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viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.

Un marzo de lucha y esperanzas -por Eduardo Andrade Bone

 

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Un marzo de lucha y esperanzas -por Eduardo Andrade Bone *

Al observar los medios de prensa chilenos, podemos destacar dos elementos periodísticos que resaltan en la prensa del sistema y que se encuentra alineada férreamente al poder de los grandes empresarios que son dueños de la mayor parte de esos medios.

Uno de estos elementos es la gran campaña del terror que se ha desatado con lo que vaya a ocurrir el mes de marzo en Chile, más aún después de la denominada explosión social acontecida desde el 18 de octubre hasta ahora, donde los chilenos exigen cambios profundos a su situación socio económica, ante la existencia de un modelo neoliberal excluyente, que no ha mejorado las condiciones de vida de la mayor parte del pueblo chileno.

Demandas sociales que ha estado ligadas a la exigencia del mejoramiento de las paupérrimas pensiones que reciben los jubilados chilenos, además de las exigencias de salarios justos, el mejoramiento de los pésimos servicios de salud pública, rebaja del precio de los medicamentos, el fin de la mercantilización de un sistema de educación mediocre y de baja calidad. Se suma a ello la demanda por la construcción de viviendas dignas para los sectores sociales con menor poder adquisitivo y el congelamiento de los precios de la canasta básica y los servicios de luz, agua, gas y precios del bus-metro, como las cuestiones básica y esenciales  de las reivindicaciones básicas de la población chilena. 

Ante esto, cabe destacar que desde el comienzo de la crisis política social hasta ahora, las peticiones que han emanado de la movilización social no han recibido ninguna respuesta efectiva de parte del gobierno de los grandes empresarios y de un mandatario ligado a la especulación financiera y la corrupción familiar, como Sebastián Piñera. Y que ahora comienza a transitar por la incertidumbre de los dos años que le quedan de su gobierno, con las manos manchadas de sangre de chilenos, producto de la violación sistemática de los derechos humanos del gobierno de la derecha chilena (Chile Vamos). 

Hasta este momento la única respuesta del gobierno de Piñera ha sido enviar al parlamento una serie de propuesta de ley para agudizar la represión sistemática, para así bajarle el perfil a las movilizaciones sociales por mejores condiciones de vida. En esto llama profundamente la atención que grupos políticos que formaron parte de lo que fue la ex Concertación (DC, PPD, PS, PR), junto a parlamentarios despistaos del Frente Amplio, hayan estado apoyando la agenda represiva de Piñera en el parlamento, los que además se han venido ganando el repudio de los chilenos a través de las redes sociales.

El otro aspecto que destaca es el mayor logro político alcanzado hasta ahora y que ha sido producto de la exigencia social en la calle, que es poner fin a la existencia de la Constitución de la dictadura y que junto a su modelo económico, ha generado un empobrecimiento generalizado de la población, grandes desigualdades sociales y una brecha cada vez mayor entre unas cuantas familias ricas (1%) y la gran mayoría que viven de un poder adquisitivo cada vez más precario y altamente endeudados (75%).

De allí que Chile comienza a vivir el camino de un Proceso Constituyente, que permita la elaboración de una nueva Constitución y que debería ser ratificado en un plebiscito a realizarse el 26 de abril próximo, cuestión que se ha constituido en la gran esperanza de los ciudadanos, lo que debería dar paso posteriormente al mejoramiento paulatino de las condiciones de vida de los chilenos.

Sin embargo, es bueno señalar que el transito hacia una nueva Constitución no está del todo despejado y corre el riesgo de ser abortado por la derecha chilena. Ello que debido a que los sectores más duros del neoliberalismo económico y político del gobierno de Piñera no están por renunciar a la Constitución de la dictadura cívico militar. Para ello han comenzado a desatar una fuerte campaña del terror, con el objeto de confundir y persuadir al electorado, para que vote en contra del cambio de la Constitución de Pinochet-Lagos. 

De allí que el mes de marzo y hasta abril en una primera etapa, estará jalonado de grandes movilizaciones sociales, partiendo por el llamado de las organizaciones femeninas diversas para conmemorar un 8 de marzo con las demandas propias del mundo femenino y las demandas sociales más requeridas por los chilenos. El programa de actividades de las féminas comenzará el 2 de marzo, para culminar el día 9 con un paro nacional femenino. 

A todo esto debemos sumarle las diversas actividades que están programando los comandos políticos de la oposición, que desde su diversidad están impulsando el apruebo hacia una nueva Constitución y que forma parte de la lucha y las esperanzas del pueblo chileno por vivir en un país más justo, solidario e igualitario. 

De allí que todas las jornadas de lucha que vienen por delante hasta octubre del presente año cuando se produzcan las elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores y la elección de los chilenos que formarán parte de una Asamblea mixta o constituyente, estarán presidida por las reivindicaciones sociales más sentidas por la gran mayoría de la población chilena y que aún siguen esperando una respuesta del gobierno y de una elite política, que se encuentra altamente cuestionada y viviendo todavía un autismo permanente ante los problemas más atingentes  que padecen los chilenos. 

Eduardo Andrade Bone

Comunicador Social

AIP/MP

13/02/20

 

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* La casa de mi tía agradece la gentileza de Eduardo Andrade Bone

EDUARDO ANDRADE BONE RESEÑA

 

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