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sábado, 20 de abril de 2024 07:05h.

El embajador de Israel vino a La Laguna a contarnos un cuento chino - por Domingo Garí

Se ve que anda muy activo un lobby sionista en Tenerife, particularmente en La Laguna. Algunos de ellos estaban atentos al discurso (...) gastronómico, que vino a marcarse el embajador israelí. Después de escuchar al diplomático la sensación compartida de más de la mitad del aforo es que se nos estaba tomando el pelo. Afortunadamente, el público no dejó que el político israelí se marchara sin entrar al trapo en el asunto verdaderamente importante, que no es otro que el conflicto que lleva abierto más de sesenta años, y que parece no tener fin, que enfrenta a palestinos e israelíes en la antigua Palestina.

El embajador de Israel vino a La Laguna a contarnos un cuento chino - por Domingo Garí, profesor de Historia de la Universidad de La Laguna y miembro de Sí se puede

          Se ve que anda muy activo un lobby sionista en Tenerife, particularmente en La Laguna. Algunos de ellos estaban atentos al discurso (...) gastronómico, que vino a marcarse el embajador israelí. Después de escuchar al diplomático la sensación compartida de más de la mitad del aforo es que se nos estaba tomando el pelo. Afortunadamente, el público no dejó que el político israelí se marchara sin entrar al trapo en el asunto verdaderamente importante, que no es otro que el conflicto que lleva abierto más de sesenta años, y que parece no tener fin, que enfrenta a palestinos e israelíes en la antigua Palestina.

          Discutir con un diplomático es algo parecido a jugar al frontón. Las preguntas que se le lanzan son rebotadas sin contestar, o contestadas con otra cosa distinta de la inquirida. Por supuesto, diría que se maneja en el terreno de la mentira y la tergiversación con tal naturalidad que por mucho que uno lo presuponga, no deja de sorprenderse. El embajador de Israel miente con una naturalidad pasmosa. Usa la mentira de manera totalmente normalizada, banal, con la simpatía de quien quiere caerte bien.

Nos enseñó Hannah Arendt en su estudio sobre Eichmann, que lo banal aparece cuando un individuo acata órdenes sin preguntarse sobre las consecuencias de las mismas, cuando permanece ciego a los efectos que produce llevar a cabo medidas y actos, a todas luces, condenables y antihumanitarios. Esto es precisamente lo que vino a poner de manifiesto el embajador de Israel en La Laguna.

          Aseveraba el diplomático que su país es cumplidor intachable del derecho internacional y que acata siempre las resoluciones de NN.UU. Lo dijo sin pestañear ante un auditorio que sabía que precisamente son Israel, Marruecos y Turquía los países que más resoluciones de NN.UU. se saltan a la torera, y por ese orden. También dijo que el problema de la falta de acuerdo descansa sobre todo en el hecho de que los palestinos no han reconocido la existencia del estado de Israel, ignorando deliberadamente el hecho de que “Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), firmó (el 25 de julio de 1982) un documento en el que acepta todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, incluidas las que reconocen el derecho a la existencia de Israel”.(El Pais)

          Nada nuevo en el discurso del señor embajador. Nada que de esperanzas a la paz. Uno diría que lo que busca Israel es cansar a los palestinos, y al resto del mundo, para finalmente quedarse con todo el territorio de la antigua Palestina. Dice el historiador israelí Illá Pappé que: “El objetivo sionista desde el principio era tener tanta Palestina como sea posible con tan pocos palestinos en ella como sea posible”. Y la estrategia de los sucesivos gobiernos de Israel desde 1948 hasta la actualidad avala esta opinión de manera rotunda. Lograron reducir las tierras palestinas a minúsculos poblados en Cisjordania, tornando inviable de esta manera un estado independiente palestino y, paralelamente, haciéndole la vida imposible a los palestinos que viven dentro de Israel. El objetivo perseguido es que los palestinos se exilien en los países árabes vecinos, y se olviden de volver o reivindicar su sitio en el solar de la antigua Palestina.

          Y todo ello parece que le agrada a la corporación lagunera, que se siente honrada y agradecida con la visita de tan ilustre personaje, tan ignorante de las consecuencias de sus actos como el Eichmann de Hannah Arendt. Algunos laguneros de postín que andaban en el acto reivindicaron la sangre sefardí que corre por las venas de los ciudadanos de aguere. No se sorprendan si en el futuro empiezan a florecer los kipá por las calles de la Carrera y de Herradores, y los viernes por la noche encuentran los bares cerrados por la celebración delshabat.

Domingo Garí. Profesor de Historia de la Universidad de La Laguna y miembro de Sí se puede