Escondido - por Felo Concepción

Estamos asistiendo estos días al bochornoso espectáculo de ver a un presidente del gobierno escondido y bien pertrechado por su grupo parlamentario para que no dé explicaciones de ningún tipo al resto de los ciudadanos.

La única repetitiva y contumaz respuesta es que hay falsedad y que hay que creerle, una especie de verdad teológica, me tienen que creer, el que dice mentiras es el otro, quien por otro lado era el que hasta hace poco le ayudaba a mantener un buen tren de vida. De desagradecidos esta el infierno lleno.

Y hay que creerle y punto. ¿Pero qué se cree este personaje que no ha parado de mentir desde que se instaló en la Moncloa? ¿Le va a creer el pueblo español después de todas las mentiras que ha dicho? Pero él, erre que erre, aunque lo hayan agarrado con las manos en la masa. Son todos iguales, bueno casi todos, mienten hasta la saciedad y se quedan tan frescos, no tienen el menor pudor para salir a la calle y enfrentarse a la sociedad. Maldita moral amparada por las confesiones semanales que les permiten redimir sus pecados para empezar de nuevo los lunes con los robos y demás atropellos a los ciudadanos.

Y este deleznable personaje lo único que dice es que fue elegido y que cumplirá el mandato que le dieron los españoles. ¿Mandato de qué? ¿De incumplir el programa electoral? ¿De tener el record de paro de la historia? ¿De tener el record de deuda pública desde el siglo XIX? Seguramente lo único que quiere es seguir en el gobierno porque si pasa a la oposición y se encuentra con este problema y sin el apoyo de la fiscalía, seguramente alquilaría una celda en algún penal para el resto de sus días.

En fin, aquí tenemos al Premier, que dirían los ingleses, encerrado en un armario para que no dé la cara, y el que tiene la llave está de vacaciones.