Matar cabras, ¿no es un delito?... - por El Padre Báez, presbítero *

... pregunto. Es decir, ¿puedo salir al campo, con escopeta al hombro, y cargarme lo que sea, por ejemplo liarme a riflazo limpio con los perros? ¿Puedo hacer eso con los gatos que me salgan al camino? ¿Acecharé a los lagartos, para dispararles, como hace el cabildo con las cabras? ¿Puedo ir matando pájaros sean mirlos, capirotes, alpispas, pájaros grises (azules no hay), etc.? ¿Puedo y estoy libre de culpa si me lío a matar cuanto se mueva en el campo? Me imagino que las culebras sí puedo impunemente matarlas. También creo puedo matar, sin falta, las ratas. Ni siquiera puedo (poder, puedo), -pero no debo- matar un conejo si está fuera de la temporada de caza.  Y si para muestra basta un botón que se suele decir, basta con los ejemplos dichos, y que pudiera alargar a burros, caballos, vacas, gallinas, palomas, cochinos, etc. Si yo -o usted- no debe, aunque puede hacerlo, y ¡haga frente a la multa pertinente, y según la gravedad del daño, le aguarda hasta la cárcel! No puede usted -no debe- matar ningún animal (¡ni un baifo para comérselo!), ¿cómo es que el cabildo mata cabra a troche y moche, sin que ley alguna lo pare, ni le multe, ni le frene, ni le sancione? Por más que hasta Europa le ha dicho no lo haga sino que las salvaguarde, y a tal fin les manda dinero, ¿es que el cabildo está contra toda ley, y puede hacer lo que le venga en gana sin más, de forma autoritaria, caciquil y dictatorial? ¿Es justo este proceder?, ¿por qué hago lo que prohíbo se haga? ¿No es hora de que la justicia actúe toda vez que el seprona, el medio ambiente y el mismo cabildo no para al cabildo? ¿No está tipificado el matar animales? Pero, ¿y dónde se esconden y por qué callan los mal llamados defensores de los animales, que no han dicho ni mu, ni esta boca es mía?  Defienden focas, ballenas, tortugas, y cuanto nade en el mar, ¿y se cargan las cabras en los riscos donde no molestan ni hacen daño alguno?

El Padre Báez, que preguntó a una feligresa veterinaria, su parecer sobre este asunto, y escueta, breve y concisa, solo me dijo: “¡es una salvajada!” Un servidor, cree, que es algo más, creo -me parece- y que hablen los abogados, creo, me parece, es un delito. Y, ¿va a quedar inmune, va a quedar sin culpa, va a quedar como quien no ha roto un plato? ¿No se va a denunciar esta causa -y caso- ante el juzgado? Me sigo preguntando. A ver si el “COLECTIVO SALVEMOS LAS CABRAS” asume este asunto, si antes no lo hace alguien o algunos, que debieran.   

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“... y echan sus cadáveres a los cuervos...” (1 Sam. 17, 32-33.37.40-51). / “... las aborrecen, y acaban con ellas...” (Dt. 7, 6-14; 8, 1-6).  

* En La casa de mi tía a petición de El Padre Báez