecimiento en la economía de caballo por la crisis sobrevenida de la pandemia, pocas veces vista en nuestra historia. ¿En qué mundo vive esa mujer?, cuando ha sido causa de miles de muertes de ancianos en las residencias de mayores, impidiendo que fueran trasladados a los hospitales para su tratamiento, y que si tenían que morir lo hicieran allí mismo. Invierte una millonada en levantar un centro, el Zendal, sin dotación de personal sanitario, desvistiendo un santo para vestir a otro, y abandonando algo tan esencial para la sanidad pública que son los centros de atención primaria. Con mucha menos inversión hubiera mejorado hospitales madrileños existentes, cerrados y en completo abandono. 

Por su extrema derecha está el fenómeno Vox de Santiago Abascal y su franquismo redivivo. Si aquélla gobierna para los más ricos, éstos lo hacen desde el fascismo más puro y excluyente. Con la permisividad y el blanqueo de que son objeto, se nos antoja un nuevo Caballo de Troya, pues aprovechan la libertad del sistema democrático, y como lleguen al poder, se acabó la democracia. Son rabiosamente antidemócratas, porque sus enemigos son la libertad y la democracia. Son odio, racismo y xenofobia, además de dictadores del estilo de Franco. Hoy me entero que la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, el ministro del Interior, Grande-Marlaska y Pablo Iglesias han sido amenazados de muerte, recibiendo cartas en cuyo interior venían dos balas de Cetme (Iglesias recibó cuatro), dándoles a todos un plazo de diez días para dimitir de sus cargos. ¿Hay que ser muy avispado para saber la procedencia de estas amenazas?. Y ha sido intolerable la acción provocadora de Monasterio, Abascal y su partido, que ha culminado con la retirada de Iglesias, Gabilondo y García del debate que mantenían en la SER.

En el extremo opuesto está Unidas Podemos y Más Madrid, de Mónica García, además de la izquierda moderada del PSOE con Ángel Gabilondo (el hombre pasmado), que lleva seis años en la oposición de la Asamblea de Madrid, y si por él fuera estaría otro tanto. Por ello, lo que nos interesa es lo que puede hacer Iglesias. Si mis amigos quieren encontrar diferencia con los restantes candidatos los animo a que reparen en una cosa: observen el discurso de Pablo Iglesias, verán que siempre habla de lo mismo: mejorar la Sanidad, la Enseñanza pública, el salario mínimo, pensiones sujetas al aumento del IPC, y en definitiva, todo aquello que incida en el reparto equitativo de la riqueza que se genera en el país y no quede, como siempre, en las mismas manos insolidarias. Por esto lo odian tanto.

A Pedro Sánchez y sus ministros se les llena la boca diciendo que la nuestra es una “democracia plena”. Mienten ¿a sabiendas? En esta democracia, si fuera “plena”, no se consentiría que unos energúmenos estén cerca de un año frente al domicilio de un vicepresidente del Gobierno, molestando y haciendo ruido cuando hay niños muy pequeños. No quedaría en nada la amenaza de militares en la reserva y jubilados, por la carta firmada al Jefe del Estado, en la que pedían asesinar a 26 millones de españoles, niños incluidos. No sería normal la presencia de una fuerza política fascista y antidemócrata, y que el sistema la blanquee tanto, como a Vox. Una democracia plena no permitiría que se pueda enviar cartas amenazadoras de muerte a la máxima responsable de la Guardia Civil, al ministro del Interior y a un representante político, y que todo quede en nada. En esta “democracia plena”, salvo la figura del rey y los popes de la Iglesia (éstos sí son intocables) no se respeta a nadie y no hay consecuencias.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana