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viernes, 26 de abril de 2024 07:19h.

El “Efecto Mírame” y la otra cara de la solidaridad oficial - por Eloy Cuadra Pedrini

Un maratón solidario más del Mírame TV, y ya van cuatro. Bien, muchas familias tendrán algo de comida por algunas semanas. No sé si han batido el record de kilos esta vez pero está bien. Es un parche pero menos da una piedra...

El “Efecto Mírame” y la otra cara de la solidaridad oficial - por Eloy Cuadra Pedrini

Un maratón solidario más del Mírame TV, y ya van cuatro. Bien, muchas familias tendrán algo de comida por algunas semanas. No sé si han batido el record de kilos esta vez pero está bien. Es un parche pero menos da una piedra. Obviaremos el lavado de imagen casi gratuito de muchos políticos y no pocas empresas con el Telemaratón de marras, obviaremos la mucha comida que se va a perder entre amigos y aprovechados de las ONG, obviaremos la mala gestión que suelen hacer de esto en las oficinas de los ayuntamientos, donde se están a veces hasta tres meses para darle a una familia una derivación de comida. Pero cuidado, porque hay más cosas detrás de estas campañas de solidaridad organizadas que no son tan evidentes y sí quiero comentar aquí.

¿Han oído hablar de los mecanismos de desconexión moral? Es algo que funciona mucho ahora y básicamente siempre desde que existen las sociedades complejas. Son aquellos pensamientos y juicios que las personas usamos a veces para justificar un comportamiento moralmente algo dudoso y dejar descansar nuestra conciencia. Se llaman mecanismos de desconexión moral porque una vez que lo damos por válidos dejamos de cuestionarnos o autocensurarnos las cosas que hacemos, esto es, desconectamos nuestro juicio moral. Son ocho estos mecanismos, que estudió un psicólogo canadiense de apellido Bandura, a saber: la justificación moral, la utilización del lenguaje eufemístico, la minimización o distorsión de las consecuencias, la comparación ventajosa, el desplazamiento de la responsabilidad, la difusión de la responsabilidad, la atribución de culpabilidad y la deshumanización (recomiendo que si tienen tiempo lean algo sobre esto, interesante para comprender mejor al ser humano). Y bien, ahora en buena parte de Canarias tenemos casi un nuevo mecanismo de desconexión moral, que podríamos llamar el “Efecto Mírame”. Esto no es otra cosa que esa falsa sensación de que todo está bien y los canarios somos los más solidarios del mundo por haber llevado algunos kilos de comida a una plaza. Con el Efecto Mírame mucha gente por aquí no admite que digas que las cosas están rematadamente mal, no porque semos mu solidarios y con solidaridad todo se soluciona. El Telemaratón del Mírame causa así un efecto calmante en mucha gente a la que se le va la indignación con lo que está pasando. Y esta es, una de las partes no tan buenas que tienen estas campañas de solidaridad bienintencionadas. No tan buenas para la gente que lo pasa  mal, sí muy buenas para las conciencias de muchos otros que van a quedar lavadas y tranquilas, sin remordimientos ni cuestionamientos morales.

Y el segundo asunto del que quería hablarles es el negocio redondo que es para muchas empresas esta cosa de la solidaridad organizada vía ONG. ¿Saben ustedes que las empresas que donan alimentos a las ONG desgravan el 35% del Impuesto de Sociedades sobre el valor de esos alimentos? Pues sí, es así. Las empresas toman todos los productos que están próximos a caducar y no han podido vender y no tienen en previsión poder venderlos, y se los endosan a las ONG. Así se ahorran el gasto de eliminación de esos productos y de paso se desgravan una cantidad importante. Hasta ahí todo más o menos bien, son las leyes del mercado. El problema viene cuando las ONG y asociaciones que reciben la comida, muchas de ellas sin apenas medios, tardan algunos días en repartir una comida que está próxima a caducar y acaba llegando ya caducada o pasada de fecha a las familias. Y aún peor cuando muchas empresas lo que hacen es entuyar a las ONG con chocolatinas y otros productos no esenciales para la dieta de una familia pero sí muy caros en el mercado (Ferrero Roche, Ositos LULU, etc.) porque les interesa para desgravar, y en algunos casos acaban mandando contenedores de estos productos desde La Península hasta el vertedero de comida para pobres que es Canarias, sabiendo que no los van a vender tampoco aquí pero conscientes de que sacarán tajada de Hacienda. La resultante de todo esto es que nuestras familias más precarias acaban comiendo chocolatinas y otras chucherías en cantidades nada recomendables y en muchos casos pasadas de fecha. Así, no nos debería extrañar que en Canarias tengamos la tasa más alta de obesidad infantil y obesidad general de todo el Estado, amén de otros achaques producto de una mala alimentación generalizada.

En fin, es lo que hay, los canarios somos verbeneros. Ni este artículo ni la información que va apuntada saldrá en grandes medios de comunicación, seguirán meándonos y dirán que es lluvia, y aquí todos contentos. Espero, si acaso, que el Mírame TV y el resto de actores sociales mínimamente concienciados sean conscientes por una vez de lo que se mueve alrededor de la solidaridad organizada, y empiecen a cambiar el discurso hacia una línea más crítica que apunte a la raíz de los problemas que nos afectan a los canarios, que no son otros que la mala gestión política, la corrupción y el mal reparto de la riqueza.