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jueves, 25 de abril de 2024 15:48h.

Medio siglo después… y todos jubilados - por Nicolás Guerra Aguiar

 

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Medio siglo después… y todos jubilados - por Nicolás Guerra Aguiar *

Así es, apreciado lector. Reordenando viejas carpetas cargadas de vida (apuntes de clase, notas, papeles ya amarilleados…) encontré dos fotos que pueden fecharse entre 1969 / 1970 (por un elemental principio no las reproduzco). 

CARPETAS dreamstime.es
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  Se trata de un amplio grupo de jóvenes universitarios (Facultad de Filosofía y Letras -secciones de Historia, Románicas, Filología Inglesa-) en Las Cañadas del Teide. Ilusiones, entrañables amistades e incluso iniciales amores sorprendidos por la cámara. Así, por ejemplo, la visual identificación de una parejita derretida, licuada: la imagen notaría inicios de mansedumbres, dulzuras, cómplices miradas que se oyen desde lejos aunque, a la manera nerudiana, sus voces no se tocan…  

FOTOS

 Pero desde la perspectiva de 2023 resulta una impertinencia jodiona o jodelona  (Diccionario básico de canarismos, DBC) esperar nada menos que cincuenta años de vida para llegar a las fechas áureas de una licenciatura. Sí,  ciertamente: medio siglo de vida ya es mucha vida a nuestras edades. Tanta, que solo en los primeros diecisiete años anteriores al medio centenar podemos encontrar nuestra progresión cronológica dividida en etapas bajo el denominador común de las aulas. 

aulas cobosdecerrato.com
 cobosdecerrato.com

  Así (generalizo), durante la primera (desde los seis años) nos condujeron ideológicamente a ellas como tiernos angelitos de Dios (diarios “santo rosario”, “cara al sol”; jornadas de intensa preparación para la primera comunión…). 

Cara alsol escolar. Fragmento de foto de María del Carmen Ibeas Laguna
Cara al sol escolar. Fragmento de foto de María del Carmen Ibeas Laguna

  Ya durante la intermedia (siete años entre ingreso, bachilleres, dos reválidas,  preuniversitario) lo que hubo fue excesiva memorización: debíamos grabar a fuego nacimientos, afluentes, recorridos y desembocaduras desde el norteño río Miño hasta los mediterráneos Júcar y Segura… Sin embargo no teníamos ni puñetera idea de los barrancos pertenecientes al municipio familiar, ni hacía falta: a fin de cuentas, ¿cuántos paisanos sabían de dos provincias y un archipiélago chinijo? Añado agobiantes (de)Formación del Espíritu Nacional y Religión Católica (dominicales misas de 11; sabatinas; mensuales primeros viernes), asignaturas obligatorias. 

CLASE DE GEOGRAFÍA EN CANARIAS
CLASE DE GEOGRAFÍA EN CANARIAS

 

  Dominábamos la “cristianización” de América, pero nada sabíamos sobre la barbarie  colonial allí, aquí (Juan Rejón, Pedro de Vera...) y acullá (Museo de Utrecht sobre la Inquisición española, por ejemplo). Nada nos explicaron de la Naturaleza canaria en Viana, Cairasco (¿para qué, si tales espacios no habían sido seleccionados como el paraíso terrenal?). 

  Los programas nos endormían o endormitaban (DBC) un año tras otro con las abejitas de Garcilaso (“En el silencio solo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba”). Añadían lecciones patrióticas en torno al españolísimo Lope, pero leche cacharro acerca de Galdós  y el Naturalismo (¡Ciencia!), el compromiso ético - social de los poetas canarios (Antología cercada), la bellísima y comprometida poesía romántica del terruño... 

  Entonces, a las puertas de la universidad aprendí todo sobre el rey castellano Enrique IV “el impotente” (siglo XV). Bien es cierto que ya con diecisiete años -los doce actuales- no necesitamos “traducción”, manejábamos bien ciertos campos semánticos (de ahí nuestra vocación por el apartado “Anatomía humana” en Ciencias Naturales). Y nos daba pena su majestad: incapaz, inactivo, ineficaz… (¡Como si nosotros domináramos aspectos prácticos, capacidades, vigorosidades...! ¡Toletes! Algún enteradillo, quizás adelantado, nos ampliaba elementales conocimientos… ¡Criaturas camino del sexto!)       

ENRIQUE IV
ENRIQUE IV

  Pero todo se fue haciendo, eran las normas: o se aceptaban o se aceptaban. Lo cual, dicho sea de paso, sirvió para cogerle manía a tanta reiteración sobre el destino en lo universal, la cristiana Reconquista, la barbarie del moro, los principios fundamentales o la corona de sonetos  en honor de José Antonio Primo de Rivera… 

corona de sonetos
corona de sonetos

  Y tal como sucede en la física, el principio de acción – reacción nos llevó casi al sacrilegio: empezamos a echar de menos (ya apuntaban pelusillas bigotiles y barbiles) la serena elección sobre cuestiones de pensamiento, actuación, creencias… Y la razón, capacidad humana para discurrir el entendimiento, se abría camino con más dificultades que ayudas, con más atropellos dialécticos que respeto a nuestra libertad de expresión. 

  Tras el Preu entramos en la tercera y última fase de nuestra formación intelectual, anímica. Y llegamos a entender, incluso, el estructuralismo lingüístico de Saussure (primero de carrera), complejo planteamiento para iniciales universitarios cuya experiencia lingüística había terminado en las oraciones subordinadas y sus  componentes. Pues el planteamiento de  que la lengua es “forma” y no “sustancia” y  que las unidades de la lengua solo pueden definirse mediante sus relaciones resultaba, como poco, revolucionario.

FERDINAND DE SAUSSURE
FERDINAND DE SAUSSURE

   Finalizadas las tres etapas, desde 1973 volvimos al aula como docentes para alcanzar la categoría de PNN (Profesores No Numerarios). Y como quien no quiere la cosa, al paso de trienios, quinquenios o decenios terminamos todos bajo el denominador común de una palabra:  “jubilados”.  

  Es decir, inmersos en un estadio ya bautizado por los antiguos romanos: a la acción o efecto de retirarse o apartarse la denominaron iubilatio, voz cuyo significado en el Diccionario latino – español, español - latino de la editorial Spes (fiel y sempiterno compañero desde segundo de Bachillerato, doce añitos) es ‘canto alegre; júbilo, gozo’, quizás proveniente del verbo iubilo, ‘alegrarse’.

  Porque alegría, júbilo, complacencia y satisfacción tuvimos todos (¿tuvimos?) cuando nos declararon si no inútiles sí, casi, propensos a comportamientos semejantes a antiguallas, fosilizaciones, vetusteces o acaso arcaicos, antediluvianos para el aula… ¡después de casi cuarenta años! Maltrato de la Consejería, disfunción psicológica, trastorno neurológico el de la “imsersión” (proviene de “IMSERSO”) frente a los legionarios romanos de Julio César para quienes realmente se inventó la iubilatio aplicable tras veinte años de servicio, “pequeño trámite” en la vida de un soldado. El mismo Julius en El regalo del César los hace propietarios de pequeñas parcelas cercanas a la aldea gala de Astérix y Obélix: ¡eso sí es agradecimiento “por los servicios prestados”!  

EL REGALO DEL CÉSAR
EL REGALO DEL CÉSAR

  Sí, medio siglo nos distancia de 1973. Hoy, serenos, relajados, con capacidad y experiencia para comparar unos tiempos con otros, conservamos vivas las viejas mochilas universitarias y continuamos evolucionando hacia ya muy inmediatos  futuros, pero renovadores. Atrás, o casi cercanos a nosotros, caminan exalumnos para quienes derrumbamos puertas y abrimos inmensos espacios; dimos entrada a pensamientos, raciocinios, libertades miserablemente coartadas y robadas. Nosotros los reclamamos en la calle desde 55 años atrás: fue la siempreviva y universitaria lección magistral... (Última clase.)

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA AGUIAR
NICOLÁS GUERRA AGUIAR

 

 

mancheta dic 22