¿Está al frente del PSOE gente que no es socialista? - por Erasmo Quintana *

Es lo que parece. A este partido lo tienen secuestrado personas que no dan muestras de ser progresistas. Si acaso en el Gobierno hacen algo realmente de izquierdas es porque está Unidas Podemos, que si no, gobiernan como el PP. Son más o menos lo mismo: burgueses. En la derecha del PP y la izquierda del PSOE hay una sorprendente similitud y coincidencia en taponar todo avance en derechos ciudadanos, aquellos que tienen que ver  con las personas “distintas” del resto, con los mismos derechos de todos, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), Chrysallis (Asociación de Familias de Infancia y Juventud Trans) y Fundación Triángulo, acaban de comunicar que impulsarán movilizaciones unitarias del colectivo LGTBI+ en protesta contra de los recortes en derechos que les pretende imponer el PSOE en la Ley Trans, exigiendo a este partido que negocie y acuerde garantizar los derechos fundamentales de estas personas, las que ya son reconocidas por quince legislaciones internacionales y respaldadas por Naciones Unidas y la Unión Europea.

La Ley Trans, salida del Ministerio de Igualdad, de Unidas Podemos, pasó por el Consejo de Ministros con todas las bendiciones. Sin embargo, ahora el PSOE no quiere que camine. Pedro Sánchez comunicó a Irene Montero que el proyecto de Ley Trans se verá modificado con la introducción de enmiendas, que recortarán derechos reconocidos, advirtiendo a sus socios minoritarios que lo sacará adelante con el apoyo del PP, y por tanto, contra el bloque de investidura. Esta sorprendente conducta, además de camaleónica, es una posición que se enmarca en una sibilina campaña de desgaste contra la ministra Montero y su Ministerio de Igualdad. Ante esto,  no sé yo qué decir, y me pregunto si Pedro Sánchez está eligiendo ponerse el lazo de la soga al cuello (para ahorcarse), yendo tan directamente en contra del partido que hoy por hoy le permite estar gobernando, y que no se sabe si seguirá necesitando en el inmediato futuro.

Por su parte, Irene Montero busca coyunturalmente impulso utilizando su denuncia de que es víctima de la “violencia política” con intención de destruirla, en clara referencia al ataque de la diputada de Vox en el Congreso, Carla Toscano. Se dice que cada día cuesta más distinguir y separar la derecha política de la derecha mediática. Ello lo vemos en el presidente del PP, Núñez Feijóo, atento siempre a las portadas del periódico El Mundo, este contumaz enemigo de los avances en derechos de los ciudadanos.

Ello es lo que hace que Feijóo mantenga esa posición contraria a todo lo que significa cualquier avance en derechos, además de que es la tradicional postura de la derecha político-mediática de nuestro país.

La política de Igualdad, como se recordará, fue puesta en marcha por la exministra de Igualdad, Bibiana Aído con Rodríguez Zapatero, en 2008, y la tradicional posición en contra del PP. Toda la escandalera actual obedece a una miserable campaña para desprestigiar a Podemos y a toda la progresía del país. Las derechas son quienes saben gobernar y el Gobierno de la nación les pertenece. Esa derecha tramontana es la que aprovecha cualquier nimiedad para atacar a las ministras de Unidas Podemos, o resquicio de la aprobada Ley del “Sí es sí”, para montar un espectáculo en el Parlamento, haciéndose la ofendida, como sucedió recientemente en lo que parecía un perfecto gallinero.

El “¡que se jodan!” de aquella otra diputada del PP, cuando se discutía sobre los parados, nadie pidió que la expresión no apareciera en el Acta de Sesiones. Los jueces contrarios al Gobierno, antes de que el Supremo se pronunciara sobre esa parte de la Ley que parece beneficiar a la baja las condenas de los maltratadores, lo han aprovechado para, incluso, con la rapidez del rayo, dejar en libertad a condenados. Sin embargo, hay jueces que pertenecen al CGPJ, que no tienen prisa en abandonar las poltronas después de ¡cuatro años! con sus mandatos vencidos, incumpliendo flagrantemente la Ley. Esto es lo que está sucediendo con la Justicia en este desgraciado país.

En una maniobra -insisto- soez y filibustera para desacreditar a Irene Montero, se recurre a lo más bajo del comportamiento humano: una concejal de Cs la acusó de que “la ha fecundado el macho alfa”, y otra de Vox que el “único mérito” de la ministra de Igualdad es “haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Ante esta maledicencia, el PSOE no está ni se le espera para censurar dichos comportamientos. Por el contrario, parece regodearse con la podredumbre. Cuando Irene Montero hace lo mismo que ha sufrido ella, es cuando caen en la cuenta de la crispación en el Congreso, y todos comentan sobre ello.  La exmilitante del PSOE, Carla Antonelli, se ha quejado en redes sociales de que su antiguo partido está utilizando los derechos humanos de las personas Trans “como cortina de humo frente a otras normas”, el que es un “colectivo vapuleado”. “Dolor y vergüenza”. “Profunda decepción y vacío”. Sentenció.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana