Exhumación en Cuelgamuros: sensibilidad, generosidad, humanidad - por Erasmo Quintana *

Sospechosamente cierto que si ganaran las próximas elecciones generales de 23-J, las derechas fascistas del Partido Popular y Vox, vendrán unas importantes fechas marcadas por la derogación (todas aquellas leyes propuestas y aprobadas por el actual Gobierno de coalición, y que esa oposición votó sistemáticamente en contra), sin tener la mínima cuenta de que todas ellas iban encaminadas a favorecer a los que nada tienen, dando un vuelco espectacular en la gobernabilidad de este país. Precisamente, teniéndose esa posibilidad de cambio PP-Vox, debe ser que el Ejecutivo se ha empeñado en dar alguna respuesta a la ya histórica demanda de familiares que quieren rescatar del olvido a sus parientes más cercanos -enterrados en Cuelgamuros, tratados como animal carnaza- para darles una digna sepultura y poder llevar flores a sus tumbas, consiguiéndose así con justicia la dignidad, la caridad y el respeto que sí merecieron los muertos del bando golpista. 

Ya quedan lejanos aquellos tiempos en que a la oligarquía del poder le gustaba regodearse en el despegue económico del país, pero de libertad individual de las personas, nada; además que continuara atascada en su economía autárquica, con la democracia dirigida que llamaban “orgánica”. Los que demuestran no saber de lo que hablan, se les oye todavía decir aquello de que con el fascismo se vivía mejor. Este país nuestro no tiene remedio. La ultraderecha es tan tendenciosa y sádica que pretende arrebatarle, mediante la interesada duda maniquea, al expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el honor ganado por ser, junto a su compañero Pérez Rubalcaba, la desaparición de la banda terrorista ETA.

Rodríguez Zapatero, visiblemente enojado, contundente y serio ante la duda mostrada por Herrera, contestó:

“Pasó. ¿Lo reivindico? Sí. ¿Me siento orgulloso? Extraordinariamente”. “La política pequeña -en referencia al poco ético periodista, Carlos Herrera (COPE) - la siguen utilizando”, respondiendo a su avilantez descarada. Qué más quisiera que el desarme de ETA hubiera sucedido con gobiernos del Partido Popular, y  de Rajoy, pero no fue posible por una política miope de confrontación y ningún tipo de diálogo. A Zapatero y Rubalcaba les cupo ese honor, acompañados por la democracia española y su sociedad, impulsores para acabar con la banda terrorista. En efecto, que todo esto sucediera con Zapatero en el Gobierno, “sin necesidad de modificar ni una sola ley, ni conceder un indulto, ni tomando medida de gracia alguna”, resultó ser una gestión política brillantísima y del más alto nivel. El fenómeno terrorista de ETA se ha visto que es un filón para las derechas, que lo siguen utilizando y alimentando como cosecha segura de votos, porque saben que siempre habrá algún despistado o indocumentado que se piense que la banda armada continúa viva y coleando “sembrando todavía -sin piedad- el crimen y la destrucción”. 

Este éxito pues de Zapatero (el abandono de las armas y el terrorismo por parte de ETA) es uno de los grandes logros alcanzados por el PSOE a nivel nacional, al que habrá de añadirse la última política encaminada a la mejora de sectores históricamente abandonados por la derecha, que ha sido posible gracias a iniciativas de su socio de gobierno Unidas Podemos. Pues bien, para el ínclito Carlos Herrera, cuando la banda terrorista debería ser un lejano recuerdo, usa el hecho de la desaparición de la banda armada como un eficaz ariete modificando los hechos para saetearlos en contra de quien acabó con ella. 

Que este pacto de extrema derecha en nada beneficia a las clases de la sociedad más necesitadas de atenciones, no hay duda ninguna. Los de PP y Vox no van a la política movidos por el mismo interés que los partidos de izquierda. El sistema se protege y retroalimenta, por lo que vendrá época aciaga para aquella parte de la sociedad que menos tiene. Con el señuelo de que “viene Bildu” y que la banda criminal de ETA está viva todavía, será el momento de estos tiburones (con perdón) siempre al acecho, para medrar a sus anchas. El motivo de meterse en política, se insiste, no es el mismo de los conservadores que el de algunos progresistas. No me invento nada, son hechos contrastados. González, Guerra, Bono, Corcuera, Page, Lambán, Sánchez, Saavedra… que han medrado mucho y bien al calor de unas venerables siglas, ninguno tiene de socialista ni los andares.

Vimos lo que hizo Mariano Rajoy en la crisis o depresión económica de 2008, producida por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, alcanzando la misma hasta 2014, que hizo recaer sobre toda la sociedad, siendo el sector más precario y sensible de ella quien mayormente la sufrió. Sin embargo, los estamentos que protegeN y representan las derechas, para éstos no hubo crisis o depresión económica de ningún tipo.

* Gracias a Erasmo Quintana