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martes, 16 de abril de 2024 22:18h.

Emigrante: Tiene sus precios y no son en metálico - por Carlos Antonio Gallo Garavano

En 1986 me transformé en emigrante junto a mi familia, formada por esposa y 4 hijos y aunque desde hace muchos años nos consideramos ex inmigrantes y nos sentimos muy integrados en el Sureste de Gran Canaria...

Emigrante: Tiene sus precios y no son en metálico - por Carlos Antonio Gallo Garavano (*)                            11 de agosto de 2013

En 1986 me transformé en emigrante junto a mi familia, formada por esposa y 4 hijos y aunque desde hace muchos años nos consideramos ex inmigrantes y nos sentimos muy integrados en el Sureste de Gran Canaria, sí por el resto de la vida, se siguen sufriendo las consecuencias colaterales de abandonar el entorno de la familia formada por los padres, hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, etc, sin olvidar toda la familia política y todo a pesar que la emigración tenga la finalidad del bienestar de la propia familia formada a partir de los hijos.

Normalmente cuando te llaman por teléfono desde tu país de origen (Argentina en nuestro caso) y no es en una hora habitual o una llamada esperada, la incertidumbre de una mala noticia con fallecimiento incluido se mantiene hasta las primeras palabras de la conversación.

En mi caso personal, hasta ayer disfruté durante 27 años de que la mencionada llamada relacionada con mis padres no llegaba, pero el día llegó y estaba relacionada con mi padre que nos dejó el 10 de agosto a los 86 años y lo más importante sin ninguna enfermedad de las que generan sufrimiento.

Sergio Antonio Gallo, con su esposa, en el Faro de Maspalomas (2006)

Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida diaria y para no ser menos recibí la noticia mediante el sistema denominado whatsapp, medio utilizado desde los días previos para transmitir las informaciones del desarrollo de los acontecimientos a tiempo real.

Mi padre Sergio Antonio Gallo visitó Gran Canaria en 1994 y en 2006, disfrutando durante su permanencia del Cruce de Arinaga, del municipio de Agüimes y del resto de Gran Canaria, sin olvidar que en 1952 pasó en barco por el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, durante el viaje de regreso desde Italia a la Argentina, junto a mi madre y al causante de ese retorno apresurado que eran los 6 meses de embarazo de mi gestación, lo cual pudo ser el origen de mi emigración de Argentina a Gran Canaria, 34 años después.

Desde el año 2006, en la Iglesia de San Rafael de Vecindario está entronizada una réplica de la Virgen Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, que mi familia trajo directamente desde Luján en Argentina y mi padre Sergio Antonio se encargó de gran parte de los trámites que fueron necesarios en Argentina, incluida la bendición especial realizada en Morón por Monseñor Presas (ya fallecido), máximo conocedor de la historia de la mencionada Virgen.

Papi, descansa en paz

Muchas gracias a los redactores que me facilitan la publicación de este artículo.

(*) [email protected] - Carlos Gallo Garavano, reside en el Sureste de Gran Canaria