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jueves, 25 de abril de 2024 21:34h.

Los locos de Canterbury - por Antonio Cabrera de León

 

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Los locos de Canterbury - por Antonio Cabrera de León *

Los escritos de “Los cuentos de Canterbury” son probablemente la obra más importante de la literatura inglesa anterior a Shakespeare. Como casi toda mi generación, la descubrí en el cine cuando la Transición nos permitió ver la película de Pasolini.

CUENTOS CANTERBURY

Pero no quiero escribir sobre el libro sino tomarle el nombre y cambiar la palabra cuentos por la palabra locos. No puedo encontrar mejor calificativo para la clase dirigente británica.

Cuando perdieron el imperio que les permitía explotar a los pueblos de otros países, quedaron noqueados durante algunas décadas. Esto ocurrió en el Reino Unido en los años 40 y 50 del siglo pasado. Pero se recuperaron ideando fórmulas de comercio, actuando como portaviones de EEUU en Europa y protegiendo a su población con la creación de la mejor sanidad pública del mundo.

Así se plantó el país en los años 70, recuperado de la pérdida de su inmenso imperio en menos de 30 años. Pero de repente su clase dirigente entendió que habían concedido demasiado y dijo basta. Los locos de Canterbury, los ricos, la clase social privilegiada, los de arriba, los que tenían criados, esos tan bien descritos por Hawkesworth en su libro “Arriba y abajo”, convencieron a ingleses y galeses (no a los escoceses) de que todos mejorarían si ellos pagaban menos impuestos y los sindicatos dejaban de reclamar mejores salarios.

ARRIBA Y ABAJO
ARRIBA Y ABAJO

Desde entonces para acá entraron en la Unión Europea y salieron de ella en cuanto vieron que les era más difícil timar a los trabajadores dentro del Club que fuera. Han deteriorado la sanidad pública hasta convertirla, después de ser la mejor, en la número 18 del mundo según la OMS. Han incrementado la gestión privada de la misma y con ella la mortalidad hospitalaria (Lancet Public Health, 2022; 7: e638-46).

Gentes de toda Europa han dejado de estudiar, trabajar, comerciar o hacer turismo en Gran Bretaña. Consumado el Brexit, la evolución de su economía es cada día peor. Y en medio de la tormenta, los locos de Canterbury van colocando al frente del país a cualquier aventurero inepto que les rebaje aún más sus impuestos. Lo último, una lechuga. Lo próximo tal vez una zanahoria.

A menos que pretendan volver al Londres de Oliver Twist y Mr. Scrooge, bien harán los británicos en ponerles coto a sus clases ricas. Encabezados por los Windsor, ellos son cada vez más ricos y los trabajadores cada vez más pobres.

 

 

MANCHETA AGOSTO 22