Buscar
lunes, 29 de abril de 2024 00:00h.

El inexistente derecho a la venganza - por María José Landaburu

 

m j l
Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, recomienda este atinado texto

El inexistente derecho a la venganza

 María José Landaburu

INFOLIBRE

 

Puede el Estado de Israel enarbolar el derecho a la defensa tantas veces como sus terminales mediáticas quieran, pero lo que están ejercitando es un inexistente derecho a la venganza, desterrado desde hace siglos por la comunidad internacional. Cómo estarán las cosas en el genocidio que se está produciendo en Gaza, como reacción al genocidio previo del grupo terrorista Hamás, que dan ganas de suplicarles que apliquen la ley del talión, el famoso ojo por ojo del código de Hammurabi, que el derecho romano y hasta la propia Biblia articularon como respuesta sensata frente al castigo colectivo y a la venganza, que eran los instrumentos de justicia hasta entonces. En el “ojo por ojo”, al menos, se castiga la ofensa mediante una pena del mismo tipo, y exclusivamente a quien sea el protagonista o culpable de la acción que rechazamos: proporcionalidad e individualidad frente a las acciones vengativas que convierten el pecado de alguno en la responsabilidad de la comunidad entera, un grupo determinado o una familia. 

Cierto es que las grandes religiones de alguna manera propusieron los castigos colectivos, si no recuerden aquello del pecado original y la manzana, que por lo visto pagamos todos, o el libro de Yahvé que entendía la responsabilidad como mancomunada, y hasta el Pentateuco conocido por los judíos como el libro de la ley, y desde luego la Yihad. Pero todas ellas han ido matizando (en líneas generales y más allá de los extremismos), utilizando la redención o reinterpretando los preceptos en términos menos agresivos y sanguinarios, más humanistas y acordes con el devenir de la civilización, hasta predicar la paz y desterrar la violencia y las derivadas de pueblos contra pueblos o fieles contra fieles.

Ni la ONU, ni la Corte Penal Internacional, ni todos los esfuerzos diplomáticos han conseguido hasta ahora que Israel deje de utilizar la expresión 'legítima defensa' ni sus variantes en distintas ocasiones desde los ataques a Egipto y Siria

En términos de derecho penal moderno, la responsabilidad es unánimemente concebida en condiciones de individualidad y por supuesto de proporcionalidad. Por supuesto la ley del talión fue rechazada con el contrato social y la atribución del monopolio legítimo de la violencia al Estado institucionalizando así la justicia. Ya no cabe que los individuos se atribuyan la capacidad de aplicar castigos, ni mucho menos la venganza privada. Llegamos al tiempo de la apropiación del poder punitivo por parte del Estado, que se ha acogido en todas las constituciones democráticas, así como por los organismos internacionales, siendo fundamental en este sentido la IV Convención de Ginebra, relativa a los actos prohibidos e ilícitos en tiempo de guerra, y las sucesivas, y por supuesto por el Derecho internacional humanitario, dando lugar al oxímoron conocido como derecho de la guerra.

Sin embargo, la comunidad internacional ha permitido, y sigue haciéndolo, un uso deliberadamente vengativo en la actuación de Israel contra Palestina. Un comportamiento reiterado y colonialista dirigido a expulsar sin tapujos a las personas de su tierra para ocuparla, convirtiéndolos en refugiados y practicando una auténtica limpieza étnica. Ni la ONU, ni la Corte Penal Internacional, ni todos los esfuerzos diplomáticos, han conseguido hasta ahora que Israel pare su actitud y deje de utilizar la expresión legitima defensa ni sus variantes en distintas ocasiones desde los ataques a Egipto y Siria. El conflicto con el tiempo ha pasado de ser regional a afectar a la situación geoestratégica global y a la tranquilidad de la ciudadanía del planeta. No debe escapársenos que no es solo dejadez, las grandes potencias y sus intereses económicos y de dominio han dejado hacer con una indiferencia tan pasmosa como interesada.

Sin duda la racionalización de la violencia es el camino hacia la justicia. Todos los atentados terroristas exigen condena, persecución y castigo a los culpables, y ahí debemos estar unánimemente sin fisuras. El análisis de las actuaciones violentas y su persecución por la vía del derecho es la única alternativa para la paz y el respeto de los derechos humanos. Sin embargo, lo que hace el Estado de Israel es tomar para sí el ejercicio de la venganza, que además pierde el carácter emocional e impetuoso que es propio de la misma según pasan los días y adquiere la condición de la racionalidad criminal. Se atribuye a Confucio la aseveración de que “antes de embarcarte en el viaje de la venganza, cava dos tumbas”. Si Israel y la comunidad internacional no somos capaces de parar esta escalada, estaremos cavando muchas tumbas, quizás también las nuestras. Creo que el pueblo de Israel y el rechazo a la actuación sanguinaria de su gobierno puede tener la última palabra, de lo contrario no habrá diferencia entre un grupo criminal y terrorista y un Estado que se comporta como tal. 

________________________

MARÍA JOSÉ LANDABURU
MARÍA JOSÉ LANDABURU

 

María José Landaburu Carracedo es Doctora en Derecho, experta en derecho laboral y autora del ensayo 'Derechos fundamentales, Estado social y trabajo autónomo'.

 

 

 

 

* Gracias a María José Landáburu, a INFOLIBRE y a la colaboración de Antonio Aguado

https://www.infolibre.es/opinion/ideas-propias/inexistente-derecho-venganza_129_1621802.html

INFOLIBRE
LA CASA DE MI TÍA

mancheta 34