Como llegó a ser Pedro Sánchez rehén de Susana Díaz - por Antonio Aguado, veterano militante socialista *   

Pedro Sánchez fue elegido por el voto directo y secreto de los afiliados en primarias celebradas el 13 de julio de 2014  Ésta formula ejemplar fue un hito histórico en la vida orgánica del PSOE, al ser la primera vez que sucedía.

Su elección fue ratificada en un Congreso Federal Extraordinario celebrado los días 26 y 27 de julio de 2014. Los delegados a los congresos como en éste caso federal son elegidos en listas cerradas, controladas por los barones regionales, quienes se movilizan para que sean sus acólitos los elegidos. En consecuencia el referido congreso, estuvo mediatizado por los dirigentes de cada región y fundamentalmente por la gran baronesa Susana Díaz, siendo Andalucía la federación que por el número de afiliados más delegados aporta.

Antes del congreso Pedro Sánchez había manifestado su intención de formar una comisión ejecutiva práctica, eficaz y operativa y para ello consideraba que debería tener una composición como máximo de 15 personas. Pues bien, al final le impusieron Susana Díaz, con la connivencia y complicidad de otros barones regionales un órgano ejecutivo de nada menos que 38 miembros, con lo que eso significaba por no ser muchos de su confianza.

Lo mismo ocurre con el Comité Federal, órgano máximo entre congresos, cuyos miembros son elegidos (impuestos) igualmente por los jerarcas en listas cerradas. El caso de la Comisión Federal de Ética y Garantías, que la compone cinco miembros, para su control, tres de ellos han sido impuestos por Susana Díaz. Si le faltaba algún órgano más que controlar, se ha llegado a la aberración democrática de hurtar la elección de la mesa (presidencia, secretaria y vocalía), algo que se solía hacer siempre al comienzo de los comités. Pero a partir de la celebración del primero en ésta nueva era de Pedro Sánchez como secretario general, Susana Días impuso a Beatriz Pérez como presidenta fija del Comité Federal. Es una de sus máximas colaboradoras y en la crisis desatada el pasado miércoles 28 con la dimisión de 17 componentes de la ejecutiva federal, se arrogaba ser la única representante legal del PSOE.

Un caso patético ha sido el de Micaela Navarro, también impuesta por Susana Díaz como presidenta de todos los socialistas, que ha firmado la dimisión formando parte de los llamados críticos. La presidencia en el PSOE es un cargo simbólico y honorifico y como tal no es obligatorio elegirlo, a no ser que haya una compañera o compañero que reúna las condiciones necesarias, básicamente mantenernos cohesionados. En su momento solíamos elegir a compañeras y compañeros veteranos socialistas republicanos, a quienes admirábamos por sus trayectorias y ejemplos de unidad y buena armonía. Éste ha sido otro de nuestros valores que “hemos tirado por la borda”.    

Con éste panorama no es difícil comprender que Pedro Sánchez, se ha podido sentir un rehén en manos de Susana Díaz y sus acólitos. Sin embargo ese lastre se lo ha venido quitando de encima, aunque lamentablemente y como se ha venido comprobando a costa del deterioro del Partido, debido a la actitud mezquina e irresponsable de Susana Díaz y de todos los que están en su misma línea y apoyándole: el gran jerarca Felipe González, Alfonso Guerra, Zapatero, Rubalcaba, José Bono, Corcuera, Leguina, etc.., que no han dudado en llevar a la opinión pública, sus enfrentamientos con Pedro Sánchez, que tanto daño nos hace. Encima tienen la desfachatez, de culparle como único responsable de los malos resultados electorales, sin asumir por su parte ninguna responsabilidad.

La gran mayoría de los votos que hemos perdido han ido a parar a Podemos, formación política nacida como consecuencia de la perdida de principios y valores del PSOE, que controlado y dirigido por los mencionados dirigentes y otros, se ha ido alejando cada vez más de su electorado natural.

Ya el daño está hecho y ahora falta saber hasta que extremo se producirá el deterioro del Partido Socialista. El mal menor sería que triunfe Pedro Sánchez y sus tesis de integridad y dignidad, en contra de que siga gobernando el indecente Mariano Rajoy y su reaccionario, mafioso y corrupto Partido Popular. En la seguridad de que si fuera así, la mediocre Susana Díaz, que con tan sólo 41 años de edad, lleva viviendo como profesional de la política, nada menos que 21 años y los demás cómplices barones regionales no abandonaran sus cargos institucionales y prebendas.

Pero si éstos se imponen a Pedro Sánchez y arrastran al PSOE con el voto de abstención a que Mariano Rajoy y el Partido Popular, continúen gobernando, la crisis que se puede desatar será bastante más grave y de incalculables consecuencias, con el abandono por dignidad de muchos dirigentes del Partido y sobre todo de militantes y la retirada del apoyo por gran parte de nuestros simpatizantes y votantes.

* En La casa de mi tía por gentileza de Antonio Aguado Suárez