A pesar de su circunstancia e historia únicas, el golpe iraní de 1953, tal como lo explora Taghi Amirani en su película Coup 53, demostró ser un modelo para la explotación del mundo por parte de Occidente.

La historia de un golpe respaldado por Estados Unidos que desestabilizó un país en beneficio de los intereses capitalistas occidentales se repite con tanta frecuencia que cada instancia es una especie de novela clásica en la serie distópica del siglo XX en adelante. La historia del golpe de Estado iraní en 1953 es, de hecho, un clásico, ya que fue el primero de su tipo. Con su cuota de personajes infames—principalmente la CIA y el MI6 británico—así como su impacto duradero en la región, su ciudadanía y el mundo, el golpe del 53 resultó ser un cambio monumental en la política mundial, uno de gran promesa y prosperidad para Occidente por medio de la explotación y la rapacidad. Para sus víctimas, décadas de ocupación, terror y confusión inundaron países y crearon el mundo hegemónico en el que vivimos hoy.

En un brillante intento de darle sentido a todo, el documentalista Taghi Amirani pasó 14 años investigando y produciendo Coup 53 y se une al presentador Robert Scheer en Scheer Intelligence de esta semana para establecer el intrincado proceso de hacer una película de este tipo. El documental se estrenó mundialmente en el Festival de Cine de Telluride hace cuatro años y se estrenó internacionalmente en el Festival de Cine de Londres BFI. Estrenada en 2019, la película de Amirani, a pesar de los obstáculos de distribución predecibles, ha sido elogiada en los medios y con razón. Con más de cuatro años de ayuda del legendario editor de cine Walter Murch, la película ha recibido elogios de otros cineastas y figuras como Errol Morris, Werner Herzog y Oliver Stone. 

“El golpe es un momento tan decisivo y fundamental en la historia iraní, la forma en que puso todo patas arriba y ha tenido repercusiones no solo en la relación de Irán y los iraníes consigo mismos y su lugar en el mundo, sino también en la región y más allá. . Es una cicatriz nacional. No se ha ido. Realmente da forma a todo hasta la fecha”, dijo Amirani.

De hecho, da forma a todo hasta la fecha, con la CIA y las estructuras de poder occidentales utilizando el golpe de Irán de 1953 como modelo para más problemas en Vietnam, Chile y una serie de otros países. También sirve como ejemplo de lo que sucede cuando un individuo, en este caso Mohammad Mosaddegh, trata de desafiar la estructura de poder capitalista y colonialista. Según Amirani, “La Anglo-Iranian Oil Company… no era solo una compañía petrolera en la ciudad de Abadan. Realmente tenía sus dedos en cada pastel de la sociedad iraní. Era casi como un estado dentro de un estado. Obviamente tenía toda la mentalidad colonial. Los trabajadores iraníes eran como ciudadanos de segunda y tercera clase que vivían en chozas de barro, mientras que los británicos expatriados vivían en casas gloriosas [y] jardines bien cuidados”.

* Gracias a Robert Scheer, a SCHEERPOST y a la colaboración de Federico Aguliera Klink. En La casa de mi tía con autorización

https://scheerpost.com/2023/04/07/iran-1953-the-birthplace-of-western-backed-coups/