Francia: Los estudiantes de los centros de Formación Profesional no son carne de cañón de los empresarios - por Cathy Billard
Francia: Los estudiantes de los centros de Formación Profesional no son carne de cañón de los empresarios - por Cathy Billard en L'ANTICAPITALISTE (órgano del NPA)
Traducción de Manuel de la Rosa
“No es solo una reforma de la que vine a hablar hoy. Es una causa nacional. Porque creo que los estudiantes que están allí tienen todos los motivos para estar orgullosos de estar en estos caminos”, declaró Macron el 4 de mayo a los estudiantes de un centro de formación profesional en Saintes que se vieron obligados a escucharlo. Una antología de cinismo y desprecio en pocas palabras.
El único elemento realista de estas palabras es que "no se trata simplemente de [una] reforma". Macron es parte de la continuidad total de las " reformas " de 2009 y 2019, utilizando los mismos elementos de diagnóstico y las mismas falsas soluciones. Cuando pasamos de lo cuantitativo a lo cualitativo, del hundimiento a la liquidación de la formación profesional.
Criterios de análisis sesgados
Para este gobierno y sus expertos que sustituyen las estadísticas y los mapas por la realidad de la experiencia de los primeros interesados, sus proyectos se basan en dos indicadores de formación profesional: las estadísticas de los estudiantes que continúan sus estudios después del bachillerato y los que tienen un empleo de seis meses. después de dejar la escuela secundaria ("criterios de empleabilidad"). ¿El objetivo? El cierre de sectores cuyos resultados estarían por debajo de medias definidas “no sabemos cómo”. ¡Una pura negación del análisis! Porque es evidente que el resultado de las reformas de Darcos y Blanquer han mermado las posibilidades de los estudiantes de FP de seguir estudios y encontrar rápidamente un trabajo. Darcos había eliminado más de un año de docencia, pasando el bachillerato profesional de 4 a 3 años de docencia, además de una reducción del número de horas semanales, por tanto una reducción del volumen de docencia tanto profesional como general.
La reforma Blanquer de 2019 eliminó el 12% de los horarios y además transformó los horarios de materias comunes (francés, matemáticas o formación profesional) en dispositivos sin contenido ni objetivo claro para los alumnos: apoyo, cointervención, obra maestra. Y, sin embargo, esta es la contribución esencial de la escuela. No se trata tanto de "encontrar un trabajo", que uno nunca podría cambiar, sino por el contrario de transmitir conocimientos, saber hacer y saber hacer que permitan la autonomía de jóvenes en el mundo del trabajo. Al cortar esta rama, Macron pretende reducir las posibilidades de emancipación de la juventud. Esta reforma pretende desmotivar al estudiantado y empujarlo a abandonar una formación bajo el supuesto de que no les permite progresar en su acceso a las culturas generales o dominar un campo profesional.
Poner fin al “modelo sufrido", Macron dixit
A estos motivos que reducen la FP cada vez más a un modelo experimental, se suma evidentemente la construcción social del modelo de éxito que la escuela reproduce mecánicamente generando frustración, sentimiento de fracaso y falta de confianza en sí misma en toda una parte de la juventud. En primer lugar la de origen obrero, que constituye más del 90% del estudiantado orientado a la FP. Mecanismos que se verán multiplicados por esta "reforma" que, de ser aprobada, exigiría otras. Porque ni siquiera se trata de querer sustituir la FP por el aprendizaje. Del pseudodiálogo con los interlocutores sociales, la doble supervisión de las formaciones profesionales (Educación Nacional y Trabajo-Empleo) ha hecho suyo el discurso de la patronal: no quieren estudiantes de FP en sus empresas, es demasiado complicado de gestionar para ellos.
Básicamente, los empresarios necesitan dos tipos de trabajadores: una categoría muy cualificada y muy especializada que acompañará la próxima evolución industrial, y profesionales que se adapten a un papel subordinado en la sociedad, que se resignen a ello y no se resistan a todo lo que venga, y a quienes se les impone unas condiciones de vida bajo el signo de la precariedad generalizada. Es por tanto una cuestión política de todos, no solo del personal y de los usuarios de la escuela, lo que implica acabar con Macron y su círculo. Por eso debemos triunfar en el paro del 30 de mayo contra esta empresa de destrucción y confiar en el 6 de junio para continuar.
* Gracias a Cathy Billard, a L' ANTICAPITALISTE y a la colaboración de Manuel de la Rosa. En La casa de mi tía con autorización
